Redacción, Pamplona.- El recién celebrado IX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) puso sobre la mesa dos temas en los que el farmacéutico de Atención Primaria (FAP) tiene un papel relevante a la hora de contribuir a la mejora de la calidad asistencial que se presta a los usuarios de los servicios de salud. Una de las mesas redondas abordó la necesidad de poner en práctica actividades de atención farmacéutica dirigidas a las personas mayores, el grupo de población que precisa de una atención más individualizada para la mejora del uso de medicamentos. En otra de ellas se debatió la necesidad de conocer a fondo los métodos existentes para calcular el riesgo cardiovascular, el análisis de sus resultados y la importancia de reforzar las acciones de prevención primaria para reducir la incidencia de este tipo de patologías en nuestro entorno.
Así, según los participantes de la primera mesa redonda referida, "las políticas de atención farmacéutica son cruciales en la mejora de la calidad de vida de los pacientes ancianos", tal como destacó Carmen Durán, farmacéutica en el Servicio de Atención Primaria de Lalín (Pontevedra). El desarrollo de la AF en un centro de salud "reporta un claro beneficio a las personas mayores", ya que se consigue detectar y solucionar los posibles problemas farmacoterapéuticos. En el centro, se ha establecido un procedimiento de recogida de datos sobre los tratamientos a personas mayores y el farmacéutico de A.P. da información continuada al paciente con lo que se consigue el doble objetivo de obtener la máxima eficacia del tratamiento minimizando los riesgos asociados.
Por su parte, Antoni Sicras, médico de la Dirección de Planificación de Badalona Serveis Asistenciales, resaltó los aspectos principales del programa de adecuación de la prescripción de medicamentos en centros residenciales geriátricos de CatSalut. La contención del gasto farmacéutico, atribuible a una mayor eficiencia en las actuaciones, fue el principal resultado expuesto por Sicras, que abogó por la promoción de mecanismos de coordinación entre los profesionales de Atención Primaria y el conocimiento mutuo entre los distintos niveles asistenciales de los trabajos desarrollados por cada uno para mejorar la asistencia a los pacientes.
Enfermedades cardiovasculares
La estimación del riesgo cardiovascular en España centró la otra mesa redonda aludida. Moderada por Cristina Agudo, presidenta del Comité Científico del IX Congreso de SEFAP, contó con la presencia de especialistas en Cardiología como Jesús Berjón, del Hospital de Navarra. Este experto destacó la importancia de llevar a cabo una buena evaluación del riesgo cardiovascular, clave para tomar una decisión sobre el tratamiento que se da a cada paciente. "Con relativa frecuencia, los pacientes de bajo riesgo cardiovascular son tratados en exceso y los de alto riesgo son infratratados", aseguró el cardiólogo navarro, que apuntó también que "los avances en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares han sido muy importantes y contrastan con lo poco conseguido en la prevención de estas enfermedades".
Es precisamente en la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares donde hay que poner el foco, ya que es donde se obtienen mayores beneficios para el paciente. En concreto, Berjón destacó la necesidad de luchar contra el tabaquismo, controlar la tensión arterial de los pacientes e informarlos acerca de los riesgos que entraña no seguir hábitos de vida saludables que eviten problemas como la obesidad y el sedentarismo.
Las bases para comprender las distintas tablas de estimación del riesgo las sentó José Carlos del Castillo, médico tinerfeño del grupo de enfermedades cardiovasculares de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). El principal objetivo de la prevención de las enfermedades cardiovasculares, según el doctor Del Castillo, es "reducir del número de primeros eventos y de recurrencias debidos a enfermedad isquémica coronaria, ictus isquémico y arteriopatía periférica, para evitar discapacidades y muertes tempranas". Para decidir cómo tratar a un paciente, los facultativos cuentan, según se expuso, con distintas tablas (Framingham, REGICOR y SCORE, principalmente), que se diferencian por la población en la que se basan, las variables que consideran y el punto de corte que establecen para catalogar a un paciente como de alto riesgo.
Las razones y los métodos para calibrar el riesgo cardiovascular los aportó Jaume Marrugat, coordinador de la Unidad de Lípidos y Epidemiología Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona. "La tasa de incidencia de infarto de miocardio en España y en otros países del sur de Europa es baja respecto a la alta prevalencia de factores de riego cardiovascular", aseguró Marrugat. "Como consecuencia, las ecuaciones de riesgo coronario de Framingham pueden sobrevalorar el riesgo real´-afirmó- por lo que es necesario calibrar su ecuación para adecuarla a las características de una población con bajo nivel de incidencia de la enfermedad. Esto se ha realizado a través del estudio REGICOR, y la aplicación de sus puntos de corte más acordes a la incidencia real de las cardiopatías, "con lo que se optimizan los tratamientos a los grupos de riesgo y se refuerzan las acciones de prevención en los pacientes propensos a sufrir episodios coronarios", tal como se indicó.
Durante esta mesa también se habló de las implicaciones farmacoeconómicas del cálculo del riesgo cardiovascular, a cargo de María Carmen Montero, técnico del Medicamento del Distrito Sanitario Condado-Campiña de Huelva. Valorar los costes asociados al tratamiento de hipercolesterolemia en prevención primaria permite conocer qué tratamiento tiene una mayor efectividad a un coste menor.
En este sentido, Montero presentó un estudio de costes realizado desde dos perspectivas, una basada en los resultados de eficacia obtenidos por estatinas y otra centrada en la práctica clínica habitual en las consultas de Primaria. Según los resultados del estudio, la opción más económica para abordar la prevención primaria de riesgo cardiovascular es la que incluye la utilización de la tabla REGICOR y la aplicación de los criterios terapéuticos establecidos por el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de la semFYC.
Además, se insistió en que "al orientarse la prevención primaria de riesgo cardiovascular a personas sanas, debe meditarse cuidadosamente la prescripción de fármacos, y realizarse únicamente en casos considerados de alto riesgo".