El 1 de abril entró en vigor la norma que reduce los contenidos máximos de sal en el pan, que tiene como objetivo ofrecer a los consumidores un producto más saludable.

La norma establece que el contenido máximo de sal permitido para el pan común, como producto acabado, debe ser de 1,31 gramos por cada 100 gramos de pan (13,1 gramos de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,52 gramos de sodio por 100 gramos de pan) si se analiza mediante determinación de cloruros. O bien 1,66 gramos de sal por 100 gramos de pan (16,6 gramos de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,66 gramos de sodio por 100 gramos de pan) si se analiza mediante determinación de sodio total.

Esta norma también define de manera clara determinados productos como los panes integrales, los panes de cereales o semillas distintos al trigo, así como otras formas de elaboración como la artesana o la realizada con masa madre.

Sal en pan

El pan es el alimento que aporta generalmente una mayor cantidad de sal en la dieta (19%), por lo que es uno de los objetivos clave en una política de reducción en su consumo, como apuntan algunos estudios.

Y es que su consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.

La sal daña la salud

La mayoría de personas consumen demasiada sal. Según datos de la OMS, la mayoría de personas consumen de 9 a 12 gramos por día en promedio, es decir, dos veces la ingesta máxima recomendada.

Según los expertos de la OMS, un consumo de sal inferior a 5 gramos diarios en el adulto contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio. El principal beneficio de reducir la ingesta de sal es la correspondiente disminución de la hipertensión arterial.

Sal y salud

Los Estados Miembros de la OMS han acordado reducir un 30% el consumo de sal de la población mundial de aquí a 2025. Cada año podrían evitarse 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera a nivel recomendado.

Sal buena para la salud

La OMS aconseja ingerir menos de cinco gramos por día. En el caso de los niños de dos a 15 años hay que ajustar la dosis a la baja en función de las necesidades energéticas en relación con la dosis de los adultos.

Toda la sal que se consume debe ser yodada, lo cual es esencial para un desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño, así como para optimizar las funciones mentales en general.