El pasado mes de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzaba nueve soluciones para la seguridad del paciente, con el objetivo principal de reducir los errores médicos y minimizar los daños causados a éste como consecuencia de fallos asociados con la atención sanitaria recibida. Se trata de un ejemplo más de cómo la seguridad del paciente debe enmarcarse dentro del concepto global de calidad asistencial. Según los expertos, el tema está despertando cada vez mayor interés en las Administraciones sanitarias, tanto a nivel internacional como en el ámbito nacional.
Fue la publicación en 1999 del informe To err is Human, por parte del Institute of Medicine de Estados Unidos (EE.UU.), el hecho que sirvió de punto de partida para iniciar múltiples líneas de investigación posteriores sobre esta cuestión. Por aquel entonces, este informe ya advertía de la necesidad de situar la seguridad del paciente como un punto primordial en las agendas sanitarias de todos los países, sobre la base de que cada año morían en EE.UU. entre 44.000 y 98.000 personas a causa de errores en la asistencia sanitaria, entre los que destacaban muy especialmente los fallos en la medicación y en la prescripción de fármacos.
Según las estimaciones de la OMS, uno de cada 10 pacientes que recibe asistencia sufre daños a consecuencia de la atención recibida
Así, en la 55ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en mayo de 2002, la OMS pidió a todos los Estados miembros que prestasen la máxima atención posible al problema de la seguridad del paciente y establecieran los sistemas necesarios, basados en evidencias científicas, para mejorar la seguridad y la calidad asistencial. Más adelante, bajo la premisa 'cometer errores es humano, ocultarlos resulta imperdonable y no aprender de ellos es inexcusable' y el lema 'ante todo, no hacer daño', la OMS creaba en octubre de 2004 la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, responsable de mejorar la calidad de los servicios médicos y minimizar los daños causados por las equivocaciones en la atención sanitaria. El presidente de esta Alianza, Liam Donaldson, también director general de salud del Reino Unido, apuntó entonces que 'en los países industrializados el error humano era sólo una parte del problema' y que 'la mayoría de errores se deben a factores inherentes al sistema, como los protocolos equivocados'. de ahí la importancia de que los fallos en los procedimientos clínicos sean entendidos como oportunidades para mejorar la calidad asistencial y modificar los puntos problemáticos y no con consideraciones de culpa para imponer un castigo a los profesionales sanitarios implicados, según fuentes de este organismo de las Naciones Unidas (ONU).
En relación con los países en vías de desarrollo, la información de la OMS indica que la situación empeora considerablemente: la mitad del equipo médico utilizado no es seguro y el 77 por ciento de los casos notificados en materia de fármacos falsificados y sin garantía de calidad proceden de estos Estados.
Además de las consecuencias que la falta de seguridad para el paciente tiene sobre los enfermos, el presidente de la Alianza subraya las importantes repercusiones económicas de los errores médicos 'como consecuencia de intervenciones, demandas legales, ingresos hospitalarios, discapacidad y otros gastos médicos', lo que puede significar 'la pérdida de entre seis mil millones y 29 mil millones de dólares anuales por nación', dependiendo de cada país.
Sin embargo, y a pesar de que el 90 por ciento de las consultas de los pacientes se resuelven en Atención Primaria, según la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), la mayoría de los planteamientos ideados hasta ahora se han focalizado, principalmente, en el ámbito hospitalario y en la Medicina especializada, dejando en un segundo plano las estrategias más adecuadas en cuanto a seguridad del paciente dirigidas al primer nivel asistencial.
Para los profesionales, es incuestionable la relación existente entre los errores médicos y la falta de tiempo en las consultas
Soluciones para reducir
los errores médicos
La Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente de la OMS es la encargada de coordinar, extender y acelerar las mejoras en materia de seguridad del paciente a nivel internacional, además de actuar como vehículo e intermediaria de acciones internacionales y colaboraciones entre países, la OMS, expertos técnicos, consumidores, profesionales y empresas.
