La promoción, la prevención, el manejo clínico, la rehabilitación y la reinserción social son los ámbitos de actuación que se van a unificar en la atención sanitaria de determinadas patologías que tienen una incidencia destacada entre los españoles, que son relevantes o que suponen una carga especial para la sociedad o las familias afectadas. Con ese perfil, la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud recoge en su capítulo VII, el nacimiento de los planes integrales de salud como instrumentos de coordinación y calidad dirigidos a actuar sobre determinadas dolencias.
Los planes integrales son elaborados por la Administración sanitaria central junto a los órganos competentes de las CC.AA. a través del Consejo Interterritorial
Desde que entró en vigor esta norma, el Ministerio de Sanidad y Consumo, dirigido por Ana Pastor, ya ha dado luz verde al Plan Integral de Cardiopatía Isquémica y está trabajando en la creación de otros tantos. El próximo en llegar será el de Oncología.
Estas guías de actuación, según prevé la Ley, son elaboradas por la Administración sanitaria central junto con los órganos competentes de las comunidades autónomas a través del Consejo Interterritorial, y en colaboración con las Sociedades Científicas. La intención última es, según reza la norma, 'una atención sanitaria integral, que comprenda la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación', de los enfermos.
En aras a cumplir estos objetivos, los planes integrales de salud han de plantear tres funciones bien definidas. Por un lado, han de establecer criterios sobre la forma de organizar los servicios para atender a los enfermos que padezcan las patologías para las que estén diseñados, de manera similar en todo el territorio nacional. Además, dichos planes tienen que determinar los estándares mínimos y los modelos básicos de atención para la prevención, detección precoz, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de grupos de enfermedades.
Finalmente, tendrán que especificar las actuaciones de efectividad reconocida, identificar los modelos de atención de estas intervenciones, desarrollar herramientas de evaluación e indicadores de actividad, fijar las metas y objetivos para evaluar el progreso, e identificar insuficiencias en el conocimiento para orientar las prioridades de investigación.
'De lo que se trata es de que una enfermedad, para la que exista un plan integral de abordaje, sea tratada del mismo modo en cualquier parte de España sobre la base de los tres pilares que han de cumplir: estándares de servicio claros, prestación adecuada y evaluación de resultados. Está en línea con los principios básicos que establece la Ley de Cohesión y Calidad, es decir, homogeneizar el tratamiento sanitario en cualquier autonomía', explicó Ana Pastor, titular de Sanidad, en la presentación de estos planes a la sociedad.
Los profesionales sanitarios deberán cambiar sus métodos de trabajo para que este tipo de planes funcionen, en opinión de expertos
'Pretendemos que los principios rectores de estos planes sean la reducción de las inequidades, el incremento de la calidad de la atención y la información a los pacientes, profesionales y ciudadanos', agregó. De este modo, una vez consensuados los planes, serán las autoridades sanitarias regionales las encargadas de organizar sus diferentes servicios de salud, de acuerdo con los criterios establecidos, para adecuar el modelo que más se adapte a sus peculiaridades y necesidades asistenciales.
Once millones de financiación específica
Una de las características que ha contemplado el Gobierno, a la hora de la puesta en marcha de los planes integrales, ha sido dotarlos de financiación específica. Por tanto, en los Presupuestos Generales del Estado para 2004, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha previsto un montante de 11 millones de euros para los ya anunciados planes integrales de salud sobre cardiopatía isquémica y cáncer.
En conjunto, el Gobierno destinará a toda la política sanitaria un total de 3.569,86 millones de euros, un 5,9 por ciento más que el dinero con el que ha contado durante el último año. En este contexto, el director general de Planificación Sanitaria, Sistemas de Información y Prestaciones del Ministerio de Sanidad, Lluis Bohígas, aseguró que estos planes cuentan con suficientes apoyos como para salir adelante.
'Estos proyectos significarán la puesta en común de las buenas prácticas entre la Administración central, las Sociedades Científicas y las comunidades autónomas que no deberán verlo como una ingerencia en su actuación sino como una forma de retomar el viejo Plan Integral de Salud previsto en la Ley General de Sanidad y que nunca se ha llevado a cabo', subrayó el director general.
'Se trata de que cada uno organice su servicio regional de salud como quiera, pero con unos mismos estándares de medición de calidad y asistencia similar. Hacerlo precisamente después de las transferencias tiene su explicación, ya que es el Ministerio el que ha de establecer las nuevas reglas del juego en materia de coordinación y crear nuevos instrumentos de cohesión y planificación dentro de la Ley', matizó Bohigas.
Plan integral de cardiopatía isquémica
Siguiendo con lo articulado en la mencionada Ley de Cohesión, en marzo de 2003, se elevó una Orden Ministerial que establecía los mecanismos para la materialización de del Plan Integral de Cardiopatía Isquémica (PICI), con la asignación de responsabilidades, objetivos, áreas de intervención y metodología de trabajo. También se nombró, en dicho documento, al doctor Alfonso Castro Beiras, coordinador del Área del Corazón del Complejo Hospitalario Juan Canalejo, de La Coruña, como responsable y director técnico del proyecto.
