El
inhibidor selectivo de PARP1 saruparib (AZD5305) produce una respuesta antitumoral más potente y duradera que olaparib, un inhibidor de primera generación actualmente aprobado para su uso en la clínica, en modelos derivados de pacientes con alteraciones en la vía de reparación del ADN mediante
BRCA1/2. Esta es la conclusión de un estudio liderado por el
Grupo de Terapéutica Experimental del VHIO en colaboración con el Grupo de Genética del Cáncer Hereditario y el Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron. Los resultados de este estudio se han publicado en la revista ‘
Genome Medicine’.
Este nuevo y selectivo inhibidor de PARP1 ya
se está evaluando en pacientes en el ensayo clínico de fase 1/2a PETRA. En el mismo, el Hospital Universitario Vall d’Hebron participa de la mano de Judith Balmaña, oncóloga de la unidad de cáncer de mama y jefa del Grupo de Genética de Cáncer Hereditario del VHIO. Este ensayo tiene como objetivo determinar si el tratamiento con saruparib, en monoterapia o en combinación con otros fármacos, es seguro, tolerable y tiene actividad antitumoral. En concreto, en pacientes con tumores sólidos avanzados que presentan alteraciones en la vía de reparación del ADN mediante
BRCA1/2.
Uso de inhibidores selectivos de PARP1
Se ha demostrado que los inhibidores de PARP de primera generación, que inhiben tanto PARP1 como PARP2, son eficaces en tumores con alteraciones en esta vía de reparación del ADN. Esta evidencia su aprobación y uso en la clínica en diversos tipos de tumores donde las mutaciones en los genes
BRCA1/2 son prevalentes. Es el caso del cáncer de mama, ovario, páncreas o próstata.
“Sin embargo, a pesar de la potente respuesta inicial a fármacos dirigidos contra PARP1/2, la aparición de
resistencia sigue siendo una limitación clínica. Por tanto, se necesitan tratamientos más eficaces y seguros que permitan
ampliar el arsenal terapéutico para estos pacientes”. Así lo afirma Violeta Serra, jefa del Grupo de Terapéutica Experimental del VHIO que ha liderado este estudio,
“Dado que la inhibición de PARP1 es suficiente para causar letalidad en tumores con alteraciones en
BRCA1/2, y que la inhibición de PARP2 se asocia con mayor hematotoxicidad, se están desarrollando inhibidores de nueva generación selectivos de PARP1, como saruparib, estudiado en este trabajo. Se espera que la inhibición selectiva de PARP1 conduzca a una respuesta más potente, segura y que facilite la combinación de este tipo de fármacos con otros, ya sean quimioterapia u otras terapias dirigidas”, concluye la experta.