A imagen y semejanza de los modelos anglosajón y francés, la creación de observatorios relacionados con sector salud es un fenómeno reciente en nuestro país y en el entorno del SNS. Estos observatorios han marcado un nuevo enfoque en la forma en la que se puede disponer de información para la formulación de políticas sanitarias. Supone también un reflejo de la importancia actual que tiene el trabajo intersectorial y del basar acciones y políticas en la evidencia científica. Sin embargo, cabe preguntarse si no se tratarán de herramientas ya diseñadas a las que se dota de otra nomenclatura diferente. O será que bajo el paraguas de modelos de gestión más flexibles, con aires más participativos, en donde cabe cualquier socio relacionado con el sistema salud (instituciones, Sociedades Científicas, empresas farmacéuticas, asociaciones de pacientes) resulta más fácil la constitución de grupos y redes más colaborativas ¿Son o no son útiles y eficaces estas estructuras? ¿Y realmente tienen una aplicación rápida y directa en la mejora de los niveles de salud de los ciudadanos?
En primer lugar, el término observatorio alude a organizaciones nuevas y externas, con cierto barniz de objetividad e independencia de criterio que, a su vez, pueden ser de titularidad pública, privada o compartida, que se crean con modelos de gestión más flexibles, con mayor autonomía, y así se externalizan productos (informes, análisis, recomendaciones técnicas, etc.) que no es posible asumir internamente por la propia Administración. Quizás el valor añadido de crear este tipo de entidades sea promover y vigorizar a las herméticas y centralizadas organizaciones sanitarias, a sus políticos y profesionales, trabajando por un cambio en la cultura de la organización, basada en la mejora del acceso e intercambio y transmisión de información y generando conocimiento e innovación.
Además, el concepto de observatorio ligado al ámbito de la salud parece tener su origen en la creación de unidades de vigilancia epidemiológica de las enfermedades de declaración obligatoria en Francia. La idea de extender este formato y de aplicar esta estrategia a temas de salud y a otro tipo de enfermedades fue de John Ashton en Liverpool en los años 80. Desde entonces, en el ámbito europeo, son muchos los países que cuentan con observatorios relacionados con diversas temáticas de salud, de ámbito nacional, regional o local, dependiendo de sus respectivos Gobiernos, Departamentos de Salud, o incluso de Universidades, Agencias, Institutos y Fundaciones relacionadas con la investigación, evaluación y formación en salud y servicios sanitarios.
El caso español
España no escapa a este fenómeno y ya son cientos los observatorios constituidos, sin que sea sencillo encontrar un listado oficial de los mismos que aclare algo este panorama de redes. En el contexto del Ministerio de Sanidad y Consumo, el primer observatorio que se creó fue el Observatorio de Drogas, dependiente del Plan Nacional de Drogas. Posteriormente, y en el marco de la Ley de Cohesión y Calidad comienzan a emerger otros como el Observatorio de Salud y Mujer (OSM) y el Observatorio del Sistema Nacional de Salud, que son organismos adscritos a la Dirección General de la Agencia de Calidad del MSC. A éstos han sucedido otros como el de la Obesidad o el de las Profesiones Sanitarias.
Desde el Ministerio de Sanidad, Concha Colomer explica la naturaleza y los objetivos de trabajo de los dos organismos que dirige: el Observatorio de Salud y Mujer y el Observatorio del Sistema Nacional de Salud, destacando sobre todo la aplicación efectiva de la información sanitaria en políticas al servicio de los ciudadanos y de la mejora del sistema de salud en general. 'Considero que los observatorios en salud y Sanidad son muy útiles porque hacen de puente entre los datos y la acción en políticas de salud. Antes de que se crearan se dependía de la voluntad política de hacerlo pero al existir este tipo de organismos, la voluntad ya es más explícita', afirma con rotundidad. Su experiencia durante años en materia de Salud Pública le permitió conocer de cerca la forma de trabajo en este ámbito en el Reino Unido, donde al parecer estaba muy bien definida la diferencia entre estadística e información.
