Tras dos años de trabajo, en el transcurso de la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en Ginebra, entre los días 16 al 25 de mayo y presidida, en esta ocasión por Elena Salgado, se presentaba y aprobaba, posteriormente, un nuevo Reglamento Sanitario Internacional (RSI), que sustituye al anterior de 1969, el cual entrará oficialmente en vigor en la primavera de 2007, y que ha sido calificado por los expertos, como 'un instrumento neurálgico en la lucha mundial contra la propagación internacional de enfermedades'.
El nuevo Reglamento Sanitario Internacional viene a reforzar el papel de la OMS a la hora de asegurar la coordinación internacional ante las emergencias sanitarias
En opinión de los autores de esta importante labor, el nuevo conjunto de normas otorga, incluso, más poder de decisión a la propia OMS, ya que una vez puesto en vigor, será el propio director general de este organismo quien determine, en base a la información disponible, si la situación notificada en un país constituye una emergencia de salud pública a nivel mundial. Además, no cabe duda de que con este instrumento se refuerza el sistema internacional de alertas sanitarias.
'Se ha dado un paso importante para la salud internacional', manifestaba al término de dicha Asamblea el máximo responsable de la OMS, Lee Jong Wook, ya que en el nuevo RSI se reconoce que las enfermedades no respetan las fronteras nacionales'. Por tanto, añadía el director general de esta Organización, 'es urgente disponer de estas normas para contribuir a limitar las amenazas para la salud pública'.
El nuevo reglamento viene a superar conceptos que han ido perdiendo su encaje en la actual configuración de la salud pública internacional, como el relativo a la notificación obligatoria de las llamadas 'enfermedades cuarentenables' (cólera, peste y fiebre amarilla), estableciendo las medidas que deben ponerse en marcha en los puntos de llegada y salida de lugares estratégicos como aeropuertos, puertos y puestos fronterizos, así como en medios de transporte internacional como buques y aviones.
La propia ministra de Sanidad española, Elena Salgado, que ha sido el primer ministro español y la quinta mujer que preside una Asamblea Mundial, ha otorgado suficiente importancia a lo acordado el pasado mes de mayo en Ginebra como para comparecer en el mes de junio, a petición propia, en el Congreso de los Diputados para explicar el contenido de esta reunión que, además de ocuparse del Reglamento, trató sobre otras muchas cuestiones actuales de interés sanitario.
Así, y en relación con el nuevo Reglamento, Salgado destacó en su comparecencia en la Cámara Baja, que supone una modificación del 'esquema tradicional' basado en la notificación de las denominadas 'enfermedades cuarentenales', y apuesta por 'una concepción más amplia' que 'incorpora todo acontecimiento que pueda suponer un peligro para la salud pública internacional'.
'Se recogen no sólo las enfermedades infecciosas o transmisibles entre seres humanos, como sucedía hasta ahora, sino las que se producen por la transmisión de animales a humanos como fue, posiblemente, el caso del sida, por la contaminación de alimentos o por la exposición a agentes químicos o radionucleares. por lo tanto, se amplía la protección a la salud de los ciudadanos', tal como explicó Salgado.
Cuando un país no adopte por sí mismo las medidas necesarias para evitar la propagación de una epidemia, la OMS tendrá capacidad plena para poder intervenir
De hecho, y según las propias palabras de la ministra, el nuevo reglamento 'hace hincapié en la necesidad de la transparencia y la rapidez de las comunicaciones en materia de salud pública. incrementa la colaboración internacional. y refuerza los sistemas de vigilancia epidemiológica y los dispositivos de reacción justa y determinada, para que, en todo caso, el cumplimiento de las obligaciones en materia de salud pública internacional produzca la menor distorsión posible en los movimientos de personas y de mercancías entre países'.
El Reglamento Sanitario Internacional que funcionará a partir de 2007, constituirá un 'mínimo común exigible para todos los Estados miembros', además de reforzar el papel de la Organización Mundial de la Salud a la hora de asegurar la coordinación internacional ante las emergencias sanitarias. Todo esto significa, a juicio de Salgado, que 'cuando un país no adopte por sí mismo las medidas necesarias para evitar la propagación de una epidemia, la Organización Mundial de la Salud, de acuerdo a este reglamento, tendrá todo el derecho de intervenir'.
Sustitución por el inicial
de 1969
El nuevo RSI desbanca al reglamento sanitario internacional que data de 1969, el cual tuvo por objeto contribuir a la vigilancia y control de seis enfermedades infecciosas graves que, por aquellas fechas, causaban estragos entre la población mundial, tales como el cólera, la peste, la fiebre amarilla, la viruela la fiebre recurrente y el tifus. A partir de ahora, las nuevas normas abarcarán una gama más amplia de emergencias de salud pública de importancia internacional, incluidas las enfermedades emergentes.