Uno de los 10 programas técnicos de la Alianza se centra en la búsqueda de soluciones para reducir el riesgo de la asistencia sanitaria y mejorar la seguridad del paciente. 'Este programa incluye la promoción de soluciones ya existentes y la coordinación de esfuerzos a nivel internacional para desarrollar nuevas soluciones en el futuro', describen representantes de la Alianza, y agregan que 'el componente más relevante del conocimiento para la seguridad del paciente es saber cómo prevenir el daño. por ello, las soluciones pasan por intervenciones y acciones dirigidas a prevenir los problemas de seguridad del enfermo y reducir el riesgo de errores médicos en la asistencia sanitaria'.
En mayo de 2007, como ya se ha expuesto, se lanzaron nueve soluciones para la seguridad del paciente, desarrolladas por el Centro Colaborador para Seguridad del Paciente de la OMS. 'Las nueve acciones y recomendaciones sugeridas', manifiestan voces procedentes de la OMS consultadas por EL MEDICO, 'están pensadas para su consideración por parte de los Ministerios de Sanidad de los Estados miembros y por parte de las autoridades nacionales competentes en materia de salud 'no van dirigidas a instituciones o empresas en particular', con el fin de adaptarlas y reformular los procedimientos de asistencia al enfermo para hacerlos más seguros', se aclara desde la Alianza. Y es que la OMS estima que a nivel mundial uno de cada 10 pacientes que demandan asistencia sanitaria sufre daños como consecuencia de la atención sanitaria recibida, 'cifra que en el mundo en desarrollo sea probablemente mayor', se puntualiza desde esta organización.
Las soluciones reflejadas en la Tabla I hablan de conceptos tales como medicamentos de aspecto y nombre parecidos, identificación de pacientes, comunicación durante el traspaso de éstos, realización del procedimiento correcto en el lugar correcto del cuerpo, control de las soluciones concentradas de electrólitos, asegurar la precisión de la medicación en las transiciones asistenciales, evitar los errores de conexión de catéteres y tubos, usar una sola vez los dispositivos de inyección y mejorar la higiene de las manos para prevenir las infecciones asociadas a la atención de salud.
Tabla I. Nueve soluciones
de la OMS para la seguridad del paciente
1 Medicamentos de aspecto y nombre parecidos.
2 Identificación de pacientes.
3 Comunicación durante el traspaso de pacientes.
4 Realización del procedimiento correcto en el lugar del cuerpo correcto.
5 Control de las soluciones concentradas de electrólitos.
6 Asegurar la precisión de la medicación en las transiciones asistenciales.
7 Evitar los errores de conexión de catéteres y tubos.
8 Usar una sola vez los dispositivos de inyección.
9 Mejorar la higiene de las manos para prevenir las infecciones asociadas a la atención de salud.
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Fuente: OMS.
Como ha explicado Liam Donaldson, 'este programa intenta asegurar que las intervenciones y medidas que hayan resuelto problemas relacionados con la seguridad del paciente en algún lugar del mundo se difundan ampliamente de manera accesible e inteligible para todos' y comenta que para la elaboración de esta lista de recomendaciones 'se reunió a más de 50 líderes y expertos a nivel internacional en este campo para identificar y adaptar las nueve soluciones a diferentes necesidades'. Para ello, se realizó también un estudio sobre el terreno para recabar información de entidades dedicadas a la seguridad del paciente, órganos de acreditación, Ministerios de salud, organizaciones internacionales de profesionales de la salud y otros expertos.
Los médicos españoles reconocen que, últimamente, se están aunando esfuerzos en el desarrollo de estudios y estrategias específicas de cara a mejorar la seguridad del paciente en Atención Primaria. Es el caso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que opina, en boca del doctor Fernando Palacio, miembro del recién creado Grupo para la Seguridad del Paciente de esta Sociedad Científica, estas nueve soluciones de la OMS 'deben contemplarse como una propuesta de ámbito mundial' por lo que puede referirse a cuestiones 'suficientemente resueltas en países con un sistema sanitario desarrollado, como es el uso de dispositivos de inyección de un solo uso'. no obstante, aplaude que 'en el caso de la Atención Primaria es la primera ocasión en la que vemos nuestros problemas suficientemente reflejados, lo que revela que se va tomando conciencia de que los problemas de seguridad también nos conciernen'.