En la última década, los observatorios se han puesto de moda para los temas más variopintos
'Los observatorios producen inteligencia para situaciones de salud'. Esto quiere decir que la interrelación entre la estadística y la información es la base sobre la que hay que trabajar. Los observatorios lo que añaden es el análisis de esos datos y esas estadísticas y están muy orientados a que produzcan recomendaciones muy prácticas para mejorar el sistema de salud'.
El Observatorio de Salud y Mujer es un enfoque de género de la salud, que precisa utilizar datos y estadísticas que ya existen, pero promoviendo explicaciones y estudios. 'Por supuesto, el esfuerzo final se produce en función de conclusiones y se realizan recomendaciones para la acción. En el fondo, se trata de compromisos para la acción, pero lo interesante es que sean actuaciones factibles y útiles. Cada informe de Salud y Género es anual, y también realizamos otro sobre Violencia de Género y salud, con algún informe puntual. Precisamente, en 2007 elaboramos uno sobre el uso de anticonceptivos en jóvenes. De todos ellos hay propuestas para la acción y las hemos ido recogiendo en el plan de trabajo para el año siguiente y se incluyen en el Plan de Calidad', como argumenta Concha Colomer.
La responsable de ambos observatorios reconoce, además, que los cambios en la sociedad actual han permitido lograr que en el tema de salud de mujeres exista ahora mucho más apoyo político, dentro de un marco general. 'No es lo mismo trabajar en violencia de género a que exista una Ley de Igualdad, que permita colaborar con otras instituciones, de una forma transversal. Desde luego es más productivo, más ilusionante y es también un momento único para desarrollar estos temas', tal como afirma.
Ámbito autonómico
Desde el ámbito autonómico, y por citar algunos de los más destacados, en 2002 comienza su andadura el Observatorio de Salud en Europa (OSE), proyecto de la Consejería de Salud de Andalucía, gestionado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, que tiene como misión obtener y difundir información sobre las políticas, programas, y decisiones que en el ámbito de la UE pueden afectar al Sistema Sanitario Público de Andalucía y establecer estrategias y actividades que faciliten su incorporación y utilidad práctica.
En la Fundación para la Investigación Sanitaria de Castilla-La Mancha FISCAM, se creó en 2003 el Observatorio de Salud, como área funcional dentro de su estructura, y el Observatorio de Drogodependencias, creado en la Ley de Drogas de Castilla la Mancha, como proyecto del Plan regional de Drogas a la Fundación. En 2006, se crea el Observatorio de Salud Pública de Cantabria, dependiendo de la Dirección General de Salud Pública.
En Cataluña, la Agencia de Salud Pública, también es denominada 'Observatori de Salut'. Otro tipo de entidades similares son el OBSyM, (otro observatorio de salud y mujer), adscrito a la Fundación Josep Laporte, y el más recientemente creado el Observatorio de Enfermedades Crónicas (Kroniker).
En esta última década, lo cierto es que los observatorios se han puesto de moda para los aspectos más variopintos, entendiéndose que cualquier tema de la realidad social es susceptible de ser observado/estudiado con cierta pretensión o barniz de independencia. 'Esto es debido en parte a que este tipo de entidades de gestión son más flexibles que la propia Administración y, por tanto, pueden tener menores costes de transacción'. Así lo reconoce Olga Solas, jefa del Observatorio de Salud de Castilla- La Mancha. 'Permiten, además, hablar de sociedades relacionales, potenciar el trabajo en red, establecer convenios, alianzas o cualquier otra fórmula de cooperación, y en cualquier ámbito de la acción política y social en el espacio de la salud'. Pero, sobre todo, en su opinión, 'exige compromiso y sostenibilidad política cuando están de una otra forma vinculada una o varias organizaciones de diferente índole'. De ahí, que para esta experta, las estrategias que deben sustentar este tipo de proyecto colaborativo son 'trabajar con rigor y competencia técnica, mantener la independencia, hacernos visibles y no perder la credibilidad'.