A partir de ahí, comenzaron a trabajar ocho grupos de trabajo y se preparó una primera versión del plan que se presentó al Consejo Interterritorial, donde están representadas todas las Administraciones autonómicas, para su aprobación. Posteriormente, se hizo llegar a numerosas Sociedades Científicas susceptibles de intervenir en su elaboración para que contribuyeran a la misma.
Según fuentes ministeriales, el hecho de seguir una serie de pasos previos antes del nacimiento definitivo del plan ha cubierto, al mismo tiempo, dos objetivos trascendentales: 'diseñar un instrumento útil para pacientes, familiares, clínicos y gestores sanitarios, y poner a prueba, por primera vez, una nueva forma de planificación y coordinación de actuaciones entre los distintos agentes del sistema, experiencia que ha suscitado el interés de Sociedades Científicas y autoridades de salud europeas'.
El hecho de elegir las enfermedades cardiovasculares para la elaboración de este primer protocolo, aprobado por el Consejo Interterritorial a finales del mes de septiembre y presentado públicamente a mediados de octubre de este año, responde a que el 34 por ciento de las causas de mortalidad en España se deben a estas patologías, cifra que puede aumentar hasta en dos puntos porcentuales para el año 2010, según las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para la ministra de Sanidad, 'este plan responde al más alto nivel científico y abarca todos los ángulos de la enfermedad'.
Puntos clave del PICI
La titular de la cartera de Sanidad escogió el Congreso de las Enfermedades Vasculares 2003 para la presentación oficial del PICI a los más de 3.000 cardiólogos españoles, donde el doctor Castro Beiras reiteró que 'es necesario que los profesionales cambien sus métodos de trabajo para que el plan pueda funcionar. Es probable que en la primera evaluación del mismo no se haya cumplido ni la mitad', dijo.
'La cuantificación del riesgo es la clave porque permitirá controlar a mucha gente que antes se quedaba fuera de todos los programas de prevención porque ni fumaba mucho, ni bebía demasiado, ni tenía sobrepeso excesivo', agregó el experto. También arrojó datos como que de los 68.000 españoles que en 2002 sufrieron un infarto de miocardio, unos 27.000 murieron antes de llegar al sistema sanitario, 'aspecto que debemos corregir con fórmulas que protejan a toda la población de manera inmediata', explicó.
Otro punto clave del plan es la concentración de los recursos ya que la actual dispersión que existe disminuye la calidad de la atención. Esto hace imprescindible que determinados procedimientos estén disponibles las 24 horas del día, y personal bien entrenado, equipamiento a pleno rendimiento y un mínimo de procedimientos al año, adelantó Castro Beiras.
Este protocolo de actuación, en cuya redacción han participado más de un centenar de especialistas se ha elaborado, según Sanidad, en un tiempo récord por lo que aún hay cardiólogos que no lo conocen exactamente. No obstante, cuenta con el visto bueno de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que quiere que este proyecto sea conocido en la Unión Europea (UE) porque considera que 'es el camino que debe seguirse en el futuro'.
El Ministerio de Sanidad ha previsto un montante de 11 millones de euros en los presupuestos de 2004 para los planes de cardiopatía isquémica y cáncer
Este primer programa integral de salud es autoevaluable y será revisado para hacer un primer balance en el año 2006, con el objetivo de analizar los objetivos a medio plazo. Una segunda evaluación tendrá lugar a finales de 2007 para medir los primeros cuatro años de implantación.
La Oncología planificada
Siguiendo el rumbo de la creación de planes integrales, el pasado mes de mayo, el Boletín Oficial del Estado publicaba otra Orden Ministerial por la que se establecían las directrices para la elaboración del Plan Integral del Cáncer 2004-2007, cuyo responsable principal es el doctor Eduardo Díaz Rubio, jefe de Oncología del Hospital Clínico de Madrid. Este proyecto aúna los esfuerzos preventivos y asistenciales de todo el Sistema Nacional de Salud (SNS) contra esta enfermedad.
Con este protocolo de actuación para prevenir y tratar los tumores, el Ministerio persigue reducir las inequidades ante el riesgo de padecer cáncer, disminuir las variaciones injustificadas en el acceso a servicios preventivos y clínicos de calidad, lograr una mejor atención a los enfermos, rehabilitar y reinsertar socialmente a quienes ya han desarrollado la patología, y, cuando llegue el caso, paliar los sufrimientos, mejorar la información, fortalecer los sistemas de vigilancia, y fomentar la investigación básica, aplicada y operativa (en la que se plantea el debate sobre los centros de excelencia versus núcleos de investigación hospitalaria).
