1. Acostar al bebé boca arriba: esta postura
reduce el riesgo de muerte súbita. A partir
de los cinco o seis meses es normal que los
bebés se den la vuelta, algo que no se debe
impedir. Aunque a esta edad el riesgo
de muerte súbita disminuye considerablemente,
conviene seguir acostando al bebé
boca arriba. Si el bebé tiene algún problema
de reflujo gastroesofágico, ha de comentarlo
con su pediatra.
2. El colchón donde duerme debe ser rígido:
se han de evitar los colchones blandos o de
lana, los almohadones, los colgantes al cuello
y cualquier otro objeto que pueda provocar
asfixia durante el sueño, como cintas o
cordones en las inmediaciones de la cuna.
3. No abrigarle demasiado: el bebé no debe
tener ni mucho frío ni mucho calor, ya que
el exceso de ropa o el calentamiento de la
habitación aumenta el riesgo de muerte súbita.
Por tanto, arropar excesivamente al
lactante, especialmente si tiene fiebre, no
es aconsejable y se ha de tener especial cuidado
en no cubrirle la cabeza, ya que los
bebés eliminan el exceso de calor a través
de ella. Para evitarlo se ha de dejar los brazos
y manos por encima de la ropa de cama,
puesto que, de este modo, aunque se
mueva, la cabeza no pueda quedar tapada.
4. Mantener limpio el ambiente: no se debe
fumar en la habitación del bebé e, incluso,
se ha de procurar no hacerlo en ninguna habitación
de la casa. Es un hecho que los bebés expuestos al humo de tabaco durante el embarazo y después del nacimiento también
tienen un mayor riesgo de muerte súbita.
5. Si es posible, darle de mamar: la lactancia materna es un factor protector de la salud
del bebé.
Y si su bebé no ha nacido todavía, recuerde
que el consumo de tabaco, alcohol o drogas
durante el embarazo multiplica el riesgo de
padecer un síndrome de muerte súbita del
lactante.
FUENTE: Asociación Española de Pediatría.