A la hora de analizar cuál es la verdadera dimensión del proceso de feminización, así como comprobar cómo se está intensificando en el presente y hasta dónde puede llegar, los datos hablan por sí solos. En este sentido, y según datos actualizados de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, si en 1965, las mujeres médica representaban el 7,30 por ciento del total de la profesión, en 2001 esta cota llegaba ya al 47,05 por ciento y las previsiones pasan por que supere el 60 por ciento en 2030. En consecuencia, está claro que de cumplirse estas previsiones 'en el futuro la Medicina será una profesión eminentemente feminizada'.
Sindicatos como la CESM ven necesaria la introducción de cambios en la actual regulación laboral para adaptar la profesión médica a la situación actual y venidera
De hecho, el proceso se muestra sin necesidad de tener que hacer proyecciones a 30 años. En concreto, al comparar los datos actuales con los recopilados por este mismo sindicato en 1999 en su estudio 'El número de médicos en España', queda claro que el ejercicio de la Medicina en España 'cada vez tiene más rostro femenino' (actualmente hay 55.000 facultativas de menos de 44 años). Además, los datos ponen de relieve que 'el fenómeno del incremento de mujeres en la vida laboral, consecuencia del desarrollo social, es más acusada en la profesión médica que en el resto'.
La distribución por sexos varía también por comunidades autónomas. Así, según el recién estudio sobre 'Demografía médica en España', elaborado por la Fundación CESM, las comunidades más 'feminizadas' serían Asturias, (52,78 por ciento). Madrid (52,21 por ciento). y Aragón (51,23 por ciento), siendo las regiones del Sur y el Este donde la presencia de mujeres es menor. Así, son la ciudad autónoma de Ceuta, con un 34 por ciento, Baleares, con un 40, y Canarias con un 43, donde se registran menores proporciones de mujeres.
En definitiva, el análisis realizado por el sindicato, a partir de distintas bases de datos (MIR, censo de especialistas y habilitaciones de Medicina General), constata que se trata de un fenómeno 'imparable' y que se mantiene plenamente vigente apoyado en una pirámide poblacional de médicos menores de 30 años donde el porcentaje de mujeres duplica el de hombres. Los ponentes reflejan también que la feminización 'podría aumentar considerando que las jubilaciones que se producirán en los próximos años serán preferentemente de hombres médicos', estimación que cobra verdadera importancia si se tiene en cuenta que más de dos tercios de los facultativos mayores de 50 años son hombres.
Comunidades como Asturias, Madrid y Aragón registran, en estos momentos, la mayor tasa de mujeres entre los profesionales médicos
En la actualidad, según la misma fuente, la mayoría de las mujeres con posibilidad de llegar a ejercer, que son ya el 46 por ciento del total de los facultativos, tienen edades comprendidas entre los 35 y los 39 años, lo que significa que proceden de las últimas promociones de médicos internos residentes (MIR), que suelen acabar después de los 30 años.
La situación en las Facultades
Asimismo, para poder analizar con detenimiento cuál es la verdadera naturaleza del proceso y cuál va a ser su evolución futura, resulta fundamental detenerse en lo que está ocurriendo en las Facultades de Medicina de España y Europa, primer escenario donde se observa el fenómeno de la feminización, siendo incluso más intenso que en la realidad del ejercicio de la profesión.
En este sentido, las cifras varían escasamente, reflejando una presencia de mujeres en torno al 70 por ciento del alumnado. Así, Joan Viñas, rector de la Universidad de Lleida y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Escuelas de Medicina de Europa (AMSE), considera, en declaraciones a EL MEDICO, que llegados a este punto es difícil que el proceso de feminización 'se intensifique mucho más'. En cualquier caso, el profesor Viñas aclara que se trata de 'una tendencia mundial', si bien cabe destacar que 'en algunos países ya hace muchos años que mantienen estas proporciones tan altas de mujeres estudiantes de Medicina, como los de la Europa del Este'.
De todas formas, para este experto, la feminización de la profesión constituye un proceso 'muy positivo', ya que la Medicina es una profesión que 'exige una sensibilidad y unas aptitudes y actitudes que afloran más fácilmente las mujeres'. Tras destacar que la actual igualdad de derechos entre los sexos hace posible que no haya 'problemas de acceso' a la profesión por parte de las mujeres, Viñas destaca que desde que ha empezado a darse esta incorporación de la mujer a la profesión médica los facultativos varones han ido 'a prendiendo las cualidades positivas' que tienen sus colegas del sexo opuesto.
