El diagnóstico de obesidad de un paciente podría no depender tan sólo de su índice de masa corporal (IMC), en esta decisión también podría jugar un papel importante el peso del propio médico que ve al paciente. Así lo señala un estudio desarrollado por la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, en Estados Unidos. Los resultados se han publicado en la revista especializada Obesity.
Los investigadores examinaron el impacto del IMC de los médicos sobre la atención a la obesidad y vieron que los facultativos con un IMC normal, en comparación con los médicos obesos o con sobrepeso, eran más propensos a entablar con sus pacientes obesos un diálogo sobre el peso (el 30 frente al 18 por ciento) y más propensos a diagnosticar a un paciente como obeso si perciben que el IMC del paciente llega o excede al suyo (93 frente al 7 por ciento).
Según la directora de este estudio, Sara Bleich, profesora adjunta del Bloomberg School's Department of Health Policy and Management, estos resultados indican que los médicos con un IMC normal registran con más frecuencia discusiones sobre perder peso con sus pacientes que aquellos facultativos con sobrepeso u obesidad.
Los médicos con IMC normal también tienen una mayor confianza en su capacidad para proporcionar consejos sobre dietas y ejercicio y en percibir sus consejos para perder peso como de confianza, en comparación con los médicos obesos o con sobrepeso, ha señalado Bleich.
Además, añade, los médicos no obesos tienen una mayor confianza a la hora de prescribir fármacos para perder peso y son más propensos a conseguir éxitos en ayudar a sus pacientes a perder peso.
El equipo de Bleich utilizó una encuesta realizada a 500 médicos de Atención Primaria para valorar el impacto del IMC de los médicos en la atención a la obesidad, la eficacia de los médicos, la percepción de su función y la percepción de la confianza de los pacientes en los consejos para perder peso.
Los médicos que dijeron tener un IMC por debajo de los 25 fueron considerados de peso normal, mientras que los facultativos con un IMC por encima de 25 kg/m2 fueron clasificados como personas con sobrepeso u obesidad. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la obesidad afecta a más de un de cada tres adultos estadounidenses y se estima que puede costar cerca de 147.000 millones de dólares anuales en costes sanitarios.
A pesar de las guías para que los médicos aconsejen y traten la obesidad, anteriores estudios han visto que sólo un tercio de estos pacientes con diagnóstico de sobrepeso u obesidad reciben recomendaciones de sus médicos.
Aunque nuestros resultados sugieren que las prácticas y creencias sobre la obesidad difieren según el IMC de los médicos, se necesitarán más investigaciones para entender el impacto global del IMC del médico en el tratamiento de la obesidad, sugieren los autores.