Los sistemas sanitarios están pensados para salvaguardar la salud de la población, pero indirectamente también están influyendo negativamente en la misma. El motivo es que estas grandes instituciones, sobre todo los hospitales, tienen un alto impacto medioambiental. Las cifras son imponentes. Según un estudio publicado…
Los sistemas sanitarios están pensados para salvaguardar la salud de la población, pero indirectamente también están influyendo negativamente en la misma. El motivo es que estas grandes instituciones, sobre todo los hospitales, tienen un alto impacto medioambiental. Las cifras son imponentes. Según un estudio publicado en The Lancet los hospitales son responsables del cinco por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En concreto, el trabajo aclara que el 70 por ciento de estas emisiones se relacionan con la energía utilizada para mantener los edificios y sus equipos.
Por otra parte, un análisis publicado anualmente por Health Care Without Harm, que estudiaba la huella de carbono emitida por la industria sanitaria en 45 países, concluía que, en términos comparativos, la huella climática mundial de la atención médica es equivalente a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de 514 plantas eléctricas de carbón. Estas emisiones se concentran sobre todo en Estados Unidos, China y la Unión Europea. De hecho, estos tres territorios generan más de la mitad de la huella climática mundial del sector salud.
En el caso de España, el sector salud sería responsable de aproximadamente el 4,5 por ciento de las emisiones de carbono. No obstante, el sector de la salud en España elevó un 2,1 por ciento sus emisiones a la atmósfera en 2021 en comparación con 2020, según datos provisionales de las “Cuentas medioambientales. Cuenta de Emisiones a la Atmósfera Avance 2021 y año 2020” del INE.
Sostenibilidad como un concepto global
La sostenibilidad es en realidad un concepto global. Contar con innovación que mejore el impacto al medio ambiente también supone reducir costes de energía y recursos innecesarios, lo que a su vez redunda en la sostenibilidad económica del sistema. Para lograr este objetivo es necesario empezar a tomar medidas básicas, pero eficaces.
Para empezar, mejorar la eficiencia energética, lo que pasa por buscar medidas para buscar una iluminación con menos gasto, optimizar la climatización y en el caso de los centros sanitarios, también buscar modelos de ahorro para los equipos médicos.
Además de una mejor gestión de la energía, otro paso necesario es cambiar de donde se obtiene dicha energía. Es decir, empezar a hacer una apuesta por energías renovables, por ejemplo, con la implantación de paneles solares que permitan reducir la dependencia de otras energías provenientes de combustibles fósiles. Otro aspecto clave es la mejora de la gestión de residuos o la mejora de la infraestructura del hospital apostando por arquitecturas más sostenibles.
A este respecto, en España, expertos de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ya advertían en el contexto de las XLII Jornadas de Economía de la Salud de la Asociación de Economía de la Salud (AES) que cuanto más tardemos en responder al cambio climático, más cara y dolorosa será nuestra adaptación. Por ello, desde SESPAS apuestan por tomar medidas urgentes en torno a la descarbonización, penalizando la contaminación. No obstante, según los datos de SESPAS, en estos momentos en el mundo se está invirtiendo más en energías renovables que en combustibles fósiles, pero haría falta que esa inversión se triplicase para 2025.
En esta línea, recientemente la ministra de Sanidad, Mónica García, anunciaba la intención del Ministerio de Sanidad de impulsar durante esta legislatura un nuevo marco normativo “para que el Sistema Nacional de Salud (SNS) esté plenamente descarbonizado antes de la mitad de siglo” y que “contemple en sus leyes un sistema adaptado a la crisis climática”. En concreto, la ministra ha abogado por dos iniciativas para lograr un SNS descarbonizado. Por un lado adaptarse al cambio climático con medidas concretas. Por otro lado, “mitigar ese cambio climático haciendo que los sistemas de salud no sean emisores de carbono”. García explicaba así que, como parte de este nuevo marco normativo con límite en 2050, desde el Ministerio se van a impulsar todas aquellas medidas para que los hospitales, y el sistema sanitario tengan, como mínimo a mediados de este siglo, emisiones cero.
Como apunta a El Médico Miguel Ángel Casermeiro, secretario de la Asociación Española de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), “la descarbonización implica una pléyade de procedimientos y de procesos en todos los sectores productivos. Entre ellos, el ahorro en desplazamiento, la optimización de la gestión del tiempo y de los procesos, suponen sin ningún género de dudas, ahorro en tiempo de trabajo, mejor eficiencia de los procesos y por tanto, en reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Así, ante la propuesta del Ministerio, el experto apunta que “la principal acción que debería tomarse a corto plazo es realizar una evaluación concreta de las nuevas políticas que quieren implementar desde el Ministerio y las comunidades autónomas. Hay herramientas que tienen que desplegar todo su potencial como la Evaluación de Impacto en Salud, que siguen siendo novedosas en España, aunque están siendo profusamente usadas en otros países”.