Las discriminaciones en cuanto a remuneraciones económicas es uno de los problemas a los que han de hacer frente las mujeres dedicadas a la Medicina, con respecto a sus colegas varones
Para Joan Viñas, no cabe duda de que la feminización de la profesión tendrá una incidencia clara en la asistencia a los pacientes, ya que la incorporación de las mujeres redundará en una mejora del 'trato humano', un aspecto que a su juicio resulta 'esencial' para lograr una adecuada calidad asistencial.
Por su parte, el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, el pediatra Ángel Nogales, estima que el citado fenómeno de la feminización forma parte de 'un proceso general de la Universidad y en particular de la carrera de Medicina, en donde la gran mayoría de los alumnos (el 75 por ciento o más) son mujeres'.
Nogales explica, en declaraciones a EL MEDICO, que si bien se trata de una situación 'que, sin duda, obedece a diferentes causas', en principio hay que tener en cuenta que 'no es deseable que una carrera universitaria esté monopolizada por uno de los dos géneros', ya que 'lo mas adecuado sería que la representación de género en la carrera se correspondiera con la de la sociedad'.
Asimismo, el doctor Nogales considera que el incremento del número de mujeres entre los alumnos de Medicina 'continuará, aunque seguramente a mucho menor ritmo', si bien destaca que se trata de un fenómeno que también se está dando de forma general en el resto de Europa.
De hecho, según un reciente análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la proporción de mujeres médico ha crecido 'fuertemente' en todos los países integrados que forma parte de esta entidad, hasta el punto de que en países como Finlandia, Polonia o la República Checa, hay ya más mujeres que hombres ejerciendo la Medicina. En Francia, por ejemplo, se ha pasado de una proporción de una mujer de cada cuatro médicos en 1985 a una de cada tres en la actualidad.
'El aumento de la proporción de médicas es importante, no sólo porque algunos pacientes prefieren que su doctor sea una mujer, sino también porque éstas tienen una forma de participar en la asistencia sanitaria diferente a los hombres, como se refleja, por ejemplo, en la elección de las especialidades', señala el informe de la OCDE.
Especialistas
Por otro lado, en lo que se refiere a las áreas preferidas por las mujeres para desarrollar su labor dentro de la Medicina, el profesor Viñas estima que se trata de aquéllas 'menos tecnificadas y que requieren de menor fuerza física'. es decir, las que implican una relación más cercana con el paciente, como ocurre con Medicina Familiar y Comunitaria o Pediatría. No obstante, el rector de la Universidad de Lleida indica también que en el caso de especialidades como la de anestesista, teniendo en cuenta que han acabado la carrera 'tantas mujeres en los últimos años', también 'se van copando de especialistas mujeres'.
En lo que se refiere a esta cuestión de las especialidades, la CESM señala en uno de sus estudios que son las especialidades quirúrgicas las que siguen manteniendo las menores tasas de mujeres. Asimismo, considera que 'se podría establecer una relación entre las especialidades elegidas por las mujeres y las guardias hospitalarias', ya que las féminas 'tratan de compaginar su profesión con la vida familiar', a diferencia de sus compañeros varones.
En concreto, y según su último estudio, entre las especialidades más feminizadas se encuentran algunas de aparición relativamente reciente como Geriatría o Rehabilitación, junto a otras más antiguas y clásicamente femeninas tales como Análisis clínicos, Microbiología y Parasitología, Hematología o Bioquímica Clínica.
Y pese a que, como ya se ha expuesto, en estos momentos las especialidades quirúrgicas se encuentran entre las que cuentan con menos mujeres, se prevé una posterior ola de feminización más abierta a su incorporación en los servicios de Cirugía, 'lo que alterará las estructuras de personal de algunos de ellos tan emergentes como las Urgencias', en opinión de este sindicato.
También se constata que 'cuánto más nuevas son las especialidades, más feminizadas están'. Como ejemplo es lo que ocurre en el caso de la Medicina Familiar y Comunitaria, donde sólo el 2 por ciento de los médicos son mayores de 50 años y el 60 por ciento del total son mujeres, siendo la franja de edad donde más proporción existe la de 30-34 años.
Otra de las conclusiones de este sindicato es que 'en las especialidades típicamente masculinas se están produciendo tímidos retazos en los tramos más jóvenes', como se pone de relieve en áreas como Cirugía General y Traumatología, donde está aumentando la presencia femenina, entre los facultativos con edades entre 30 y 35 años aunque en otras como Urología o Neurocirugía se mantenga estable la tasa.
