Redacción. Madrid.- La Sociedad Aragonesa de Medicina General
(SAMG) ha alertado, con motivo de la celebración de su III Congreso
Interautonómico, la falta de coordinación que caracteriza los servicios de
urgencias y emergencias de la comunidad autónoma de Aragón. El
incremento de la demanda, la saturación de los servicios y la falta de
previsión se contarían entre los principales motivos de esta
descoordinación.
Según José Manuel Cucalón, presidente de este congreso en el que se
ha incluido una mesa debate específica sobre el tema, es importante
recordar que la desorganización en urgencias 'no sólo afecta al usuario
sino también al profesional sanitario', ya que la presión asistencial a la
que están sometidos puede 'quemar' al médico de urgencias, ya sea
médico general u hospitalario.
En este sentido, José Antonio Uriel, coordinador del centro de salud de
Egea de los Caballeros asegura que, si bien en esta población 'las
urgencias objetivas están bastante bien cubiertas, las urgencias
subjetivas generan una elevada presión asistencial', entendiendo por
urgencia subjetiva aquella que el propio paciente siente como tal pero
que, no obstante, no está considerada como urgencia médica desde un
punto de vista objetivo.
En datos cuantitativos, de lunes a viernes se atienden aproximadamente
unas 50 urgencias por día, mientras que los sábados y domingos el
número de urgencias alcanza las 150 personas por día. La solución a
este problema pasaría, en opinión de Uriel, por el incremento de la
capacidad resolutiva de los centros de salud, algo que podría llevarse a
cabo si se consiguiera: 'más tiempo, más formación y más medios para
los profesionales'.
También saturación hospitalaria
La situación en los servicios de urgencias de las zonas urbanas no es
más alentadora. Y la falta de coordinación y la saturación de las
urgencias alcanza también a los hospitales de referencia aragoneses: el
Miguel Servet y el Clínico de Zaragoza.
Según datos de 2002, la demanda de los servicios de urgencias del
Hospital Clínico de Zaragoza, hospital que reparte su servicio al 50 por
ciento entre demandantes rurales y urbanos, ha aumentado en un 2 por
ciento en el último año, atendiéndose un total de 110.000 urgencias en
el pasado año, con una media de 330 urgencias por día de las cuales
sólo 40 pacientes diarios terminaron ingresados. Asimismo, según
explicaba el coordinador del servicio, el doctor Miguel Rivas, un tercio de
las urgencias del Clínico resultaron urgencias banales.
Algo parecido ocurre con el Hospital Miguel Servet, hospital íntegramente
dedicado a las urgencias de carácter urbano. En datos del año 2000 las
urgencias atendidas por este hospital pasaron de algo más de 165.000
en el año 1991 a las 203.000 registradas en 2000, lo que significa un
total de 31.000 urgencias por año y 386 urgencias por cada 1.000
habitantes. Del total de emergencias atendidas en el Servet en el
año 2000 sólo el 12,62 por ciento acabaron con ingreso hospitalario,
más del 70 por ciento fueron dadas de alta y más del 50 por ciento,
según Ana Herrer, médico adjunto del servicio de urgencias de este
hospital, 'podrían haber sido atendidas en otro nivel asistencial'.
El porqué de la saturación
Los expertos coinciden en afirmar que el incremento de la demanda de
urgencias, que en el conjunto del Estado español es del 3,5 por ciento
según estos especialistas, se debe en parte a la demora que sufre la
atención especializada. Miguel Rivas señala, además, un problema de
'accesibilidad de la población a los servicios de urgencias' y reconoce
al mismo tiempo una 'falta de información social sobre cuál debería ser
la función real de los mismos'.
Ana Herrer añade a la lista de motivos 'una conciencia generalizada
entre la población sobre el hecho de que los principales avances
tecnológicos están ubicados en los hospitales, así como la idea de que
los problemas sanitarios deben tener una resolución inmediata'.
El envejecimiento de la población está considerada como otra de las
causas que favorecen la saturación de los servicios de urgencias, sobre
todo, teniendo en cuento que 'Aragón tiene una de las poblaciones más
envejecidas del mundo', señala Rivas. Sin embargo, la doctora Herrer
asegura que 'hay estudios que demuestran que los mayores, aunque
consuman gran parte de los recursos de urgencias, no son la causa
exclusiva de su saturación, ya que existe un alto porcentaje de
población joven que acude al hospital con urgencias banales'.
Siguiendo con las explicaciones de ambos expertos, las principales
causas de frecuentación de los usuarios de los servicios de urgencias,
tanto en un hospital como en el otro, responden a problemas
traumatológicos (fracturas en ancianos, accidentes de tráfico o
laborales...), problemas respiratorios de enfermos crónicos e
insuficiencia cardio y cerebrovascular. Las urgencias no urgentes, es
decir, aquellas que podrían atenderse en otro nivel asistencial se deben
habitualmente, y en opinión de Herrer, a síndromes febriles en pacientes
jóvenes, otitis, faringitis, cefaleas no complicadas y reacciones
alérgicas, entre otros, 'dolencias que bien podrían atenderse en el
centro de Atención Primaria', añade la doctora.