En España, la esperanza de vida de los médicos es de 82 años para los hombres y 83 para las mujeres, superando en uno y dos años, respectivamente, a la población general, según el Estudio de Mortalidad en la Profesión Médica del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM)1. Las principales causas de muerte entre los médicos se relacionan con tumores, enfermedades del aparato circulatorio y enfermedades del aparato respiratorio, las mismas que afectan a la población general masculina. No obstante, en términos de salud mental existe la percepción de que los profesionales sanitarios se encuentran en peores condiciones que el resto de la población. El estrés, el desgaste profesional, la depresión, la ansiedad, los trastornos por el consumo de sustancias y la conducta suicida son los principales problemas de salud mental que enfrentan los profesionales sanitarios.
En España, el suicidio fue la principal causa de muerte externa en 2022, con 4.227 fallecimientos, lo que representa un incremento del 5,6 por ciento respecto al año anterior, según del Instituto Nacional de Estadística (INE)2. Esto se traduce en una media de 11,5 suicidios diarios, o una persona quitándose la vida cada dos horas. El Estudio de Mortalidad de la Profesión Médica del CGCOM revela que el porcentaje de suicidios es mayor entre los médicos que en la población general, con un promedio de 1,3 por ciento frente al 0,8 por ciento. Además, las médicas tienen un porcentaje de suicidios un 7,5 por ciento más alto que las mujeres de la población general.
850 médicos piden ayuda cada año
Cada año, en España, 850 médicos ingresan en el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME)3, dirigido a profesionales en activo con patologías psíquicas y/o adictivas. El PAIME ofrece asistencia sanitaria, atención social, apoyo legal y asesoramiento laboral de manera confidencial para favorecer la rehabilitación de médicos y residentes. Desde su creación en 1998, ha atendido a más de 8.000 profesionales con trastornos mentales y/o adicciones, y más del 90 por ciento de ellos se ha recuperado, reincorporándose al ejercicio médico. Para Mª Isabel Moya, vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial (OMC), este balance demuestra el éxito del programa en sus dos objetivos principales, “como herramienta que cuida del médico que lo necesita” y “como herramienta de control de la buena praxis, logrando la reintegración en la vida laboral con todas las garantías para los ciudadanos”. El PAIME es pionero en España y referente en Europa, estando implantado en todas las comunidades en el ámbito de la OMC y bajo el paraguas de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), que contribuye a su financiación junto a las administraciones públicas. Cualquier médico que necesite ayuda de tipo psíquico y/o relacionada con adicciones puede acudir a él a través de su colegio de médicos.Los afectados son cada vez más jóvenes
El último Informe PAIME 20234 permite analizar el perfil de los médicos con patologías de tipo psíquico que solicitan ayuda. Los datos indican que los afectados son cada vez más jóvenes y, por sexo, predominan las mujeres: dos de cada tres médicos atendidos son mujeres. El trastorno mental es el principal motivo de ingreso en el 84,9 por ciento de los casos, mientras que la patología adictiva representa un 8,6: un 5,6 por ciento corresponde al abuso de alcohol y un tres a otras drogas, incluyendo benzodiacepinas, zolpidem, cannabis, cocaína o policonsumo. En el tramo de edad de 31 a 40, se observa un aumento en los casos de trastornos mentales respecto a años anteriores, con un 24,4 por ciento en 2021 y un 22,2 en 2022, cifras superiores al 20,8 por ciento registrado en años anteriores. Asimismo, entre los menores de 30 años, la demanda de ayuda al PAIME supera lo esperado en relación con la proporción de colegiados, con un 18 por ciento de solicitudes frente al 12 por ciento de colegiación. Esta evolución de casos atendidos en profesionales cada vez más jóvenes es “preocupante”, según el psicólogo y director de la Fundación Galatea, Antoni Calvo. Durante los más de 20 años de casos atendidos en Cataluña, Calvo destaca el incremento de residentes sobre el total de demandantes, tanto en Cataluña como en el resto de España. Fundación Galatea gestiona el programa de atención al médico enfermo en Cataluña, donde el Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB) fue pionero en plantearse este tipo de atención. En 1998, el CoMB, juntamente con la Generalitat de Catalunya y el Servei Català de la Salut, crearon el Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt (PAIMM)5. A partir del PAIMM se desarrolló en los colegios del resto de España el PAIME. Además del PAIME, la OMC impulsa otras líneas de