El pez cebra va a pasar a convertirse en un sustituto del ratón para la
investigación contra la leucemia aguda de células T, según una
investigación publicada por la revista Science. Y es que en este animal
acuático la progresión de esta enfermedad se produce de forma similar
a como lo hace en los humanos. De esta manera, los científicos esperan
encontrar respuestas sobre este proceso oncológico y conseguir
terapias más eficaces, según recoge el diario EL MUNDO en su
edición del lunes, 10 de febrero.
La creación del pez cebra genéticamente programado para desarrollar la
leucemia permitirá a los investigadores estudiar miles de genes de este
animal para observar si algunas mutaciones o la falta de ciertos genes
contribuyen a la formación de esta enfermedad o a su prevención.
Aunque ya se conoce que el gen Myc está involucrado en el proceso
cancerígeno, en la evolución del cáncer intervienen más genes.
A pesar de los avances conseguidos con el estudio de esta enfermedad
en ratones, no ha sido posible identificar con ellos aquellos genes que
intervienen junto con el Myc en el proceso oncológico.
El doctor Thomas Look, del Instituto Oncológico Dana-Faber, y sus
colaboradores fusionaron el gen Myc, que tiene una función importante
en la leucemia humana y en el linfoma, a otro del pez cebra que trabaja
exclusivamente en las células linfoides, aquellas que se encuentran
dañadas en este tipo de cáncer. Esta pareja genética fue unida a su vez
con un tercer gen responsable de que las células leucémicas mostraran
un color verde al ser iluminadas con una luz fluorescente.
Pocos días después de haber inyectado los genes en el ADN de los
embriones se detectaron las primeras concentraciones de células
leucémicas verdes fluorescentes alrededor del timo (glándula implicada
en el desarrollo del sistema inmune), cerca de las branquias y en los
tejidos que están al lado de los ojos. Poco después, estas células se
diseminaron hasta el sistema músculo-esquelético y hacia los órganos
abdominales.
Este nuevo modelo de investigación abre la puerta para buscar nuevos
fármacos para este tipo de leucemia aguda. «Esperamos ser capaces
de encontrar respuestas en los próximos años», concluyen los autores.