No obstante, la realidad creciente de la feminización vuelve a evidenciarse si, además de las Facultades, analizamos la composición de las últimas promociones de médicos residentes, de la que se desprende que 'la tendencia va cambiando, aunque despacio, a la hora de elegir especialidad'. Así, las especialidades preferidas por las mujeres están siendo Otorrinolaringología, con un 72,6 por ciento, Geriatría con un 71,5 por ciento, Ginecología y Obstetricia, con un 69,7 por ciento, y Hematología, con un 66,1 por ciento.
Por otro lado, es previsible que la tasa de feminización se reduzca en los próximos años en aquellas especialidades consideradas más 'femeninas', como las que implican el desempeño laboral en servicios centrales sin guardias, donde las mujeres preferían desarrollar su trabajo para conciliar mejor su vida laboral y familiar. Así, las previsiones apuntan a que la tasa bajará hasta converger con la media, en áreas como Análisis clínicos o Bioquímica, debido básicamente a que 'se están convocando menos plazas en los últimos años, por lo que la feminización de los colectivos nuevos influye menos globalmente', aunque también a que 'debe de haber una menor feminización en las últimas promociones en esas especialidades'.
Para los autores del análisis, esta evidencia 'quizás tenga que ver con que se está tendiendo a una homogeneización de la distribución por sexo, disminuyendo la diferencia entre las distintas especialidades', de forma que 'aquéllas más feminizadas de inicio, en las que se notaba más la elección por las mujeres, ahora son más homogéneas entre ambos sexos, por lo que su feminización irá disminuyendo'. mientras que 'las menos feminizadas se van feminizando más progresivamente'.
En este sentido, para Ángel Nogales, si bien las especialidades más seguidas por las mujeres han sido, por lo general, Medicina de Familia, Pediatría, y las de Laboratorio (Análisis Clínicos, Microbiología), no hay que olvidar que 'actualmente en todas las especialidades se produce una mayor presencia de la mujer'.
Por otro lado, según se desprende de un estudio presentado en 2004 por el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) a partir de las respuestas de 611 cuestionarios enviados a médicos de esa provincia, existen ciertas diferencias en las preferencias de los hombres y mujeres médicos.
De este modo, según explicó el presidente del COMB, Miquel Bruguera, en la presentación de los resultados, las mujeres prefieren concentrarse en una sola actividad laboral, preferentemente en la Sanidad pública, ya que esto 'les permite tener un horario más fijo y dedicarse a otras tareas como cuidar de la familia y de los hijos'. De este proceder puede deducirse que para las mujeres 'ser médico es muy importante en su vida, pero no lo es todo'.
'Previsiblemente, el hecho de que prefieran concentrarse en una única actividad será beneficioso, porque no habrá riesgo de que se solapen dos tareas, y podrá focalizar sus energías en un aspecto'.
Otro de los grandes problemas a los que se enfrenta la mujer médico es que cobra menos que sus colegas varones. Así, en el caso de la provincia de Barcelona, el citado estudio evidencia que las facultativas y los médicos jóvenes son los que están peor retribuidos dentro del colectivo médico, aunque lógicamente al ir ganando más edad y experiencia se incrementan los ingresos. De todos modos, tampoco es que los sueldos sean en general muy abultados, ya que el 47 por ciento de los médicos de Barcelona cobran entre 1.200 y 2.400 euros y el 29 por ciento no llega a los 1.200 euros mensuales.
Necesidad de cambios
Teniendo en cuenta la magnitud del proceso de feminización, que transcurre paralelo a la cada vez mayor demanda a las Administraciones para que incorporen la sensibilidad de género en todos sus planteamientos, pocos niegan que sea necesario abordar reformas en las actuales políticas sanitarias, máxime si se tiene en cuenta que actualmente las mujeres apenas tienen presencia en los puestos de decisión en el ámbito sanitario y que presentan una realidad más compleja a nivel laboral que sus compañeros varones.
En este sentido, el citado estudio incide en que la feminización de la profesión médica 'implica la necesidad de prever las repercusiones que sobre el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud tendrá la ineludible aplicación a las mujeres médicos de las leyes que garantizan la igualdad entre sexos y de las que promueven la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras'.
De tal forma que, desde CESM se señala la necesidad de introducir cambios en la actual regulación laboral con el fin de que 'case lo mejor posible con las particularidades que acompañan al hecho de ser mujer', básicamente la maternidad y el embarazo. Así, la formación sindical reivindica, entre otras cuestiones, que las mujeres médico queden exentas de hacer guardias cuando se encuentran en estado avanzado de gestación y que puedan disfrutar de tiempo libre para cuidar a los hijos, además de que se hagan estudios sobre el riesgo que puede suponer para el feto la manipulación de aparatos de radiodiagnóstico.
