EL MEDICO INTERACTIVO, Valladolid.- La autonomía del paciente, considerada como uno de los principios básicos en el terreno de la asistencia sanitaria, ha sido uno de los grandes factores que ha modificado no sólo el modo de entender la relación médico/paciente, sino la misma Medicina que, en los últimos 25 años, ha cambiado más que en 25 siglos. Estas consideraciones fueron realizadas por el abogado Ricardo De Lorenzo, presidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, en la apertura del ciclo de conferencias organizado en Valladolid por el Foro de Estudios 'Castilla y León. Tercer Milenio'.
Bajo el título 'La autonomía de los pacientes: una nueva cultura', De Lorenzo ofreció una panorámica de situación y, sobre todo, subrayó la evolución registrada en un campo todavía, según dio a entender, poco conocido y aceptado por los médicos, como es el derivado del derecho a la información, esencial para la autonomía del paciente y que, de forma fehaciente, se plasma en el consentimiento informado. Para el presidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, implicado profesionalmente en la defensa legal de los médicos, existe un descuido en el terreno abordado, como lo revela el hecho de que, en los planes de formación, no se aborde la relación médico/paciente.
Según De Lorenzo, las tutelas que, a mediados del siglo XX, imponían los legisladores sobre los pacientes han desaparecido en gran parte y, por tanto, deberán cambiar el modo de actuar para hacer realidad el principio de autonomía del paciente. En el fondo, y según se dedujo de su exposición, ha concluido el ciclo dominado por el paternalismo para dar paso a la decisión del paciente informado, razón por la cual el médico debe adiestrarse en el diálogo con la persona que tiene enfrente a fin de darle la información adecuada, aunque no deba obviarse el principio de buena fe en las relaciones entre ambas partes.
Más adelante, el abogado se refirió a la autonomía como el más moderno de los principios de la bioética, pues se implica en la libertad personal y exige el respeto a la capacidad y decisión de las personas. El paciente, señaló, ha dejado de ser, en virtud de su autonomía, un sujeto pasivo y dependiente del profesional sanitario, para convertirse en amo y señor del destino que elige él mismo en libertad y que quiere ejercer sin cortapisas.
En este contexto tiene su asiento y explicación todo lo relacionado con el consentimiento informado, así como con las instrucciones previas, aspecto mal conocido como testamento vital. Consentimiento que, en palabras de De Lorenzo, abarca los supuestos de aceptación, de rechazo y de selección o elección ante las diversas proposiciones y alternativas de atención a la salud que se le hubieren presentado al paciente. Y señaló que la práctica del consentimiento informado había sido extraña a la cultura clínica y que los médicos la percibían muy a menudo como una imposición del Derecho. Sin embargo, en la falta de información se fundamenta el progresivo aumento de las demandas contra los profesionales, hasta el hecho de haberse demostrado que, a mayor información, menor número de demandas.