La SEMG, sin embargo, plantea una postura más crítica y denuncia que 'estas soluciones están dirigidas básicamente a la atención secundaria hospitalaria y tienen poco que ver con la Atención Primaria', como expresa su vicepresidente, el doctor Antonio Fernández-Pro. Por último, el representante de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el doctor Antonio Hidalgo, coordinador de la Sección de Medicina Legal del Grupo de Bioética y Humanidades de esta Sociedad Científica, apunta que en cuanto a 'errores médicos y responsabilidad del facultativo todos teníamos, hasta hace poco, la visión distorsionada de que era un problema principalmente del ámbito de la Medicina especializada, pero las estadísticas nos indican que es precisamente la Medicina de Familia la rama en la que se están suscitando un mayor número de reclamaciones, sobre todo en el campo de las urgencias' y manifiesta que 'a pesar de que algunos puntos de la lista de la OMS están muy enfocados a la atención hospitalaria, otros son de aplicación más amplia y entra el ámbito de la Atención Primaria'.
Asimismo, el doctor Hidalgo puntualiza que en el ámbito de la responsabilidad profesional se mezclan y confunden varios conceptos, como los de imprudencia, negligencia, error médico e impericia, y recuerda que desde el punto de vista judicial o desde la perspectiva del ámbito legal 'nunca utilizamos el término error médico, a menos que la jurisprudencia considere que se trata de un acto inexcusable' y debemos plantearnos el juicio ex ante, es decir, 'qué habría hecho no el mejor de los médicos, con el mejor de los medios y siguiendo el mejor protocolo, sino un profesional con la misma formación, la misma expe-
riencia y los mismos métodos y recursos'. Si hacemos este planteamiento, 'en la mayoría de ocasiones muchas situaciones que a priori podrían considerarse como un error médico o una negligencia médica, resultan ser consecuencia de una actividad derivada de una limitación de medios'. 'Tenemos que partir de la base de que el médico siempre quiere hacerlo lo mejor posible y que la equivocación entra dentro de la psicología humana y de las limitaciones cognitivas de todo ser humano, con lo que debemos actuar a nivel de organización para minimizar el riesgo, además de fomentar el entrenamiento del propio médico', sentencia el doctor Francesc Borrell, coordinador del Grupo Comunicación y Salud de la semFYC.
Cultura del error
versus cultura de la culpa
y la negación
De acuerdo con un estudio conjunto de la semFYC y de la Fundación Avedis Donabedian un 28 por ciento de los profesionales de Atención Primaria con una media de 14 años de práctica profesional aseguran no haberse equivocado nunca de manera significativa. 'Esta cifra demuestra una falta de visión realista o, lo que es más probable, un miedo a reconocer el error que tiene su origen en una cultura de la culpa que no debería tener cabida en un marco de relación médico-paciente más interesado en prevenir o reparar que en castigar los errores clínicos, sin que eso signifique pasar por alto nuestras responsabilidades profesionales', afirma el doctor Borrell.
Frente a 'la cultura de la culpa', los expertos defienden 'la cultura del error', que admite éste y que permite poner medios para evitarlo y prevenirlo, e identificar estrategias que redunden en la seguridad clínica del paciente.
Ante un error, el 28 por ciento de los médicos de cabecera encuestados reconocieron tener una reacción ansioso-obsesiva y un 8 por ciento, depresiva. incluso un tercio declaró pensar en el incidente de manera obsesiva y un 7 por ciento se planteaba dejar la profesión. Sólo el 41 por ciento admitieron comentar el caso con el equipo, aunque se advierte una diferencia en relación con la edad: los más jóvenes comparten más sus errores con el resto de compañeros de trabajo.
Por último, el 61 por ciento de los médicos de Atención Primaria había recibido alguna reclamación, en su mayoría de tipo oral, durante el último año, aunque no siempre se correspondían con errores clínicos, sino que tenían que ver con una mala comunicación o largas esperas en la consulta. Sólo un 4 por ciento admitió tener una causa judicial abierta. 'Se calcula que frente a millones de actos médicos que se producen anualmente, únicamente se dan miles de reclamaciones, de las cuales un porcentaje muy pequeño llega a los juzgados y acaba con una sentencia condenatoria para el médico', asegura el doctor Antonio Hidalgo.