acción específicas para el cuidado de los MIR. Su vicepresidenta, Mª Isabel Moya, destaca que se ofrecen programas destinados a promover la responsabilidad del autocuidado y los hábitos saludables entre los médicos durante su periodo de residencia. Estos programas incluyen talleres impartidos por expertos, que se centran en la sensibilización sobre los riesgos para la salud durante esta etapa y en la adquisición de habilidades de autocuidado. En cuanto al sexo, el informe revela que el 65 por ciento de las médicas afectadas por problemas de salud mental y/o adicciones solicita ayuda, lo que sigue siendo superior al porcentaje de médicos (35 por ciento). Esta tendencia ascendente se mantiene respecto a años anteriores, cuando el 60 por ciento eran mujeres frente al 40 de hombres. En cuanto a las especialidades, la que registra el mayor número de casos en el programa es Medicina Familiar y/o Medicina General, con un 44,5 por ciento de los casos. Pediatría y Psiquiatría son las especialidades más vulnerables, representando un 6,3 por ciento y un 5,2, respectivamente. Les siguen Anestesia (4,5 por ciento), Urgencias-Emergencias extra e intra hospitalarias (3,1 por ciento), Ginecología (2,4), Traumatología (2,1), Cirugía General (1,7) y Medicina Intensiva (0,9).Impacto de la COVID-19
Los profesionales sanitarios siempre han enfrentado condiciones laborales exigentes: largas jornadas de trabajo, turnos rotativos, carga física y emocional intensa, exposición al sufrimiento humano y a la muerte, así como un mayor riesgo de exposición a enfermedades y violencia, tal como recogen los CDC10. A las condiciones laborales, que de por sí suponen una prueba para la profesión, se ha sumado la pandemia provocada por la COVID-19, situación que ha incrementado el número de profesionales sanitarios y también de estudiantes de profesiones como Medicina o Enfermería afectados por distintos tipos de problemas de salud mental. Vanesa Cereza, psicóloga y clínico en terapia EMDR con consulta en la provincia de Huesca, explica que, desde la crisis sanitaria ha habido un repunte importante de casos de profesionales sanitarios que acuden a terapia con estos problemas. “Principalmente son trastornos de estrés, ansiedad y depresión, y buena parte de ellos provocados por la situación laboral en general”, asegura. Y es que, durante la pandemia, el 60 por ciento de los médicos españoles padeció burnout o síndrome de desgaste profesional, según el Estudio sobre el Impacto de la Covid-19 en la salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos en España11. Además, hubo un aumento en la proporción de médicos con dificultades para conciliar el sueño, que pasó del 9,4 por ciento al 45. El consumo de tranquilizantes también se incrementó, pasando del 18,6 por ciento antes de que se produjera al 29,4 durante la misma. “El personal sanitario ha sido uno de los colectivos más presionados durante la pandemia. Se han depositado en ellos numerosas expectativas, exigiéndoles al máximo de sus capacidades, aunque no todo estaba bajo su control. A menudo se les ha sobrecargado y criminalizado. Esta presión constante, sumada a horarios agotadores y turnos dobles, ha influido de manera notable en su estado mental”, expone Vanesa Cereza. La pandemia ha incrementado los casos de problemas de salud mental, pero también ha tenido aspectos positivos, como por ejemplo poner sobre la mesa estos problemas. “La pandemia ha ayudado a visibilizar de forma generalizada los trastornos de salud mental. Se les ha dado más importancia porque todos, en mayor o menor medida, nos hemos visto presionados por una situación que nadie controlaba y cuyo desenlace era incierto. Ante esta incertidumbre, muchas personas han desarrollado problemas de diversa índole en el campo de la salud mental, lo que ha contribuido a aumentar la conciencia sobre los mismos”, explica la psicóloga. El aumento de casos de problemas de salud mental en el colectivo médico desde la pandemia se refleja en las cifras del Informe PAIME 2023. La crisis sanitaria y el incremento de la conciencia sobre la importancia de buscar ayuda ante una enfermedad mental provocaron un aumento del 40 por ciento en el número de médicos atendidos durante la pandemia. Antes de esta, el número de médicos atendidos anualmente era de 400, cifra que ascendió a más de 800 durante la emergencia sanitaria.Burnout o síndrome de desgaste profesional
