Brote. Epidemia. Pandemia. La diferencia semántica entre estos tres términos tiene repercusiones de gran importancia en la salud pública. Por ejemplo, en el caso de que hablemos de neumonía asiática. Una vez que el mundo ha superado el peor momento de los contagios de esta enfermedad, los científicos están investigando, a instancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si la súbita aparición de infecciones por coronavirus en el hombre se puede calificar como brote -el mejor de los casos-, como pandemia o epidemia. La respuesta a esta investigación será determinante para orientar el futuro de las acciones para prevenir otras posibles apariciones de la enfermedad, informa el diario LA VOZ DE GALICIA en su edición del domingo, 22 de junio.
De momento, las autoridades de la OMS y de los centros de control epidémicos dependientes de ella han optado por la previsión y la prevención y han hecho llegar al mundo la advertencia de que el próximo otoño, cuando pasen las temperaturas más altas, "es probable" que la neumonía asiática reaparezca. Sin embargo, según los especialistas en Virología, a día de hoy no hay ninguna certeza de que esto vaya a suceder y sostienen que tendrán que pasar un par de años para saber con cierta certidumbre a que se enfrentan." "No sabemos si este coronavirus actuará de forma estacionaria, pero la previsión de la OMS se ha guiado por la forma que tienen de comportarse otros virus similares", explica Juan García Costa, virólogo del hospital Cristal-Piñor de Ourense y miembro de Red Europea de vigilancia frente a Enfermdedades Virales Importadas.
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De forma estacionaria actúan otros virus, como el de la gripe, el sincitial infantil, que vuelven a atacar cuando las condiciones atmosféricas les son más favorables y eso es lo que se cree que puede hacer el corona.
Sin embargo, es muy poco lo que hoy se sabe de este virus y de esta enfermedad. Del mismo modo que ha aparecido la neumonía asiática, surgieron en su día otras enfermedades de las que no se ha vuelto a saber o se han convertido en infecciones de escasa incidencia. Así sucedió con un corona que provocaba una gravísima gastrointeritis necrosante. y con otros que provocan peritonitis, que tras un brote numeroso, hoy apenas se detectan casos en humanos. Incluso el temido ébola (mortal en más de un 80% de los infectados) ha hecho su aparición sin periodicidad y sin que los científicos conozcan los motivos que influye en ello.