Errores relativos
a la prescripción
Sin embargo, 'un tercio de los errores de asistencia que se producen tanto en el nivel primario como especializado, están relacionados con la prescripción y el resto puede achacarse a otras causas', como señaló el doctor Francesc Borrell, en la 5th Invitactional Conference celebrada en Barcelona y organizada por la semFYC, la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA) y la Asociación Europea para la Calidad en la Práctica General de la Medicina (EQUIP, por sus siglas en inglés), con la colaboración del Ministerio de Sanidad y Consumo. Este dato es uno de los resultados de una investigación en la que participaron 238 médicos que ejercen en distintos centros de salud de Cataluña, realizada por expertos analistas del Equipo de Atención Primaria Gavarra y la Fundación Abedis Donabedian.
Siguiendo con el estudio de la semFYC al que ya se ha hecho alusión, los médicos de Atención Primaria reconocen que de los 10,6 acontecimientos adversos por facultaltivo y año, que se registran un 37,14 por ciento se debe a efectos indeseables producidos por fármacos. En este sentido, el fallo que los médicos generales y de familia declararon como más frecuente fue 'prescribir un fármaco incompatible con una enfermedad de base (22,8 por ciento). le seguían los retrasos en el diagnóstico ante la sospecha de una enfermedad grave (33 por ciento), más concretamente en las exploraciones complementarias, especialmente en el ámbito oncológico, y la prevención insuficiente en diabetes'. Al percibir que estas situaciones de riesgo se repiten en todos los subgrupos analizados, los autores del trabajo advierten sobre los cambios de organización necesarios para evitarlas: 'agilizar las exploraciones complementarias, sobre todo en pacientes con sospecha de cáncer, y establecer estrategias y protocolos de ayuda para la prescripción en el caso de pacientes polimedicados y con enfermedades crónicas'.
De hecho, la primera de las nueve recomendaciones de la OMS, relacionada con el nombre y aspecto parecido de los medicamentos, especifica que 'la confusión en el nombre de los fármacos es una de las causas más comunes de error médico que concierne a todo el planeta' y continúa diciendo que 'con miles de medicamentos comercializados en el mercado mundial, el potencial para cometer errores creado por la confusión de marcas o nombres de genéricos o por la similitud del formato o envase es significativo'. La OMS recomienda 'el uso de protocolos que reduzcan el riesgo y aseguren prescripciones inteligibles o el empleo de recetas impresas por prescripción electrónica'.
En esta línea, el vicepresidente de la SEMG, Antonio Fernández-Pro, apunta que 'los errores relativos a la prescripción de medicamentos empiezan en la consulta del médico, continúan en la farmacia y acaban en el domicilio del paciente' y que 'para reducir el riesgo de equivocaciones en la medicación deberían diseñarse estrategias centradas no sólo en el médico sino también en el farmacéutico, el paciente, y el entorno'. Además, y respecto a la similitud de la imagen entre fármacos distintos, el doctor Fernández-Pro alude al término de 'bioapariencia', que consiste en que 'un mismo principio activo tenga siempre la misma apariencia (forma, color, envase, etc.), independientemente del laboratorio que lo fabrica, bien distinta de otros principios activos, ya que esta cuestión puede ser también de errores'. Por su parte, el doctor Fernando Palacio matiza la afirmación de que la mayoría de errores médicos que se producen en Atención Primaria tienen que ver con la medicación: 'desde luego, la prescripción es un proceso de alto riesgo, de hecho, estudios existentes sobre errores en la prescripción presentan problemas metodológicos importantes', y continúa diciendo que 'no es lo mismo tratar una bronquitis aguda en un joven sano que hacerlo en un anciano con pluripatología, y en nuestras consultas vemos más de los segundos que de los primeros', aunque reconoce que 'el hecho de desconocer exactamente la magnitud de este problema no mengua ni su importancia ni su trascendencia'. Por último, el doctor Hidalgo subraya que la receta impresa por ordenador y el desarrollo de la receta electrónica están contribuyendo a solucionar el problema de la caligrafía indescifrable en las recetas manuales de los médicos y evita los errores en la dispensación del medicamento en las farmacias.
