El objetivo básico de esta OPE Extraordinaria ha sido intentar dar solución a un problema endémico largamente denunciado por múltiples instancias, desde los propios implicados hasta el Defensor del Pueblo: la insostenible interinidad de alrededor de un 35 por ciento de la plantilla de las instituciones sanitarias de la Seguridad Social a lo largo de más de una década. Esta larga situación de inestabilidad ha venido provocando una situación de frustración ante la precariedad en la calidad del empleo y la anulación del derecho a la promoción interna.
El Ministerio de Sanidad y Consumo ha corroborado que, con la llegada de 2006, dicha OPE entra en su recta final, habiéndose cerrado en todas las categorías y especialidades la fase de selección y con el proceso concluido en muchas de las especialidades en Medicina. En total, han participado 306.902 aspirantes, para 37.078 plazas en 89 categorías y especialidades diferentes.
En lo que respecta al personal facultativo de hospitales, sobre un total de 6.551 plazas convocadas, se habían realizado a finales de 2005 5.899 nombramientos en 41 de las 45 especialidades convocadas y 74 declaraciones de excedencia. Algo más retrasadas se encontraban las plazas de facultativos en Atención Primaria: Medicina Familiar y Comunitaria, de Urgencias, y Pediatría y Puericultura que, con un total de 3.638 plazas, aún no se ha registrado ningún nombramiento.
Si bien los anteriores datos se refieren a la OPE Extraordinaria que se desarrolla en las instituciones sanitarias de las comunidades que constituían el antiguo Insalud, ya transferido, otras cuatro autonomías se sumaron a la realización de procesos de consolidación paralelos, como Andalucía, Canarias, Galicia y Comunidad Valenciana. Salvo problemas puntuales, sobre todo referidos a baremos, el proceso se ha desarrollado en ellas de forma paralela a la llevada a cabo en el territorio del antiguo Insalud.
El camino recorrido en estos cuatro años ha estado salpicado de obstáculos y ya desde su comienzo contó con posiciones divergentes. Mientras que sindicatos como Comisiones Obreras (CC.OO.) o Unión General de Trabajadores (UGT) se mostraban más partidarios del proceso que iba a empezar a desarrollarse a finales de 2001, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), aun apoyándolo en su conjunto, mantuvo una postura más crítica, creyendo suficiente la convocatoria de una gran OPE ordinaria.
La complejidad de la OPE Extraordinaria se ha agravado, a juicio de expertos, al adherirse al médico otros colectivos
Entre las Sociedades Científico-Médicas, en concreto las de representantes de los profesionales de Atención Primaria, los puntos de vista sobre la OPE no mostraban tampoco una clara unanimidad. Así, por ejemplo, la Sociedad
Española de Medicina General (SEMG) consideraba que la Ley 16/2001, reguladora del proceso de consolidación, recogía iniciativas y soluciones que venían siendo defendidas por dicha Sociedad y suponía una histórica y definitiva integración de la mayoría de los médicos interinos, dando fin a una larga situación de empleo precario. Las mayores trabas que la SEMG puso a la Ley tenían relación con la falta de protocolo en la valoración de la memoria, que evitase discrecionalidades, y la falta de presencia de esa Sociedad Científica en los tribunales de valoración.
Por el contrario, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) mostró, desde el principio, su oposición a la convocatoria de consolidación de empleo de las plazas de esa especialidad, así como a las de médicos de urgencia en Atención Primaria, llegando a solicitar a la Audiencia Nacional la suspensión cautelar de la ejecución de dichas convocatorias. La semFYC consideraba que el largo período de precariedad en el empleo no justificaba hacer una excepción al procedimiento ordinario de concurso-oposición y convertirlo en un concurso de méritos al que se añadía, sin suficientes garantías de objetividad y transparencia, la realización de una memoria y de una entrevista. Por otra parte, esta Sociedad Científica consideraba como discriminatoria la desigual valoración de los servicios prestados en el Insalud y en otras comunidades, y el abandono del criterio de homologación ente formación especializada y experiencia profesional del Real Decreto 1753/98 de 31 de julio.
El recurso interpuesto por dicha entidad no prosperó, como tampoco lo hizo el de un grupo de médicos interinos de Atención Primaria de Castilla y León, bajo la denominación de Asociación de Médicos Titulares Interinos de Castilla y León, al considerar que la Orden Ministerial de 4 de diciembre de 2001, por la que se convocaba el proceso extraordinario, vulneraba derechos fundamentales, por contemplar una baremación injusta que otorgaba mayor puntuación a los médicos formados por la vía MIR. Éstas han sido sólo algunas de las múltiples polémicas que han venido produciéndose alrededor de todo el proceso de esta OPE Extraordinaria.