Tal como explicó, al respecto, el director del Departamento de la OMS de Enfermedades Transmisibles, Vigilancia y Respuesta, Guenael Rodier, 'el reglamento instaurado en 1969 se concibió para un mundo muy distinto al actual, ya que, por ejemplo, viajar en avión era un objeto de lujo y, por tanto, la circulación tanto de personas como, incluso, de mercancías era mucho más reducidas'. En cambio, tal como percibe Rodier, 'las nuevas normas, surgidas de la revisión del reglamento, responden a un mundo globalizado y activo, en el que un brote epidémico originado en un determinado país puede propagarse rápidamente por todo el mundo'.
Las tareas de revisión del Reglamento Sanitario Internacional han durado cerca de dos años, durante los cuales, los 192 Estados Miembros de la OMS trabajaron intensamente, dirigidos por un Grupo de Trabajo Intergubernamental, presidido por la embajadora irlandesa Mary Whelan.
La mayoría de las disposiciones del nuevo reglamento se basan en la experiencia obtenida por la Organización Mundial de la Salud durante los últimos 30 años. Según esta institución, la necesidad de disponer de nuevas normas y mecanismos operacionales para coordinar la respuesta internacional a la propagación de enfermedades ha quedado claramente demostrada durante los recientes brotes de SRAS, en 2003, y de gripe aviar, en 2004 y 2005. Estas y otras enfermedades como la viruela o la poliomelitis, entre otras, deberán notificarse la OMS.
Una vez revisado y definido el nuevo RSI, los Estados adquieren obligaciones de mayor calado que atañen a su capacidad a la hora de adoptar medidas preventivas sistemáticas y detectar y afrontar emergencias de salud pública de interés internacional, haciéndose hincapié en medidas impuestas en el transporte internacional, fronteras, aeropuertos, etc.
El RSI contiene, asimismo, una matriz para que los países determinen si otros incidentes constituyen eventos de salud pública de interés internacional. Así, se deberá tener en cuenta si se trata de un brote grave, inusitado o imprevisto, si existe un riesgo significativo de propagación internacional, y si hay un riesgo significativo de restricciones a los viajes o al comercio internacionales.
Tal como declaró, al respecto, el doctor Anarfi Asamoa-Baah, subdirector general encargado de las enfermedades transmisibles, 'este marco nos permite prestar apoyo a los países para lograr un control más efectivo de los brotes, ya que en el reglamento se definen con claridad los nuevos papeles y funciones que la OMS debe desempeñar para ayudar a los países a responder ante los brotes epidémicos'.
Sin embargo, y hasta que entre en vigor el RSI, la OMS ha dictado a sus miembros la adopción de las medidas apropiadas para que la nueva normativa pueda aplicarse sin ningún obstáculo, haciendo alusión, asimismo, al establecimiento y reconocimiento de una serie de capacidades de salud pública, así como a la elaboración de una serie de disposiciones jurídicas y administrativas que son necesarias para su puesta en marcha.
Capacidades que deben
reunir los países
Una vez adoptado el nuevo reglamento, los países tendrán que evaluar su capacidad para detectar y vigilar posibles eventos y, evidentemente, luchar contra ellos. Precisamente, en el documento resultante de esta revisión se indican diversas capacidades específicas que deben apreciarse en todos los países en un plazo determinado.
Dichas capacidades se relacionan, por un lado, con sus actividades de vigilancia, presentación de informes, notificación, verificación, respuesta, y colaboración. Por otro, con actividades desarrolladas en aeropuertos, puertos, y pasos fronterizos terrestres.
Además, cada Estado tendrá que evaluar en un plazo de dos años, contando a partir de la entrada en vigor del Reglamento, dichas capacidades. Como consecuencia de esta evaluación, los países elaborarán y pondrán en práctica planes de acción para garantizar la existencia de dichas capacidades y que éstas estén operativas en todo su territorio.
Tal como apuntó, en su momento, el doctor Max Hardiman, uno de los máximos responsables de coordinación de la revisión del RSI, 'todos los países disponen en la actualidad de algunas de esas capacidades, pero ninguno tiene un sistema perfecto'. Por tanto, y a su juicio, 'el nuevo reglamento establece normas claras que ayudarán a los diferentes países a determinar los aspectos de su sistema de vigilancia y respuesta de enfermedades que deben mejorar'.