La sexta solución de la OMS, referida a las garantías en la precisión de la medicación en las transiciones asistenciales, también alerta sobre que muchos errores médicos relativos a la medicación son consecuencia de una mala transición asistencial entre niveles y entre distintos campos de la Medicina especializada. 'La reconciliación de la medicación es un proceso diseñado para prevenir los errores de medicación en puntos de transición', manifiesta la OMS, que aconseja 'la creación de una lista completa y detallada de todos los fármacos que habitualmente toma el paciente, incluida la llamada automedicación, con el fin de comparar esta lista con la admisión, transferencia y el cumplimiento de órdenes al prescribir la medicación'. Además, dicha Organismo Internacional añade que es primordial 'que esta lista pase al siguiente actor social al que el paciente sea derivado'. Esta recomendación, en realidad, tiene mucho que ver con la tercera solución de la misma lista, referente a la comunicación durante el traspaso de pacientes. La OMS recuerda, en este apartado, que las lagunas en la comunicación entre las unidades de atención al paciente y entre los distintos equipos asistenciales pueden conllevar interrupciones graves en la continuidad asistencial del paciente, así como a tratamientos inadecuados y a potenciales perjuicios al paciente. La recomendación de cara a mejorar la comunicación entre niveles incluye el uso de protocolos para la transmisión de información crítica y ofrecer la oportunidad al profesional de preguntar y resolver cuestiones durante el traspaso de comunicación, además de involucrar al paciente y a sus familiares en este proceso de intercambio de información. Según el doctor Palacio, de la semFYC, éste es un tema 'al que deberán dedicarse muchos esfuerzos en España si se quiere que llegue a niveles simplemente aceptables', mientras, en general, los médicos apelan a la historia clínica informatizada como un elemento de ayuda importantísimo si en los próximos años se desarrollan e implementan programas informáticos específicos para este fin.
Otra de las soluciones de la OMS aplicable en cierta manera a Atención Primaria sería la segunda de la lista, relativa a la identificación de pacientes. En este punto, se habla del fracaso continuado y muy extendido en cuanto a la correcta identificación de pacientes, lo que conduce a errores de medicación, de pruebas complementarias, etc. La recomendación pone el acento en 'la puesta en marcha de métodos para verificar la identidad del paciente, incluyendo la participación del propio paciente', así como 'la estandarización de los métodos de identificación de un equipo a otro dentro de un mismo sistema de salud y el uso de protocolos para distinguir la identidad de pacientes con el mismo nombre'.
El resto de soluciones recomendadas por la OMS: quedan lejos del campo de aplicación de Atención Primaria, a entender de los profesionales consultados.
Falta de tiempo, causa
de todos los males
'Desde Atención Primaria hemos percibido que el porcentaje más alto de reclamaciones por parte del paciente se produce por el descontento con la atención recibida, la disconformidad con la asistencia', como apunta el doctor Antonio Hidalgo. 'El paciente sólo pide que se le dedique un tiempo mínimo para atenderlo adecuadamente, con educación y cortesía', agrega, 'y fomentando las habilidades de comunicación de los profesionales sanitarios percibimos que disminuye el número de reclamaciones en los centros de salud'. 'Pero sobre todo hay un recurso fundamental para evitar los efectos adversos', señala el doctor Fernando Palacio, 'y es el tiempo que necesita el profesional para poder escuchar, para explorar y hacer un diagnóstico, para reflexionar sobre el plan de acción y, muy importante, para comunicárselo al paciente. con sólo disponer de este recurso podríamos mejorar la seguridad del paciente en Atención Primaria en nuestro país', asegura.