Por qué es necesaria una Sanidad española más verde
El compromiso del Gobierno no es solo una cuestión electoral o de partidos, sino que forma parte de sus compromisos con Europa. Asumido el cambio climático como una amenaza existencial, la Unión Europea (UE) ya presentó en la Comisión en el año 2019, el Pacto Verde Europeo que, entre otros objetivos se plantea “que no haya emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050”. Para poder alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo es necesario cumplir los compromisos de reducción de emisiones que, en España, se articula a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y de la Ley 7/2021, de Cambio climático y Transición Energética.
A este respecto, José Mª Ordóñez Iriarte, vocal de Informes de SESPAS, y miembro también de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) explica a El Médico que “aunque no está recogido de forma expresa, uno de los sectores que tiene que adecuarse a estas estrategias es el sanitario”.
Según el experto, hay que tener en cuenta que para poder llevar a cabo la mejor provisión de los servicios asistenciales se requiere de unas infraestructuras que necesitan unos insumos que generan contaminación en forma de residuos, vertidos y emisiones atmosféricas. Así, en energía, algunos autores cifran estos consumos, medidos por metro cuadrado de superficie en 225 kWh/m2 en hospitales situados en zona atlántica, 274 kWh/m2 en zona continental y 276 kWh/m2 en zona mediterránea, aunque se pueden ver modificados por la antigüedad del edificio, la calidad de materiales del edificio, etc.
Por otra parte, Ordóñez recuerda que la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria evaluaba que el consumo de agua por cama era de 200 a 300 litros al día, y que el 80 por ciento se consumía en un período no superior a cuatro horas. Igualmente, según los datos de SESA, en cuanto a residuos, la producción media se estima en el intervalo entre 2,6 y 3,8 kg por día y cama, de los cuales, la gran mayoría, en torno al 90 por ciento, son residuos sólidos urbanos o asimilables a urbanos.
“En el marco del Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente (PESMA), se está trabajando para obtener datos de esa huella de carbono que generan los centros sanitarios. Se pretende conocer la contribución del sector en las emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de implementar un plan de reducción que contribuya a alcanzar el objetivo de neutralidad climática, con claros beneficios en materia de calidad del aire”, explica Ordóñez Iriarte.
En este sentido, para SESPAS sería fundamental que cada comunidad autónoma de nuestro país contase con un Plan de Salud, Medio Ambiente y Adaptación al Cambio climático. “Sería una forma de adquirir un compromiso serio y rugoso con el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente (PESMA) del Ministerio de Sanidad”, argumenta el portavoz.
El papel de la innovación en el medioambiente
Si bien estos son los pasos a dar, la pregunta es qué herramientas tenemos a día de hoy que nos faciliten el poder darlos. En este punto es donde la innovación está ofreciendo diferentes soluciones para este reto.
No hay que olvidar que el sector salud se mueve constantemente en la búsqueda de nuevas alternativas para buscar tratamientos para los pacientes y a veces esta labor de investigación a su vez genera oportunidades para ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Un ejemplo claro es todo lo que se ha avanzado en el campo de la biotecnología. Y es que aunque en el sector salud se conoce sobre todo sus aplicaciones médicas, lo cierto es que formas alternativas de biotecnología suponen además soluciones innovadoras de alta tecnología a algunos de los mayores desafíos provocados por la actual crisis climática. Es el caso de la producción de microorganismos y plantas genéticamente modificadas para la producción de biohidrógeno, bioetanol, biodiesel, etcétera. También la creación de productos o envolturas como bolsas y botellas que son biodegradables.
Por otro lado, en cuanto a la reducción y reciclaje de residuos, uno de los grandes puntos negros medioambientales de la Sanidad española, las instalaciones médicas están buscando estrategias para mejorar los procesos de reciclaje y explorando alternativas a los artículos de un solo uso. En esta área, la empresa PreZero España, experta en la recogida y gestión de residuos hospitalarios ha apostado por la innovación de los procesos con herramientas como la aplicación Hygia, implantada en más de 60 hospitales y 100 ambulatorios de toda España. Entre otras cuestiones, Hygia permite conocer la cantidad de residuos que se generan por área (quirófanos, pediatría, geriatría…); facilita que no haya residuos acumulados durante varios días; y hace que, indirectamente, todo el personal sanitario y los usuarios tomen mayor conciencia respecto a la importancia que tiene que los residuos médicos.
