A.P./L.F., Madrid.-Pese a que los psiquiatras españoles han aplaudido que el Ministerio de Sanidad haya atendido sus reclamaciones y haya variado su postura sobre la necesidad de visado en los antipsicóticos atípicos, pero consideran incongruente que a partir de febrero se exija dicho visado a los mayores de 75 años. Estos especialistas sostienen que se trata de fármacos con eficacia demostrada clínicamente en trastornos mentales graves, y que la medida se basa únicamente en conceptos economicistas en detrimento de la calidad terapéutica demostrada por la experiencia.
En declaraciones a EL MEDICO INTERACTIVO, Julio Bobes, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), que junto a la Sociedad Española de Psiquiatría integra la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, ha manifestado que "el Ministerio recoge sustancialmente lo que nosotros defendíamos, con este cambio de postura. sin embargo, no compartimos la restricción a los mayores de 75 años, por razones de experiencia clínica, de vulnerabilidad a los efectos secundarios neurológicos de los mayores, y por la complicación y barreras que supondría para los pacientes y su familia o cuidador sin que ello suponga una mayor seguridad o efectividad al ser un trámite administrativo. No hay criterio médico clínico o científico, ni siquiera económico que soporte esta restricción", tal como ha declarado.
El doctor Bobes, catedrático y jefe de Servicio de Psiquiatría de Oviedo, ha recordado que el problema con los nuevos antpsicóticos se inició hace un año y medio, cuando la Junta de Andalucía estableció la necesidad de visado para el tratamiento con antipsicóticos atípicos de los pacientes esquizofrénicos. Entonces se produjo la reprobación del Gobierno del PP.
"Es una medida economicista, basada en el incremento en el gasto de psicofármacos habido en los últimos años. Con ella se quería obligar a los psiquiatras a utilizar los antpsicóticos de los años 60. Y se supone que la aprobación de los medicamentos, que se realiza en los diferentes Ministerios de Sanidad de los distintos países desarrollados, es por algo. los fármacos no los aprobamos los médicos sino el Ministerio de Sanidad", ha añadido.
A este respecto, el vicepresidente de la SEPB ha explicado que los antipsicóticos atípicos son medicamentos que han sido aprobados sucesivamente por la Agencia Europea del Medicamento, y para toda la Comunidad Europea, en Estados Unidos la FDA (Food and Drug Administration). "Son fármacos que han demostrado que son muy eficaces, muy tolerables y seguros. Ningún otro país de la Comunidad Europea ha aprobado medidas restrictivas para el uso de los antipsicóticos atípicos. el visado no es una fórmula adecuada para el uso precautorio en los pacientes con alto riesgo cardiovascular", tal como ha señalado.
"De nosotros depende la comprobación clínica, por eso nos hemos opuesto como Sociedades Científicas a estas medidas basadas exclusivamente en principios economicistas. A nuestros argumentos la contestación del Ministerio ha sido que aceptan que esto no contribuía a un tratamiento de calidad de estos enfermos mentales graves, pero pretenden mantener la exigencia del visado para las personas mayores de 75 años", ha añadido.
Por todo ello, desde la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, según manifiesta Julio Bobes, "aceptamos con gran agrado y reconocemos el cambio de concepción del Ministerio de Sanidad sobre el "valor" de estos fármacos.
Resulta muy loable para los clínicos que el Ministerio haya reconocido que interferir en el quehacer clínico con este tipo de barreras, que implican la pérdida de tiempo del clínico, del paciente y/o su familia, no es lo mejor para el tratamiento de calidad en la comunidad de estos enfermos mentales graves. Sin embargo, dado que los pacientes mayores de 75 años constituyen un sector de población minoritario y que precisan, habitualmente, menores dosis, estimo que no es una buena medida de tipo económico".
"Los clínicos, por otra parte, compartimos con el Ministerio de Sanidad el criterio de que deberían desarrollarse más estudios y por tiempo más prolongado de estos psicofármacos en la población involutiva. La edad, por tanto, estimo que no puede ser el criterio de exclusión que conlleve pérdida de oportunidad terapéutica. En este campo de la psicogeriatría no puede perderse de vista que gran parte de estos enfermos permanecen bajo los cuidados de sus familiares o personas vinculadas que a la fuerza se constituyen en cuidadores informales, sin grandes apoyos externos", ha afirmado.