Algunos de sus responsables destacan su utilidad, al hacer de puente entre los datos y la acción en políticas de salud
El Área del Observatorio de Salud de Castilla-La Mancha asume como premisa básica ser un instrumento útil a la toma de decisiones en materia de política sanitaria, produciendo información y conocimiento en salud pública y servicios de salud. Además, defiende como valores asociados a su desempeño, el rigor científico y la socialización de la información y conocimiento hacia todos los actores del sistema de salud (políticos, gestores, profesionales y ciudadanía). 'Nuestras organizaciones son tan rígidas que nos adhieren con facilidad a enfoques y perspectivas interdisciplinares, transversales, que ayuden a enmarcar tendencias, acciones y productos concretos: como el enfoque de equidad en salud, género, en reducción de desigualdades, efectividad e impacto y coste de las intervenciones'.
Para Ángeles Cabria, directora del Observatorio de Salud de Cantabria, el papel de estas estructuras es fundamental porque cubre el vacío de análisis de situaciones de salud que no se contemplan desde los puestos de investigación más clásicos, y de ahí que se parta siempre con temas como el de las desigualdades en salud. 'Desde el nuestro, que pertenece a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria, cuando nos planteamos los temas a analizar vimos antes qué áreas de vacío existían, dónde había carencia de estudios, análisis de salud desde la perspectiva de identificar desigualdades en salud, desde una perspectiva de género, de procedencia, de etnia y de niveles de discapacidad, entre otros. También partimos con la idea de generar vínculos con otros observatorios y con otras instituciones que nos aportan información y análisis y mucha riqueza', asegura.
Como prosigue, 'para mí la importancia de los observatorios radica en que permiten colocar temas de salud invisibles y sin prioridad, y sin que nunca se incluyan en la agenda política, en el punto de mira. Hay un interés también por parte de la Administración pública, pero también tenemos nuestras limitaciones y por eso los vínculos con otros observatorios nos enriquecen'.
El Observatorio de Cantabria, creado en 2006, es tan reciente como para poder considerar si los resultados cuentan o no con una aplicación directa en la sociedad. 'Todavía es muy pronto, pero sin duda alguna, nuestros análisis pueden ser muy útiles, porque ayudan a hacer visibles determinadas situaciones. Pero aquí el compromiso político de los gobiernos que nos respaldan es fundamental para aplicarlo a la realidad. El potencial es grande y en la práctica hay que comprometerse mucho más, y para eso hay que vencer recelos y miedos a mirar determinados temas', concluye esta experta.
Precisamente, este Observatorio ha organizado un Encuentro Iberoamericano de Observatorios de Salud con perspectiva de género, que se desarrollará entre el 1 y el 4 de julio en el marco del Programa 2008 de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y al que está previsto que asista medio centenar de representantes de aproximadamente 15 observatorios iberoamericanos, España y Portugal. Esta iniciativa tiene como entidad colaboradora al Observatorio de Salud de la Mujer y del Sistema Nacional de Salud y el Observatorio de Salud de Castilla -La Mancha. Su objetivo es promover y contribuir al debate social, profesional y académico a nivel regional, estatal e internacional sobre las desigualdades en la salud relacionadas al género, la edad, la clase socioeconómica y la procedencia, entre otras.
El anteriormente referido Observatorio de Salud en Europa, perteneciente a la Escuela Andaluza de Salud Pública, emerge como un elemento de acción capaz de interrelacionar diversos elementos y poder desarrollar políticas sanitarias más amplias. 'La salud pública está cada vez más orientada hacia la formulación de políticas basadas en la evidencia científica y hacia la prevención de muertes prematuras y de incapacidad, la calidad de vida, la lucha contra las desigualdades en salud debidas a factores sociales o ambientales' Cada vez más está reconocida la interrelación de sectores como agricultura, trabajo, urbanismo, con el sector salud. Surgen así otro tipo de observatorio. de políticas, de emigración de racismo', explica Inés García-Sánchez, directora del mismo. Dicho observatorio nació en 2002 para estar al tanto de lo que ocurre en la UE en cuestiones relacionadas con la salud y los servicios sanitarios y cómo el hecho de ser un Estado miembro le afectará por las medidas comunitarias que se establezcan, por los fondos económicos que estén disponibles.