Para evitar posibles desplazamientos que la OPE Extraordinaria pueda generar, se ha creado la situación de excedencia voluntaria con derechos especiales
Exasperante lentitud
En lo que todas las partes implicadas en el proceso están de acuerdo, con la perspectiva que dan estos cuatro años transcurridos, es en que el elemento más negativo y desvirtuador, de todos los aspectos percibidos, ha sido la exasperante lentitud con que se ha ido produciendo el proceso y que ha desbordado cuantos mecanismos ha ido introduciendo la Administración para su dinamización.
Desde que La Ley 16/2001 de 21 de noviembre iniciaba el proceso y fijaba un plazo de 18 meses para darlo por concluido, se han ido sucediendo hasta la fecha cuatro ampliaciones del plazo marcado. Así, la Ley 53/2002 de 30 de diciembre prorrogaba la finalización al 31 de diciembre de 2003. la Ley 62/2003 de 30 de diciembre lo hacía hasta el último día de 2004. el Real Decreto Ley 9/2004 de 3 de diciembre hacía lo propio hasta finales de 2005 y, por último, la Orden 4034/2005 de 12 de diciembre ha marcado nuevamente el tope en diciembre de este año, en lo que parece y se espera que sea la última prórroga que se produzca.
La Administración, a lo largo de dichas prórrogas, ha venido aduciendo la extrema complejidad que en sí mismo llevaba todo el proceso, con hasta tres mecanismos sucesivos de adjudicación de plazas. así como el elevado número de convocatorias de plazas ofertadas y de aspirantes presentados y admitidos.
Para Cristóbal Gil, representante de CC.OO. en la Comisión Paritaria de seguimiento de la OPE, esta manifiesta lentitud se ha debido fundamentalmente a dos motivos. El primero de ellos de tipo legal, puesto que la propia legislación hace que los sistemas de oposición y provisión sean de por sí poco ágiles, con constantes y lentos plazos que hay que ir cumpliendo consecutivamente.
El segundo motivo se debería, en su opinión, a 'la dejación de voluntad política respecto a la OPE que se produjo en el año 2003 y que supuso su paralización casi absoluta, no se dotó de medios humanos ni técnicos a los tribunales, lo que fue provocando un retraso cada vez mayor. En 2004, con el cambio de Gobierno se van aportando más medios y recuperándose poco a poco el ritmo. a pesar de todo y hasta la fecha los recursos siguen siendo a todas luces insuficientes'.
Tomás Toranzo, representante de la CESM en dicha Comisión, sostiene, por su parte, que la excesiva fragosidad y lentitud en el proceso tiene su causa en la inclusión de otros colectivos aparte del facultativo, sin tener en cuenta que el problema de la interinidad era mayor en los médicos, pues si bien otros trabajadores contaban con una alta tasa de interinidad, gran parte de ellos habían tenido ofertas de empleo en los últimos años, lo que no había ocurrido con los facultativos. 'El problema de la interinidad del personal médico 'afirma Toranzo- se podía haber solucionado con una OPE ordinaria, pero se produjo el efecto dominó con otros trabajadores y, lo que en un principio iba destinado sólo a los médicos, se extendió al resto del personal de instituciones sanitarias e hizo que el proceso fuese extremadamente complejo'.
En lo que todos coinciden es en que a la falta de medios puestos por la Administración hay que contraponer el tremendo esfuerzo llevado a cabo por parte de todo el equipo humano que ha venido gestionando esta OPE Extraordinaria, sometido a una fuerte y permanente tensión, y donde se ha ido sucediendo más de una baja motivada por el constante estrés.
OPE y movilidad geográfica
Otro aspecto importante a destacar de todo este proceso de consolidación de empleo radica en su capacidad para combinar los derechos del personal interino por su estabilidad laboral con los del personal fijo que reclamaban movilidad tras muchos años también sin haber podido participar en concursos de traslados, pues hay que tener en cuenta también la condición de concurso de traslado de esta OPE y toda la problemática que se crea en torno a la movilidad en el puesto de trabajo.
Cristóbal Gil advierte que si bien esta Oferta Pública de Empleo va a lograr la estabilidad laboral de muchos trabajadores de la Sanidad española, no va a resolverla en el lugar geográfico donde los aspirantes desean o necesitan establecerse: 'no es de recibo 'afirma- que después de muchos años de interinidad, un trabajador que obtiene plaza tenga que trasladarse a trabajar a cientos de kilómetros de donde lo ha venido haciendo hasta ahora'.