El representante de la SEMG, el doctor Fernández-Pro, también indica la falta de tiempo como factor básico para minimizar los errores médicos, 'un tiempo que no tenemos hoy en día debido a la presión asistencial, a la falta de recursos humanos y materiales, a la masificación de las consultas, a las labores burocráticas, etc., lo que va en menoscabo de la calidad asistencial y favorece las equivocaciones'. Y es que, como especifica el doctor Rafael De Pablo, coordinador de la Plataforma 10 Minutos, 'existe una relación clara entre la falta de tiempo para las consultas con los errores médicos, y los médicos españoles de Atención Primaria están dedicando el 30 por ciento de su tiempo a tareas burocráticas de las que se podría encargar un auxiliar administrativo'.
En el estudio coordinado por el doctor Francesc Borrell, 'ante la pregunta de qué factores pueden influir en el error médico, los encuestados argumentan sobre todo falta de tiempo por la presión asistencial existente, seguida por la mala organización y el escaso apoyo a la formación continuada', según datos facilitados por la semFYC.
El doctor Fernando Palacio relaciona también los errores médicos con otra de las reivindicaciones históricas del primer nivel asistencial en nuestro país: 'nos encontramos ante un grupo de errores médicos, los relacionados con el diagnóstico, que van desde el error en el propio diagnóstico hasta el retraso o confirmación del mismo a consecuencia de las largas listas de espera para la realización de pruebas diagnósticas y para interconsultas, que mejorarían en gran medida si se diera acceso a los médicos de cabecera a estos exámenes complementarios que precisamos para desarrollar bien nuestro trabajo'.
Aplicaciones informáticas
contra los errores
Las Sociedades Científicas de Atención Primaria destacan la importancia de desarrollar e implementar aplicaciones informáticas específicas para evitar los errores médicos tanto en el primer nivel asistencial como en hospitales y otros ámbitos sanitarios. 'De este modo, el sistema impediría, por ejemplo, prescribir penicilina a personas que son alérgicas o medicación inadecuada a pacientes polimedicados y con más de una enfermedad crónica', explica el doctor Borrell, además, estos programas informáticos pueden contribuir a mejorar el seguimiento de los protocolos establecidos en cada caso, facilitar el empleo y consulta de guías clínicas, la identificación de pacientes, etc. 'En los próximos cinco años ésta será una línea de avance importante en cuanto a seguridad del paciente y calidad asistencial', adelanta este experto.
A pesar de que muchos centros de salud españoles están informatizados, se da la paradoja, según explica el doctor Palacio, de que 'no disponemos de información esencial sobre medicamentos en formato informático, con lo que nos vemos obligados a salir del programa de la historia clínica de nuestro paciente para ir hasta alguna ayuda externa, a veces en formato papel', y denuncia que 'es ridículo ver a un médico con un ordenador en la mesa y hojeando el vademecun impreso, porque habitualmente no disponemos de subprogramas integrados de ayuda a la prescripción y de alerta de interacciones entre medicamentos, lo que a día de hoy es difícilmente justificable'.
Por su parte, el doctor Antonio Hidalgo recalca que estos programas informáticos aplicados a la historia clínica informatizada serán bienvenidos 'siempre y cuando se respete el derecho a la confidencialidad del paciente y se regule el acceso de profesionales a la historia clínica del paciente'.
En la actualidad, se ha puesto en marcha un proyecto liderado por el Instituto Catalán de la Salud y en el que están participando centros hospitalarios y Equipos de Atención Primaria de esta comunidad autónoma, con el objetivo de crear un programa informático, que en la actualidad se encuentra en una fase de desarrollo muy inicial 'en su fase software', e implantarlo en la historia clínica informatizada, con el objetivo de mejorar la seguridad del paciente y minimizar los errores médicos, sobre todo, aquéllos relacionados con la prescripción farmacológica, según explica el doctor Francesc Borrell, que es miembro de la Alianza Estratégica para la Seguridad del Paciente de la Generalitat de Cataluña.
Por su parte, la SEMG ya ha desarrollado 'la novena versión del gestor integral de consultas clínicas para el médico general y de familia HipoSEMG XXI, que, entre otras muchas prestaciones, calcula las interacciones de la prescripción automáticamente con la ya activa en ese paciente y, a demanda, entre todos los fármacos activos, en cualquier momento', expone esta Sociedad Científica. 'También informa de la idoneidad del fármaco en las situaciones especiales de gestación o de lactancia y dispone de alarmas generales y a grupos terapéuticos específicos, además de contar con módulos generadores de informes y estadísticas'. Además, la SEMG ha creado un software similar, pero enfocado al área de salud mental, denominado HipoPsique XXI.