Expertos abogan por la creación de unidades estandarizadas y de medición que permitan conocer la eficacia en un momento determinado
'En realidad, es un centro de gestión de conocimiento sobre la UE de gran interés y utilidad para los profesionales y gestores de los servicios de salud de las distintas comunidades. Tiene, además, un gran potencial como apoyo para la participación en proyectos europeos y el trabajo en red, y es un medio para intercambiar y generar opinión a través de los foros de encuentro que organiza y de la información que distribuye', insiste esta responsable, que es una defensora a ultranza de los observatorios de salud. 'Cuando se crearon en el Reino Unido en el año 1999 fue con el propósito de favorecer la disponibilidad de información sobre salud a nivel local. La información recogida y analizada según el contexto revertía directamente en los planificadores y profesionales asistenciales (médicos, enfermeras...) para reorganizar los recursos según las necesidades detectadas en la población a la que sirven. Parece claro que una estructura de este tipo pueda dar resultados útiles en la población y en relación a la mejora de su nivel de salud'.
Observatorios ligados a otras instituciones
No obstante, en España también existen modelos de observatorios ligados a entidades o Sociedades científicas, cuya eficacia ha quedado ampliamente demostrada, emergiendo, además, como herramientas flexibles con una gran capacidad de adaptación a las necesidades del sector que precisa ser objeto de un exhaustivo análisis. Un claro ejemplo de ello, en el ámbito de la Atención Primaria, lo constituye el Observatorio creado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). 'Este observatorio surgió porque a pesar del desarrollo adquirido por la Atención Primaria y la Medicina de Familia en nuestro país, ambas siguen siendo insuficientemente conocidas tanto a nivel nacional como internacional', apunta la vicepresidenta de esta Sociedad Científica, Ana Pastor. Para esta experta, dicho observatorio se plantea como un punto de información sobre el primer nivel asistencial español. Por un lado, recoge y analiza datos disponibles en fuentes institucionales diversas, pero, por otro, genera información sobre aspectos que pueden ser relevantes para la semFYC o sus Sociedades Federadas. 'Próximamente, vamos a presentar información sobre la situación de la Atención Primaria tras la puesta en marcha de la Estrategia AP21, hace ya más de un año. Hasta ahora hemos realizado actividades puntuales, en temas claves que han sido útiles como fuente de información para nuestra Sociedad Científica y los médicos de familia. Estamos tratando de dotarlo de continuidad, para que pueda ser punto de referencia para nuestros asociados y personas interesadas en general', asegura Ana Pastor. Además, insiste en que un buen sistema de Atención Primaria que aúne disponibilidad geográfica y normativa (aseguramiento universal) que facilite el acceso, con características de longitudinalidad (seguimiento de pacientes en el tiempo), con coordinación entre niveles de atención y dispositivos de atención social y con orientación grupal (familiar-comunitaria) parecen asociarse a una mejor salud de la población. 'Pero para poder cuantificar estos beneficios obtenibles de los cuidados sanitarios que se prestan, así como de nuevas intervenciones, se necesitan unidades estandarizadas de medición que permitan conocer la eficacia en un momento dado, y también su evolución', tal como apunta.
La credibilidad y la sostenibilidad son dos de los grandes retos de la labor diaria de estos observatorios
Otro ejemplo de este tipo de observatorios es el de la Salud Mental, de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). Esta Asociación desarrolló un Observatorio, cuya primera edición proporcionó, en base a información recogida por socios designados al efecto en cada comunidad autónoma, un informe de los recursos existentes en nuestro país con fecha de diciembre de 2003. Este trabajo recogía, de manera explícita, el modelo de atención a la salud mental en toda España incluyendo datos sobre: planificación y gestión, dispositivos de atención en toda la red de salud mental, así como de todos los profesionales que ejercían su labor en la red de salud mental. En el Informe del primer Observatorio se incluyó también el análisis comparativo de cada uno de los indicadores entre las comunidades autónomas y puso de manifiesto las características específicas de cada una de las diferentes redes de atención a la salud mental en cada una de ellas.