Para solucionar este nuevo problema que se genera, el representante de CC.OO. cree que es necesario llevar a cabo un proceso de movilidad voluntaria en el conjunto del Estado, ya que todavía quedan muchos profesionales desplazados, al tiempo que, para evitar los desplazamientos que la OPE pueda generar, se ha creado la situación de excedencia voluntaria con derechos especiales. Esto permite que se pueda solicitar el reingreso provisional sin esperar un plazo mínimo exigible de dos años, por lo que muchos trabajadores se acogerán a ella para solicitar el reingreso en localidades o provincias cercanas a su lugar de residencia, pero sólo de manera provisional.
Pese a que en un principio a la OPE Extraordinaria se le concedió un plazo de ejecución de 18 meses, han sido necesarias otras cuatro ampliaciones
Esas excedencias especiales son concedidas por el Ministerio de Sanidad y Consumo, pero serán las respectivas comunidades autónomas las encargadas de gestionar el reingreso provisional. Esto ha propiciado que se produzcan desigualdades en cuanto a dicho reingreso, ya que mientras algunas CC.AA. no ponen trabas al reingreso como interinos de aquéllos que han aprobado esta OPE Extraordinaria, en algunas como puede ser el caso de Castilla y León, los requisitos para dicho reingreso como interinos están condicionados por toda una serie de limitaciones. En otras, como la Comunidad de Madrid se firmó con los sindicatos en noviembre pasado un acuerdo mediante el cual cada profesional desplazado de su puesto de trabajo como consecuencia de la OPE, se incorpora automáticamente a una bolsa de empleo como demandante de un puesto dentro del área de salud donde haya sido cesado.
Asimismo, ha sido un aspecto polémico de todo este gigantesco proceso, en lo que se refiere a la consolidación del puesto de trabajo en la localidad deseada, el denominado sistema de resultas, con tres procesos consecutivos en la fase de provisión de las plazas del personal facultativo. A través de ellas, se van solicitando las plazas vacantes existentes y se van incorporando en cada uno de los sucesivos procesos las plazas que quedan vacantes provenientes del personal fijo que obtiene alguna de las que solicitó en el proceso anterior. Este sistema puede dar lugar a que un aspirante que ha obtenido una puntuación alta y obtiene una plaza en el primer proceso, no pueda optar a otra mejor que sólo queda libre en el segundo o tercer proceso. Esto podría haberse solucionado permitiendo que aquéllos que obtuviesen plaza en un primer o segundo proceso pudieran optar nuevamente a las plazas que salieran nuevas en procesos posteriores. El temor de que aquello supusiese una mayor duración de la OPE, haciéndola interminable movió a la Administración a limitar la fase de provisión sólo a los tres procesos de asignación de plazas que se contemplan en ella.
En cuanto a las especialidades cuyo proceso ha resultado más problemático y lento, tanto Tomás Toranzo como Cristóbal Gil coinciden en señalar que, por encima de problemas concretos, como pudiera ser la interposición de un determinado recurso, la causa principal de dicha problemática viene directamente relacionada con el número de plazas convocadas y el consiguiente número de solicitudes recibidas que enlentecen, sobre todo, la baremación. Esto queda corroborado en el caso de Medicina de Familia que, junto con Pediatría y Urgencias, son las categorías médicas más retrasadas en la OPE que se viene desarrollando en el antiguo territorio del Insalud y que sólo ha finalizado en Galicia. o en Pediatría que no lo ha hecho tampoco en Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana ni en la propia Galicia.
Alrededor de un 35 por ciento de las plantillas del SNS han sido interinas, hasta la ejecución de la OPE Extraordinaria
En definitiva, si bien esta Oferta Extraordinaria de empleo va a poner fin a una larga etapa de interinidad para muchos médicos de la Sanidad española, no va a erradicar totalmente el problema. Desde que se lanzó esta OPE en 2001 no se han convocado prácticamente otras OPE ordinarias, y donde se ha hecho no ha sido de un volumen suficiente, lo que ha propiciado la aparición de nuevas interinidades posteriores. Se hace, por lo tanto, imprescindible que todos los Servicios de Salud en donde se han llevado a cabo estos procesos extraordinarios de consolidación de empleo convoquen una nueva OPE ordinaria al finalizar el mismo, sacando todas las plazas que afloren de nuevo con interinidades.
Como balance final, se puede considerar que a pesar de la excesiva duración con que se ha desarrollado todo este mastodóntico proceso, la experiencia ha sido positiva, ya que la voluntad de llegar a un acuerdo entre distintas Administraciones sanitarias autonómicas, tan poco frecuente por otra parte entre ellas, ha permitido solucionar un grave problema que lastraba a un elevado número de médicos y otras categorías profesionales de la Sanidad española.