La implementación del plan tiene varios frentes de actuación. Por un lado, promocionar los hábitos de vida saludables para prevenir los factores de riesgo. Además, se pretende identificar a los ciudadanos más proclives a contraer la enfermedad en el ámbito de la detección precoz. Y, por último, en el nivel asistencial, asegurar la mejor atención, en especial a los pacientes pediátricos, y la calidad de vida. Como en el resto de los planes, éste contará con la asesoría y participación de las Sociedades Científicas relevantes en Oncología.
Tras la presentación del plan del cáncer, Díaz Rubio, coordinador del mismo, indicó que la incidencia de esta patología caerá de inmediato en cuanto el SNS lleve a la práctica los contenidos de este documento junto con la puesta en marcha del Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo y el Plan Nacional de Cuidados Paliativos.
La reducción de la mortalidad la englobó entre los objetivos a más largo plazo, al igual que la interrelación de todas las especialidades que de un modo u otro están implicadas en el tratamiento de los diferentes tumores. Según este oncólogo, 'lograr un trabajo multidisciplinar entre Oncología, Radioterapia, especialidades quirúrgicas, médicas y de apoyo va a suponer una tarea muy complicada y un gran reto, pero es preciso que integremos toda esa atención'.
No obstante, para este experto también es de vital importancia una buena implantación, por parte de las autonomías, de este plan, ya que 'serán ellas las que decidirán el modelo de atención que aplicarán, si bien en hospitales generales o bien en institutos específicos, aunque cualquier modelo es bueno si se cumplen los requisitos de equidad', argumentó.
A la hora de poner en marcha estos planes se ha puesto a prueba una nueva forma de planificación y coordinación de actuaciones entre los distintos agentes del sistema
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo occidental. En España, todos los años se diagnostican 135.000 nuevos casos y 92.000 muertes anuales por causa de patologías oncológicas localizados con mayor frecuencia en mama, pulmón, colo-rectal, vejiga y próstata, así como los linfomas. Según datos vertidos por el Ministerio de Sanidad, la supervivencia del cáncer a los cinco años de su detección se sitúa en torno a un 50 por ciento. 'Por tanto, incrementar progresivamente los porcentajes de éxito y la calidad de vida de los pacientes es uno de los retos que las autoridades sanitarias y los investigadores tenemos que superar', según palabras de la ministra Pastor.
Díaz Rubio también quiso aclarar que la elaboración de este proyecto va a constituir el marco global para que cada servicio de salud lo desarrolle pero, 'en ningún caso, va a ir en la dirección contraria a la de otros planes oncológicos que ya están funcionando en algunas regiones', dijo.
Coordinación e información regional
El resultado de este plan y su estrategia depende, en cualquier caso, del buen funcionamiento de los sistemas de información autonómicos de los que se ha de conocer datos reales sobre los bancos de tumores, por ejemplo, para hallar la incidencia y la mortalidad provocada por el cáncer. Ahora, van a empezar a trabajar con los resultados de un estudio que va a elaborar el Instituto de Salud Carlos III para analizar la situación e incidir en los aspectos en los que se detecte una mayor desigualdad.
En este sentido, el coordinador del plan indició que este proyecto va a contemplar una atención completa al paciente por lo que la Sociedad Española de Oncología Médica se ha adelantado a solicitar la creación de unidades específicas, dentro de los servicios de Oncología de los hospitales, que trabajen conjuntamente con los especialistas implicados en el diagnóstico, tratamiento y cuidado del enfermo tumoral, además de crear alianzas con otros niveles asistenciales de Atención Primaria.
En definitiva, el plan ha de servir para mejorar la asistencia oncológica, teniendo como referentes dos ejemplos de estrategias integrales: los trasplantes con la ONT y la atención a pacientes con sida, gracias al Plan Nacional sobre el sida.
Otras peticiones
No obstante, y pese a los pros y los contras que puedan existir en torno a estos planes integrales, el objetivo del Ministerio de Sanidad es continuar con la elaboración de los mismos, que se verán completados por otros 'laterales' como es el caso del Plan Nacional del Tabaco o el Plan Nacional sobre el Sida, además de los integrales de Nutrición y Salud mental, con el único fin de homogeneizar los procedimientos y la calidad asistencial de todos los ciudadanos españoles con independencia de su lugar de residencia.
Por otra parte, la aparición de estos planes integrales de salud, poco a poco va provocando solicitudes de Sociedades Científicas de diferentes especialidades. Así, el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Isidoro Ruipérez, ha defendido en varios foros la necesidad de un proyecto similar para su especialidad. Sus argumentos se centran en que las medidas regionales pueden acarrear problemas de inequidad en la atención geriátrica, que tildó de multidisciplinar y de continuidad asistencial.
Sólo resta por clarificar que dolencias determinará Sanidad, y autorizará el Consejo Interterritorial incluir para determinar la elaboración de nuevos planes integrales de atención sanitaria.