Practicar deporte de resistencia
o mantener una actividad
laboral físicamente intensa
durante años aumenta el
riesgo de padecer una arritmia,
especialmente la más frecuente
de ellas, la fibrilación
auricular, según un estudio del
Hospital Clínic de Barcelona.
La fibrilación auricular se
caracteriza por un ritmo cardiaco
irregular y puede ser
causa o consecuencia de una
insuficiencia cardiaca. Los síntomas
más frecuentes son
palpitaciones, sensación de
falta de aire, dolor torácico y
mareo.
Entre las conclusiones del
estudio, publicado por ‘Europace’,
destaca también que el
30% de los casos que ingresan
en Urgencias por fibrilación
auricular son de causa desconocida
y ocurren en mayores
de 65 años.
El trabajo, que se presentó
en el III Simposio Internacional
Esteve de Cardiología, pretende
identificar nuevos factores
de riesgo para el desarrollo
de la fibrilación auricular idiopática.
Así, los resultados demuestran
que existe un efecto
acumulativo, ya que la probabilidad
de padecerla aumenta
con la cantidad de ejercicio físico
practicado.
Además de la actividad física,
también influye la altura
y tamaño de la aurícula en el
desarrollo de este trastorno.
Según informó el Hospital Clínic,
la prevalencia de esta cardiopatía
aumenta también con
la edad, pasando del 0,4% de
afectados entre la población
general al 5% entre los mayores
de 65 años.
El estudio se realizó entre
107 individuos menores de 65
años que habían acudido a los
servicios de Urgencias del citado
hospital barcelonés con un
episodio de fibrilación auricular
de menos de 48 horas de
duración.
Según el coordinador del
estudio, Lluis Mont, la investigación
realizada demuestra
que "a partir de una determinada
edad hay que ajustar el grado
de esfuerzo físico para evitar
problemas cardiacos futuros".
"El deporte es sano, pero debemos
ser conscientes de nuestras
capacidades y no exigirnos
altos rendimientos", señaló.