Hay quienes opinan sobre la necesidad de clarificar conceptos como imprudencia, negligencia, error médico e impericia
En definitiva, la historia clínica informatizada se perfila como una ventaja estratégica para abordar el fenómeno de los errores médicos, ofreciendo seguridad tanto al médico general y de familia como al médico especialista, sin olvidar el derecho a la confidencialidad de datos del paciente.
Iniciativas dirigidas
a Atención Primaria
En general, la cultura de la seguridad del paciente está muy poco implantada en Atención Primaria, ya que 'la mayor parte de los trabajos e iniciativas, tanto de los organismos internacionales como de nuestras Administraciones, se han referido a hospitales', comenta el doctor Palacio. 'Eso no quiere decir que la seguridad del paciente no se tenga en cuenta en los centros de salud', pues se están invirtiendo muchos esfuerzos en materia formativa relacionada con este tema 'y una buena parte de los cambios organizativos van dirigidos a mejorar la atención y la seguridad de la misma, pero echamos en falta que este aspecto esté presente en la agenda de los centros de salud como tal', relata este facultativo.
Una de las iniciativas más innovadoras en nuestro país la encontramos en Cataluña, donde hace un año y medio se creó la Alianza Estratégica para la Seguridad de los Pacientes con el propósito de que en cada uno de los centros hospitalarios y de Atención Primaria, así como en otros centros sociosanitarios y residencias de salud mental, se formara un equipo compuesto por médicos y personal de enfermería, de manera voluntaria, destinado a velar por la seguridad de los pacientes. El doctor Rafael Manzanera, director general de recursos sanitarios del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña y coordinador de la Alianza Estratégica para la Seguridad de los Pacientes de esta Comunidad Autónoma, señala que 'esta iniciativa nace con la mentalidad de crear un movimiento que incluya a todos los profesionales sanitarios' y que permita compartir experiencias, conocimientos, etc. en materia de seguridad de pacientes, para desembocar en la formación de equipos de referencia en cada centro y en el desarrollo de programas de formación, investigación, etc. sobre la cuestión. De momento, 'ya disponemos de una actividad de formación a distancia y esperamos, a finales del año 2007 o principios de 2008, contar con los resultados de varios estudios que estamos llevando a cabo y en los que han colaborado Atención Primaria y Especializada, enfermería, especialistas en formación clínica, cirujanos de prestigio, Sociedades Científicas, gestores, la Academia de Ciencias Médicas y de la Salud de Cataluña y de Baleares y el Departamento de Salud de la Generalitat'. Asimismo, la Alianza ha diseñado un prototipo de plan de seguridad para que los centros que lo requieran puedan tomarlo como punto de referencia.
Algunos expertos valoran positivamente el papel de la receta electrónica respecto a las indicaciones de la prescripción muchas veces ilegibles y fuente de errores
De tal forma que, en los hospitales y centros de salud catalanes que así lo han querido, se ha puesto en marcha de forma piloto un sistema de notificación de errores médicos y efectos adversos, para que sean monitorizados en un registro central, 'no concebido como una herramienta punitiva hacia los profesionales implicados en estos incidentes, sino como una herramienta que genere confianza a los profesionales sanitarios y a los usuarios o pacientes'. Como explica el doctor Manzanera, analizar todas estas incidencias es la mejor manera de conocer el alcance del problema y establecer los mecanismos que ayuden a que estos incidentes no se vuelvan a repetir.
'En Atención Primaria, los errores relacionados con la medicación son los más frecuentes, pero los centros de salud de Cataluña cuentan con una herramienta muy útil en la actualidad: la historia clínica informatizada', insiste el doctor Borrell, miembro de la Alianza, y se está trabajando en la mejora de aplicaciones informáticas de alerta para que avisen al médico de cabecera cuando prescribe un medicamento incompatible con otro que el paciente ya está tomando o con alguna otra patología.