Respecto a la cantidad de desechos por artículos de un solo uso, desde Advanced Sterilization Products LATAM, han apostado por STERRAD, un sistema para preservar la integridad de los instrumentos médicos al reducir la frecuencia de reparaciones y reemplazos. Esto da como resultado una vida útil más larga del instrumento, reduciendo el desperdicio y promoviendo la sostenibilidad financiera de los hospitales. Otro beneficio clave es el ahorro de agua, que puede llegar a ser de alrededor de 180.000 litros de agua al año, gracias a sus ciclos de esterilización a baja temperatura, que no requieren grandes volúmenes de agua para su refrigeración.
Otro ejemplo podría ser el del Proyecto AlineadODS, una iniciativa de innovación e interdisciplinar promovida por Laboratorios Laphysan diseñada y coordinada por la consultora EnferConsultty, en el ámbito de la fluidoterapia intravenosa (FIV). En este marco, desarrollaron el envase Basiflex, compuesto de polipropileno, un tipo de plástico que permite una gran transparencia a nivel técnico, pero que también cuenta con un 30 por ciento menos de plástico que otras tecnologías que existen en el mercado. Así, logra reducir la cantidad de plástico que están en los envases de estos tratamientos, teniendo en cuenta que se calcula que el 25 por ciento de los residuos de un hospital son plásticos.
Teniendo en cuenta que gran parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero tienen que ver con la producción energética, el ahorro energético es otra de las áreas dónde se han focalizado los esfuerzos en innovación. Como ejemplo, empresas de tecnología como Philips están apostando por lo que llaman Ecodiseño. Esto significa mejorar la eficiencia energética de sus productos, utilizar menos recursos y materiales y más contenido reciclado. Todo ello además evitando el uso de sustancias peligrosas, aplicando un diseño circular y haciendo que los envases sean más fáciles de reciclar y reutilizar. En esta línea, destacan que sus escáneres de resonancia magnética con tecnología de imán BlueSeal totalmente sellado, sin helio y de por vida, ya han ahorrado más de un millón de litros de helio, un recurso vital, pero escaso. Asimismo, su monitor portátil IntelliVue MX40 reduce el consumo de energía en un 92 por ciento con respecto a su predecesor.
Aunque sin duda, una de las claves de la transformación energética pasa por la apuesta por energías renovables. Un claro ejemplo de esta apuesta es la que ha realizado el Hospital Severo Ochoa de Leganés con las casi 3.200 placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta del centro, la mayor instalación de este tipo colocada en un hospital español. Según datos del hospital, desde el 2022, año en el que se instalaron las placas, se ha logrado atender con la misma el 26 por ciento de la energía que consume el hospital. Esto ha supuesto un ahorro de más de 925.600 kilos de emisiones CO2 a la atmósfera, lo que equivale a la “limpieza” de dióxido de carbono que realizarían 40.800 árboles. Otros ejemplos podrían ser el Hospital Reina Sofía de Tudela con una instalación de 135 módulos solares, o el Hospital de Salamanca, que cuenta ya con 1.100 placas solares dentro de su Plan de Eficiencia Energética.
También desde el sector privado, grupos hospitalarios como el enmarcado en Sanitas, están buscando cómo usar la innovación para cuidar el medio ambiente. De esta forma, la compañía firmó el pasado año un acuerdo con seis start-ups para implantar soluciones innovadoras que mejoren la salud del planeta y de las personas. Entre estas start-ups destacan algunas como CO2pure de Primlab, un compuesto mineral patentado que, añadido a materiales como las pinturas, revestimientos, tintes para la ropa, resinas y polímeros elásticos (caucho y goma) es capaz de adsorber y mineralizar en materia inocua para el medio ambiente y la salud humana los gases de efecto invernadero conocidos como los dióxidos de carbono (CO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx). Asimismo, Revolución Limo colabora con el planeta con sus soluciones de diseño y mobiliario de plástico 100 por cien reciclado y reciclable proveniente de envases, cubiertos de usar y tirar, material de informática y electrodomésticos fuera de uso, dándoles una segunda vida en forma de muebles para los hospitales.
Salud digital e impacto medioambiental
Otra cuestión para analizar es si la propia innovación tiene un impacto climático. En concreto, todo lo que involucra la Salud Digital, que está siendo la verdadera revolución que está marcando y marcará el futuro de los sistemas sanitarios. A este respecto se han hecho ya algunos estudios. Entre ellos, cabe mencionar un reciente artículo de Radiology, una revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), en el cual se advierte de la necesidad de considerar el impacto ambiental de las herramientas de IA.
