Los niños que sufren de asma
hacen frente estos días
a un incremento de sus crisis
asmáticas que les lleva a consultar
con su especialista, acudir
a los servicios de urgencias
e incluso ingresar en el hospital.
Es lo que se conoce como
epidemia otoñal, que acontece
cada año, a partir de las dos semanas
de la vuelta al colegio y
tras las vacaciones estivales. La
causa: los virus catarrales que
afectan al aparato respiratorio y
desencadenan exacerbaciones
asmáticas en estos niños.
Tras el verano, los menores
con asma pasan de un clima
cálido y estable a los primeros
fríos del otoño. Se exponen de
nuevo a infecciones virales respiratorias,
sobre todo por rinovirus,
que desencadenan ataques
de asma. De hecho, el
resfriado común se asocia hasta
con un 80% de las reagudizaciones
asmáticas en los niños.
"Está claramente establecido a
través de estudios epidemiológicos
que el rinovirus es uno de
los agentes infecciosos implicados
con mayor frecuencia en
las exacerbaciones asmáticas, y
que provoca picos epidémicos
en los meses de otoño", afirma
la doctora María Luz García,
neumopediatra del Hospital Severo
Ochoa de Leganés.
Generalmente la crisis asmática
suele estar precedida
por síntomas respiratorios de
vías altas, como rinitis y tos, y
posteriormente aparece dificultad
respiratoria de mayor o menor
intensidad acompañada de
silbidos audibles en la auscultación
pulmonar. Los síntomas de
la reagudización son, por tanto,
pitos al respirar, tos, falta de aire,
despertares nocturnos y dificultad
para respirar. Afecta inicialmente
a los niños en edad
escolar, por convivir de manera
intensiva tras el verano en ambientes
cerrados con otros muchos
compañeros donde es
propicio el contagio, transmitiendo
luego los patógenos que
causan las exacerbaciones asmáticas
a los miembros de mayor
y menor edad de la familia.
Abandono del tratamiento
Otro factor que agudiza la existencia
de la epidemia otoñal en
niños con asma es el abandono
del tratamiento que controla el
asma por parte de los niños en
los meses inmediatamente anteriores
a la vuelta al colegio. El
doctor Antonio Nieto, de la
Unidad de Alergia Infantil del
Hospital de la Fe de Valencia explica
que "en verano, con el
buen tiempo, los síntomas disminuyen,
el niño mejora y existe
una cierta tendencia a suprimir
el tratamiento de control.
Muchas veces los padres, como
el niño está mejor, se relajan y
hasta que no sufre una crisis, no
se vuelven a dar cuenta de que
el menor precisa llevar un tratamiento
de mantenimiento".
Con la aparición de los primeros
síntomas catarrales en niños
con asma, la preocupación
de los padres se hace presente
y preguntan al especialista qué
pueden hacer. El consejo médico
es reanudar el tratamiento o
actualizarlo en función de la situación
del menor.