Para el profesor Bobes, "una persona de más de 75 años generalmente es más dependiente y necesita más cuidados de terceros. No hay soporte científico, técnico o clínico para exigir el visado para estas personas, cuyo grado de vulnerabilidad a los efectos secundarios de los antípsicóticos es mayor. Es una de las parcelas donde más interés tiene el uso de los nuevos antipsicóticos, uno de cuyos fuertes es que se toleran mucho mejor que los antiguos y producen menos efectos secundarios sistémicos y neurológicos", en su opinión.
"A una persona mayor de 75 años el uso de los antipsicóticos antiguos le produce más fácilmente síndrome parkinsonoide, temblores o dificultades de la marcha o de la coordinación, en contra de lo que sucede con los nuevos. Y el ahorro al que iba destinado la medida sería mínimo, pues hay muy pocos pacientes de este tipo mayores de 75 años y precisan dosis menores. En ellos el nivel de investigación es insuficiente todavía, pero no es lícito que sin estudio se les restrinja el tratamiento con antipsicóticos. Se da la paradoja que alguno de ellos como la risperidona tiene la indicación clínica específica para ancianos", tal como ha argumentado este psiquiatra.
Así, desde la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental se espera una reconsideración de la resolución en la que se aprueba el visado para los pacientes mentales graves mayores de 75 años. "Nos parece una medida muy desajustada a la situación real de la clínica psiquiátrica, en tanto en cuanto no existan evidencias sólidas de morbimortalidad cardiovascular en esta población involutiva", argumenta este portavoz.
Sociedades autonómicas recalcan
la "incoherencia" de la medida
Por su parte, la Sociedad Asturiana de Psiquiatría cree que la rectificación del Ministerio de Sanidad sobre los antipsicóticos es "menos lesiva", pero "sigue siendo igual de incoherente". El presidente de dicha entidad, el doctor Juan Antonio Gil López, que semanas atrás rechazó de forma tajante el control que inicialmente había planteado Sanidad para los fármacos antipsicóticos, se ha congratulado de la marcha atrás del Ministerio. "Es un éxito relativo, principalmente, para los enfermos", ha señalado, aunque matizando que sigue sin compartir la exigencia del visado para los pacientes de más de 75 años.
Dicho especialista considera que los fármacos atípicos no presentan mayores riesgos vasculares que los antipsicóticos clásicos. Además, recuerda que existe un único antipsicótico para uso en demencias en personas mayores, por lo que la decisión del Ministerio supondrá un bloqueo en la normal dispensación de este medicamento.
Gil López se mostró en contra de establecer visados a este tipo de fármacos, cuyo coste es bastante más elevado que el de los antipsicóticos clásicos. El precio de los medicamentos que el Ministerio pretende fiscalizar mediante puede oscilar de los 95 a los 140 euros, un cifra que se sitúa bastante por encima de los 5 o 10 euros que cuestan los más tradicionales. De ahí que los psiquiatras asturianos también consideren que se trata de una medida meramente "economicista".
El problema, apunta Gil López, es que la imposición del visado tendrá efectos negativos sobre los pacientes, ya que obligará a los pacientes o a sus familiares a tener que acudir obligatoriamente al Servicio de Inspección cada vez que el psiquiatra le recete un antipsicótico. "Se ponen muchas más trabas en personas que no tienen conciencia de enfermedad y eso provocará efectos muy graves", vaticina.
Con todo, este psiquiatra agradece que el Ministerio de Sanidad haya rectificado parcialmente, ya que recuerda que los antipsicóticos no sólo son prescritos a personas esquizofrénicas, sino a un amplio abanico de enfermos psiquiátricos. De hecho, se estima que entre un 10 y un 15 por ciento de los pacientes a tratamiento en salud mental consumen este tipo de fármacos. Los antipsicóticos de nueva generación están siendo prescritos en la actualidad también a personas que atraviesan por un cuadro obsesivo, a maníacos-depresivos o a enfermos con alucinaciones.
El presidente de la Sociedad Asturiana de Psiquiatría apunta, finalmente, que aunque se trata de medicamentos más caros, "son mucho más seguros y menos perturbadores que los clásicos". Gil López cree que los pacientes tienen derecho a recibir el mejor tratamiento.