Para los autores del estudio, la diferencia de género conlleva una serie de ventajas e inconvenientes. Así, indican que pese a la larga educación universitaria, 'las mujeres médicos no son insensibles a la influencia social, a la de los medios de comunicación y a la de su propio grupo de pertenencia, que todavía las persuade de que la realización familiar, el formar una familia, son estados deseables y de que ese rol debe de tener preferencia sobre el de su trabajo profesional'. 'Las mujeres nunca han aceptado plenamente un modelo de dedicación plena y casi excluyente al mundo laboral', agregan.
En opinión de expertos, la feminización de la Medicina tendrá una incidencia clara en la asistencia a los pacientes y en la calidad asistencial
Un ejemplo paradigmático de este rol femenino se encuentra en las parejas formadas por dos facultativos, cada vez más frecuentes debido también al proceso de feminización de la profesión médica. En este sentido, según un estudio publicado ya en 1993 por la revista Annals of Internal Medicine, en las familias formadas por médicos el hombre y la mujer suelen reflejar los roles tradicionales su sexo. En consecuencia, ellas suelen disfrutar de un menor éxito profesional, ya que desempeñan simultáneamente otras responsabilidades además de la laboral: 'la de madre preocupada por desarrollar vínculos afectivos con sus hijos, esposa o compañera sentimental, cultivando la relación y dedicándole su tiempo, educadora permanente, organizadora del hogar, encargada de la prestación sanitaria de toda la familia, cocinera, decoradora, promotora, etcétera, desarrollando multitud de roles'. 'Y todos ellos tienen preferencia sobre el rol profesional'. En la actualidad y en España, a juicio de CESM, con la actual normativa la mujer 'tiene imposibilitada la compatibilización de la vida profesional y la personal'.
RECUADRO
El estrés en las médicas
Otra de las dificultades a las que tiene que hacer frente las médicas que compaginan su trabajo con sus responsabilidades familiares, casi nunca repartidas con el varón en condiciones de igualdad, es el estrés, que les va afectando de forma progresiva y continuada debido a la presencia de varios factores, entre los que se puede destacar el acoso laboral y el sexual.
No obstante, también la propia maternidad supone una 'penalización' para las facultativas. Para los autores del citado estudio, no hay ninguna duda: 'Mujer, médico y madre, mal'. A su juicio, 'la mujer ya no frena su carrera por causa de la maternidad, sino que es la maternidad la que frena su carrera', lo que provoca en la profesional 'una mezcla de amor incondicional, sentimiento de culpabilidad y anhelo por el crecimiento personal vivido como egoísmo y abandono de los hijos'.
Asimismo, las profesionales de Medicina suelen sufrir más que sus compañeros y que otros colectivos el llamado síndrome del trabajador quemado, que ya está considerado una enfermedad laboral por los tribunales en España. De hecho, según las investigaciones realizadas al respecto, parece que este síndrome es más frecuente en el personal de hospital que el de los centros de salud, siendo el perfil tipo una mujer, mayor de 44 años, sin pareja estable, con más de 19 años de antigüedad profesional y más de 11 años en el mismo centro de trabajo, dedicado a los enfermos al menos el 70 por ciento de su jornada laboral, y trabajando entre 36-40 horas a la semana.
Ante este panorama, caracterizado por la existencia de 'diferencia de género' en la profesión médica actual, en que ser mujer y médico 'tiene inconvenientes' y en que las facultativas están 'más expuestas' a sufrir el síndrome del trabajador quemado, para los autores del estudio resultan evidentes las 'necesidades de cambio'. En este sentido, se trataría de conseguir 'una nueva legislación que garantice la igualdad entre sexos y leyes que permitan conciliar la vida laboral y familiar'. así como para 'fijar como meta el reconocimiento de la biología de la mujer y sus condiciones sociofamiliares en relación a la profesión médica' y poner en marcha 'intervenciones de prevención del burnout' o síndrome del trabajador quemado.
En la misma línea, según la opinión del presidente del COMB, la feminización del colectivo médico tendrá en el futuro 'un impacto importante en la organización del sistema sanitario', que 'ha sido diseñado por hombres' y tendrá en consecuencia que adaptarse a la nueva realidad de su fuerza de trabajo. En cualquier caso, a juicio de Bruguera, es evidente que 'la masiva incorporación de la mujer' será 'positiva' para el sistema sanitario.