El nuevo reglamento prevé, asimismo, un código de conducta sobre la manera de notificar los eventos de salud pública de interés internacional y responder a ellos.
También está previsto que el director general de la OMS designe un Comité de Emergencias que ofrezca asesoramiento sobre si un evento constituye una emergencia internacional, si procede declarar concluida una emergencia de esta magnitud tras la adopción de las medidas pertinentes y, por último, si procede formular, modificar, prorrogar o anular una recomendación temporal.
Por otra parte, y a fin de evitar posibles problemas de coordinación o de solapamiento entre la OMS y otros organismos internacionales, ha quedado igualmente establecido que el nuevo reglamento actuará como el primer instrumento de notificación y de intervención en aquellos supuestos en los que no haya otro mecanismo previsto. En estos casos, la OMS deberá ser quien lidere las actuaciones.
Donde sí existan otros mecanismos o entidades responsables de estos asuntos, la Organización Mundial de la Salud deberá establecer acuerdos con ellos para garantizar la adecuada asistencia a la población mediante el reparto de responsabilidades. Esta experiencia ya ha sido probada por la propia OMS en otras ocasiones, como por ejemplo en lo relativo a la radioprotección con la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica).
Una vez sentadas las bases sobre la actuación a desempeñar por los países adscritos a la Organización Mundial de la Salud, ésta ha estipulado que tanto los Estados como el director general deberán presentar el primer informe resultante de todas estas acciones en la 61ª Asamblea Mundial de la Salud, a celebrarse en el año 2008, y en la que también se llevará a cabo el primer examen del funcionamiento del RSI.
Balance de la 58ª Asamblea
Pero la reunión de la 58ª Asamblea no se centró exclusivamente en la revisión y renovación del Reglamento Sanitario Internacional, sino que trató también sobre diferentes aspectos. Así, otra de las decisiones adoptadas por la Asamblea Mundial de la Salud, de mayo, fue incrementar en un 4 por ciento el presupuesto, con lo que se rompe por primera vez desde el año 1994 el principio de crecimiento nominal cero, que ha derivado en una reducción real de éste, y que 'comprometía' la capacidad de actuación de la Organización Mundial de la Salud. Para la presidenta de la Asamblea, Elena Salgado, la importancia del incremento 'no es tan sólo cuantitativa, sino que supone el reconocimiento que se da a la OMS en el plano internacional y al modo en que es gestionada, de acuerdo con principios de eficiencia, de transparencia y de rendición de cuentas'.
Tampoco puede quedarse en el tintero otro de los puntos abordados en Ginebra: las consecuencias del terremoto y el tsunami que arrasaron el sudeste asiático a finales del pasado año. En concreto, la Asamblea conoció también un extenso informe acerca de este tema y aprobó una resolución, insistiendo en la elaboración de planes y preparativos regionales para hacer frente a los desastres naturales, centrados no sólo en la prevención, sino también en la necesidad de capacitar al personal de salud para responder a estas situaciones, y la de colaborar con los medios de comunicación para impedir el pánico y los rumores infundados.
De hecho, tal como recordó Salgado, más de 30 países en el mundo 'están atravesando actualmente crisis sociales con graves repercusiones sanitarias y otros 20 corren alto riesgo de estar en esa situación'.
Otro de los asuntos abordados fue el desarrollo de una 'Sanidad pública para Todos' a través de la promoción, por parte de la Organización Mundial de la Salud, del desarrollo de sistemas similares al español, con cobertura sanitaria universal y de financiación pública y social, a través de iniciativas locales, regionales y nacionales.
Asimismo, en la Asamblea se realizó una primera evaluación del grado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados por 189 jefes de Estado y de Gobierno en el año 2000, evaluación que puso de relieve que de mantenerse las tendencias observadas en la década de los 90, la mayoría de los países pobres no podrán alcanzar esos objetivos. Por ello, la Organización Mundial de la Salud ha decidido instar a 'incrementar sustancialmente las inversiones en sectores sociales y llevar a cabo actividades complementarias que permitan el cumplimiento de esos Objetivos del Milenio'.
Además de estos aspectos, la salud materno infantil, el reforzamiento del programa 'Hacer retroceder el paludismo', la promoción de antirretrovirales 'seguros y eficaces' y a precios asequibles para cualquier país, así como el cáncer, fueron objeto de preocupación en la Asamblea.