'Es obvio que el primer informe del Observatorio de Salud Mental de la AEN ha sido utilizado, tanto por nuestra organización estatal como por las Asociaciones Autonómicas, como fuente de datos reconocida para el análisis autonómico y comparado del estado de la asistencia a la salud mental en su labor de monitorización de la organización asistencial ante las instituciones estatales y autonómicas. De igual modo, los datos del Observatorio de Salud Mental de la AEN ha sido utilizados de forma activa por las asociaciones de familiares y usuarios de salud mental como fuente de datos en sus actuaciones y reclamaciones ante las diferentes Administraciones', destaca Juan Francisco Jiménez Estévez, coordinador de dicho Observatorio.
En 2007, con la publicación del segundo informe del Observatorio, de la AEN se ha desarrollado una plataforma web con toda la base de datos del Observatorio, para que, de una forma amigable e intuitiva, se faciliten informes personalizados según las necesidades a investigadores, profesionales, gestores sanitarios, responsables políticos y usuarios de los servicios de salud mental. 'Estamos seguros de que el formato interactivo de la web facilitará la difusión, accesibilidad y utilización de los datos recogidos por nuestra red de investigadores autonómicos', argumenta.
Es indudable que, en estos últimos años, el interés por analizar realidades cercanas en temas sanitarios nunca antes tratados ha ido contagiando también al ámbito privado, y han surgido espacios como el Observatorio de Salud y Mujer, un proyecto desarrollado como iniciativa conjunta de la Fundació Biblioteca Josep Laporte y la Fundación sanofi-aventis, destinado a ofrecer información de calidad especializada en temas de salud para las mujeres. Mediante su página web, se facilita la consulta a más de 2.000 documentos y recursos web, el acceso a investigaciones relacionadas con la salud de la mujer, a encuestas, a formación, información sobre actividades, una revista mensual de salud y un buzón de atención a sus usuarios.
OBSYM surge como respuesta a la creciente necesidad de información de calidad sobre salud que demandan los ciudadanos y especialmente las mujeres, por las di-
ferentes necesidades de salud de este colectivo, así como por ser dentro de nuestra sociedad las principales gestoras de salud en el ámbito familiar, tal como han puntualizado a este diario María Dolors Navarro y Laura Fernández, su directora y su responsable, respectivamente.
La Fundación Biblioteca Josep Laporte es un centro con servicios presenciales y a distancia de documentación, diseminación y gestión del conocimiento que aprovecha las ventajas de las tecnologías de la información y la comunicación. Tiene, además, como misión proporcionar y ofrecer la información y la formación necesarias para promover en los profesionales de la salud y en los usuarios de la Sanidad un proceso de toma de decisiones racional y de calidad basado en el conocimiento, así como en promover la creación, captura, selección, síntesis, integración, transferencia y diseminación del conocimiento en ciencias de la salud y de la vida.
Retos: credibilidad y sostenibilidad
Dos son los grandes retos a los que enfrenta la labor diaria de los observatorios en materia de salud y Sanidad como son el de la credibilidad y el de la sostenibilidad para que realmente sean herramientas útiles y eficaces al servicio de la sociedad. De ahí que los expertos consideren imprescindible elaborar escenarios de trabajo viables y factibles y definir contenidos de trabajo, sobre todo. Además, apuestan por conocer la población destinataria y los usuarios potenciales de los productos que se generan. El reto es mantener una producción basada en el rigor, la calidad científica, la utilidad y la sostenibilidad del proyecto a medio y largo plazo, sin olvidar que la oferta crea demanda (observatorios de observatorios). De ahí, que sea cada vez más necesario compartir esfuerzos y riesgos, además de beneficios y productos en el ámbito de la información, de la investigación y la transferencia de conocimiento.