La vesícula biliar es un pequeño
órgano con forma
de pera, de unos 7 cm de largo
por 2,5-3 cm de ancho. Está
ubicado debajo del hígado,
en la parte superior derecha
del abdomen. su nombre ya
es indicativo de su utilidad: almacena
bilis, sustancia que el
hígado secreta para ayudar a
que el colesterol, las grasas y
las vitaminas de los alimentos
sean más solubles y así puedan
absorberse mejor.
Pero ocurre que en ocasiones
se forman en ella, o en los
conductos que la conectan con
el hígado, masas de material sólido.
Estas masas son las que popularmente
conocemos como
cálculos o piedras biliares o, en
términos médicos, litiasis biliar.
Es ésta una de las enfermedades
más frecuentes en los países
occidentales. En España los
datos oficiales revelan que aproximadamente
el 10% de los
hombres y el 15% de las mujeres
adultas tienen cálculos en la
vesícula. En los niños también
crean problemas. Según la Asociación
Española de Pediatría
(AEP), la incidencia de litiasis biliar
en los menores de 16 años
se encuentra entre el 0,15% y el
0,22%, con un importante
aumento en la pubertad. En los
últimos años ha aumentado el
número de casos diagnosticados
en la infancia. La litiasis biliar
-asegura esta asociación
científica-, puede aparecer a
cualquier edad, incluso desde la
vida fetal. En los primeros años
de vida no hay diferencias en
cuanto al sexo, y en los adolescentes
hay un claro predominio
del sexo femenino, como sucede
en los adultos.
Causas y tipos
Demasiado colesterol en la bilis,
demasiada bilirrubina o pocas
sales biliares, o que la vesícula
biliar no se vacía correctamente,
son algunas de las causas
que dan lugar a la formación de
dichos cálculos.
En función de sus compuestos
predominantes se clasifican
en cálculos de colesterol,
que suponen alrededor del
75% por ciento de las litiasis biliares
en los países occidentales,
y litiasis pigmentaria, que supondría
el 25% restante, y cuyo
origen reside en un exceso
de producción de bilirrubina
por cirrosis, insuficiencia hepática
o anemias hemolíticas.
El tamaño que puede alcanzar
un cálculo en la vesícula
biliar puede oscilar entre un
grano de arena o el de una
pelota de golf. Una persona
puede albergar un solo cálculo
o un centenar.
Cuando los cálculos se forman
dentro de la propia vesícula
biliar, se habla de colelitiasis,
mientras que si se producen
en las vías biliares se denomina
coledocolitiasis. La obstrucción
de las vías biliares puede dar
origen a una infección grave de
las mismas, en el páncreas o el
hígado, hasta el punto de que
pueden poner en riesgo la vida.
Las vías biliares también se
pueden obstruir por un cáncer
o un traumatismo.
La ecografía abdominal es
el método más utilizado, tanto
para el diagnóstico como para
valorar las posibles complicaciones.
Es una técnica de bajo costo,
no agresiva, rápida, sin apenas
contraindicaciones y con
alta efectividad. Otros métodos
como la resonancia magnética
o la endoscopia ayudan igualmente
a detectar una obstrucción
y a determinar si la causa
se debe o no a un cálculo biliar.
Síntomas equívocos
Según indican los especialistas,
la mayoría de los cálculos no
produce sintomatología alguna,
y de hecho -señalan- sólo una
de cada tres personas tendrá
síntomas por esta causa en algún
momento de su vida. Estos
son muy variables de una persona
a otra. En los asintomáticos
se manifiesta habitualmente
como una digestión pesada fácilmente
reconocible y controlable,
pues aflora con la ingesta
de alimentos determinados como
huevos, leche, helados, carnes
rojas, pescado azul, quesos,
frituras, café, alcohol" o ante
otros factores como un frío intenso,
estrés, ciclo menstrual,
etc. El resultado son digestiones
muy lentas, con constantes
eructos, náuseas y vómitos.
Sin embargo, hay que tener
en cuenta que con frecuencia
estos síntomas de indigestión
e intolerancia a las
comidas grasas se atribuyen
erróneamente a cálculos biliares,
cuando en realidad es más
probable que se deban a una
úlcera péptica o una indigestión.
Pero cuando los cálculos
aumentan de tamaño o empiezan
a obstruir las vías biliares,
entonces sí pueden aparecer
síntomas o "cólicos" dolorosos.
Complicaciones
Según el Dr. Ramón Angós, especialista
en Aparato Digestivo
de la Clínica Universitaria de Navarra,
el cuadro clínico típico de
la litiasis biliar es el cólico biliar o
hepático, que se manifiesta en
forma de dolor intenso, generalmente
continuo, localizado preferentemente
en el lado derecho
del abdomen, debajo de las
costillas, e irradiado a espalda y
hombro derechos. Suele durar
varias horas y se acompaña de
vómitos y náuseas.
Dado que estos síntomas se
parecen a los producidos por
otros trastornos como un ataque
al corazón, apendicitis, úlceras,
síndrome del intestino irritable,
hernia de hiato, pancreatitis o
hepatitis, conviene consultar
siempre con el médico.
Tratamiento
Si los cálculos en la vesícula biliar
causan ataques repetidos
de dolor a pesar de los cambios
en la dieta -evitando o reduciendo
el consumo de comidas
grasas- el médico suele
aconsejar la extirpación de la
vesícula (colecistectomía).
Hoy día el 90% de estas intervenciones
se realiza mediante
colecistectomía laparoscópica.
Con esta técnica la vesícula
biliar es extirpada con la ayuda
de unos tubos que se introducen
a través de pequeñas incisiones
en la pared abdominal,
conjuntamente con la introducción
de una cámara (laparoscopio).
Este procedimiento
supone menores molestias postoperatorias,
requiere menor
tiempo de estancia hospitalaria
y un período reducido de baja
laboral. Una técnica adicional
es la fragmentación de los cálculos
con ondas sonoras de
choque (litotricia).