Resultados de la reunión
para España
Retomando la intervención de Salgado en el Congreso, para explicar el contenido de la última Asamblea de la OMS, el portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Sanidad del Congreso, Mario Mingo, solicitó la respuesta de la ministra acerca de cuáles son las propuestas respecto a nuestro país, una vez conocidos los datos procedentes de esta reunión en Ginebra. En concreto, preguntó si, de la misma forma que el Gobierno ha incorporado un 4 por ciento de crecimiento económico a los presupuestos de la OMS va a hacer lo correspondiente en el caso del Sistema Nacional de Salud.
Asimismo, el PP puso el acento en los problemas de salud pública a nivel mundial que pueden tener implicaciones para España, como es el caso de la gripe aviar que, de llegar a transmitirse entre seres humanos, podría dar origen a una pandemia. 'Estamos en un momento de enorme riesgo, de posible pandemia de gripe', explicó Mingo, que añadió que las advertencias de la Organización Mundial de la Salud 'son extraordinariamente claras, nítidas y precisas'.
En este punto, destacó, sin querer 'hacer ningún tipo de alarmismo', que España 'tiene que estar mejor preparada para afrontar una posible epidemia de gripe aviar', y calificando de 'irrisorias' las propuestas que hace el Ministerio de Sanidad en relación con las vacunas. 'El stock que tenemos en este momento de fármacos antivirales es marcadamente insuficiente. Dependemos de países extranjeros y no hay acuerdo con las distintas comunidades autónomas', aseveró.
Los países miembros de la OMS deberán presentar en la 61ª Asamblea, en 2008, un primer informe sobre la implantación del RSI.
Mingo aprovechó también la comparecencia sobre la Asamblea Mundial de la Salud para censurar el rechazo de Salgado a los 'planes integrales de salud' puestos en marcha por el Ejecutivo Popular, asegurando que su predilección por las 'estrategias' esconde en realidad la posibilidad de 'desviar y plasmar el dinero en los Presupuestos Generales del Estado fuera del Fondo de Cohesión' hacia las 'estrategias', 'pudiendo repartir el dinero como (Salgado) buenamente quiera'.
Retos de salud pública
Volviendo de nuevo a la versión ofrecida por la presidenta de la Asamblea, Elena Salgado, del trabajo desarrollado en Ginebra pueden extraerse tres grandes conclusiones, siendo la primera que 'vivimos en un solo mundo, particularmente en materia de salud pública, porque lo que haga o deje de hacer un país nos termina afectando a todos'.
Además, y en segundo lugar, 'tenemos por delante unos enormes retos de salud pública', como ponen de relieve los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la gripe aviar y los desastres naturales o causados por el hombre. y en tercero, que cada vez 'disponemos de más y mejores medios para hacer frente a estas amenazas a la salud pública, tanto a nivel de los Estados, como de la comunidad internacional'.
'Por ello, conseguir buenos resultados depende en buena medida de nosotros mismos. de nuestra capacidad de movilización y coordinación. de nuestra tenacidad para sostener el esfuerzo. de la incorporación de políticas preventivas. y también, por supuesto, de nuestro sentido de solidaridad, para atender a quienes lo necesitan y están en peores circunstancias que nosotros', concluyó la ministra.
RECUADRO
Los beneficios del RSI en
el control de una pandemia de gripe
Los beneficios del nuevo Reglamento Sanitario Internacional fueron de nuevo resaltados por los ministros de Sanidad de la UE, en este caso asociados al control de una posible pandemia de gripe, durante la 55 reunión del Comité Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud, celebrada recientemente en Bucarest (Rumanía).
Los mandatarios sanitarios también coincidieron a la hora de analizar sus ventajas y el impulso que se le otorga a la OMS al reforzarse su papel en la coordinación internacional ante emergencias y en la adopción de medidas que aumentarán la protección de la salud de los ciudadanos.
Los titulares europeos han llamado, sin embargo, la atención ante la necesidad de no bajar la guardia y continuar con los planes de preparación y contingencia que se están llevando a cabo tanto en el ámbito nacional como supranacional, así como los mecanismos de intercambio de experiencias y de información, 'que son claves en este terreno', y el refuerzo de los sistemas de salud nacionales.
Esta labor de coordinación supranacional se plasmará en la reunión conjunta que representantes del Comité Regional de la OMS y de la Unión Europea celebrarán en Copenhague, entre los próximos 24 y 26 de octubre, para planificar actuaciones coordinadas frente a una posible pandemia de gripe. En el encuentro, se estudiarán los informes de los técnicos que han visitado Rusia y Kazajstán, países que se han visto afectados por la gripe aviar, y se abordarán otras cuestiones, como el almacenamiento de antivirales, la actualización de los planes nacionales, la evaluación de riesgos o la producción de vacunas, entre otros.