Según este trabajo, la atención y las imágenes médicas contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que alimentan el cambio climático global. En este sentido, las herramientas de IA pueden mejorar tanto la práctica como la sostenibilidad en Radiología a través de protocolos de imágenes optimizados, que dan como resultado tiempos de exploración más cortos, una mayor eficiencia de programación para reducir los viajes de los pacientes y la integración de herramientas de apoyo a las decisiones para reducir las imágenes de bajo valor.
A este respecto los investigadores reflexionan que si bien las imágenes médicas generan muchas emisiones de gases de efecto invernadero, a veces se olvida el impacto ambiental del almacenamiento de datos y las herramientas de inteligencia artificial asociados. Cabe tener en cuenta que el desarrollo de modelos de IA requiere grandes cantidades de datos de capacitación que las instituciones de atención médica deben almacenar junto con los miles de millones de imágenes médicas generadas anualmente. Muchos sistemas de salud utilizan almacenamiento en la nube, lo que significa que los datos se almacenan fuera del sitio y se accede a ellos electrónicamente cuando es necesario.
La ubicación de un centro de datos tiene un impacto enorme en su sostenibilidad, especialmente si se encuentra en un clima más fresco o en un área donde hay fuentes de energía renovables disponibles. Para minimizar el impacto ambiental general del almacenamiento de datos, los investigadores recomendaron compartir recursos y, cuando sea posible, colaborar con otros proveedores y socios para distribuir la energía gastada de manera más amplia. Otras recomendaciones pasan por la exploración de algoritmos de IA computacionalmente eficientes, la selección de hardware que requiera menos energía, el uso de técnicas de compresión de datos, la eliminación de datos redundantes, la implementación de sistemas de almacenamiento por niveles y la asociación con proveedores que utilizan energía renovable.
Digitalización para reducir la huella medioambiental
Sobre esta cuestión, Miguel Ángel Casermeiro de EIA recuerda que “uno de los principales consumidores de energía va a ser el sector digital, tal y como demuestra los gastos de energéticos derivados este sector. En España se están produciendo e instalando numerosos proyectos de centros de procesos de datos y parece que España va a ser un factor clave para la gestión de estos recursos a nivel internacional. Este nuevo escenario de salud digital debe ser evaluado en términos también de energía”, afirma.
Sin embargo, no hay que perder de vista que “la transformación hacia una salud digital va a suponer un ahorro también significativo de desplazamientos; pero también en el manejo de información, con un probable ahorro en pruebas de diagnóstico, etc. lo cual puede suponer unos ahorros importantes al Sistema Nacional de Salud”.
En esta línea, Jaime del Barrio, presidente de la Asociación de Salud Digital aclara que “la Salud Digital tiene impacto medioambiental (producción, transporte, operaciones y fin de vida útil), pero su propio desarrollo e implantación impacta positivamente reduciendo netamente la huella de carbono en la medida de hacer más eficiente al sector de la Salud”.
Como recuerda del Barrio, la sobrecarga en los sistemas sanitarios también viene dada por problemas de salud derivados del cambio climático, como un número creciente de enfermedades infecciosas, respiratorias y cardiovasculares. A su vez, esta mayor sobrecarga impacta en unos edificios sanitarios intensivos en energía.
Por ello, según del Barrio “la cuestión no se debe plantear como un conflicto irresoluble, sino como la oportunidad de cambiar las vías de desarrollo hacia la sostenibilidad. Por lo menos, un 25-30 por ciento de los gastos en salud son ineficientes o fútiles, y como tales podrían evitarse para ser reasignados a otras condiciones, que permitan mejorar el sistema de salud, la calidad y la equidad”.
En este sentido, el desarrollo de la Salud Digital pone precisamente el foco en la optimización de los procesos y eficiencia de la actividad sanitaria. “Por lo que además de mirar a su impacto, que tiende a ser neutro, habría que cuantificar qué porcentaje significativo de reducción de la contribución neta que ya arrastra la actividad sanitaria”, apunta el presidente de la AES.
Así, según del Barrio, de cara a reducir el impacto en la huella de carbono se establecen iniciativas en el uso de la inteligencia artificial y tecnologías de salud blockchain para brindar un mejor apoyo a los pacientes, además de estrategias como la de la minería verde (materiales); computación en la nube verde; TI verde (reducción de movilidad); etc.
De esta forma, “si la inteligencia artificial mejora la eficiencia de las operaciones, es beneficiosa por tanto para el medio ambiente y en el caso concreto de su aplicación en salud, si contribuye a eficientizar los sistemas sanitarios como el nuestro, en concreto reduciendo la ineficiencia actual, podríamos decir que su uso reduce el impacto en la huella de carbono en un 1,1-1,3 por ciento del total que, recordemos es actualmente del 4,5 por ciento aproximadamente, siempre y cuando al mismo tiempo logremos el cero neto en su implantación lo más pronto posible”, concluye el experto