“Hay un sector de la población en grave riesgo de sufrir burnout y estrés laboral, y de acabar realmente quemado con su trabajo. Es un sector que yo conozco muy bien, tanto en lo que vive respecto a sus condiciones laborales como en lo que sucede psicológicamente en su interior para acabar así de quemado. Y lo conozco bien porque formo parte de él”. Así lo relata Carlos Cenalmor, médico psiquiatra especializado en estrés laboral y burnout. Decidió trasladarse a vivir a un pueblo en el Pirineo de Huesca después de trabajar varios años en Madrid. Desde allí, ofrece asistencia online a profesionales liberales, entre ellos médicos y abogados, para manejar el estrés. ¿Por qué este cambio de vida? Porque él mismo padeció el problema que ahora le apasiona resolver: el estrés y el burnout en la vida moderna occidental. El término burnout, conocido en español como síndrome de desgaste profesional o del trabajador quemado, fue acuñado por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger en su libro Burnout: The High Cost of High Achievement. En 1986, la psicóloga estadounidense Christina Maslach describió el síndrome con mayor detalle. En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el burnout como el “resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no ha sido gestionado con éxito”. Desde 2022, está reconocido por esta organización como una enfermedad laboral dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades. El burnout se manifiesta a través de tres dimensiones: el cansancio emocional, que surge del agotamiento frente a demandas laborales que no resultan atractivas; la despersonalización, que conduce al distanciamiento en el trato e incluso rechazo hacia las personas en el ámbito laboral; y la falta de realización personal, que se caracteriza por una actitud negativa hacia uno mismo y el trabajo, acompañada de irritabilidad, baja productividad y escasa autoestima. Los síntomas psicosomáticos del burnout se manifiestan de diversas formas. Estos incluyen fatiga crónica, dolores de cabeza persistentes, molestias musculares en el cuello y la espalda, dificultades para conciliar el sueño, pérdida de peso involuntaria, problemas gastrointestinales, dolores en el pecho, palpitaciones, hipertensión, crisis asmáticas, resfriados frecuentes y aparición repentina de alergias. Los síntomas emocionales incluyen irritabilidad, ansiedad generalizada y focalizada en el trabajo, depresión, frustración, aburrimiento, distanciamiento afectivo, impaciencia, desorientación, sentimientos de soledad y vacío, impotencia y sentimientos de omnipresencia. Los síntomas conductuales pueden ser: cinismo, apatía, hostilidad, sarcasmo, pesimismo, ausentismo laboral, abuso de sustancias como café, tabaco o alcohol, relaciones interpersonales distantes y frías, tono de voz elevado con gritos frecuentes, episodios de llanto sin una causa específica, dificultad para concentrarse, disminución del contacto con el público, clientes o pacientes, aumento de conflictos con compañeros, reducción en la calidad del servicio prestado, manifestaciones de agresividad, cambios bruscos de humor, irritabilidad, aislamiento y enfado frecuente. Uno de cada cuatro médicos en España sufre de síndrome de desgaste profesional, según el artículo del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), “Prevalencia del síndrome de desgaste profesional en médicos que trabajan en España: revisión sistemática y metaanálisis”12. Este trabajo examinó a 16.000 profesionales a través de 67 estudios científicos revisados por la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII.Causas externas del burnout
“Desafortunada”, “una falta de respeto”, “estigmatizante”, “una burla”. Son solo algunos de los comentarios publicados en la red social X sobre la controvertida pregunta del examen MIR 2024 en la que se presentaba el caso de un médico que acumula retrasos en sus consultas, que afirma que no tiene tiempo libre “ni vida social” y que dice que no es capaz de “discernir entre lo urgente y lo prioritario”. El planteamiento sugiere que podría tener un trastorno de la personalidad. Sin embargo, algunos profesionales proponían en redes sociales un diagnóstico alternativo: a ese médico lo que le pasa es que está “quemado”. El psiquiatra Carlos Cenalmor aprovecha este ejemplo para introducir las causas externas del burnout. Estas no residen en la mente o la personalidad del médico, sino en las condiciones laborales que lo rodean. El psiquiatra incide en los riesgos y efectos nocivos en la salud de las guardias de 24 horas, “que aumentan los niveles de estrés y contribuyen al burnout laboral”. Además, señala que en la actualidad “no se compensa adecuadamente la nocturnidad ni la peligrosidad de los médicos, a pesar de que su trabajo se realiza durante la noche y puede llegar a ser peligroso, como bien se demostró durante la pandemia provocada por la COVID-19”. Cenalmor añade que la carrera médica es “limitada”. “Una vez obtenida la plaza de funcionario, que es tu sueño, muchos profesionales permanecen estancados toda su vida en la misma posición, realizando el mismo trabajo bajo presiones cada vez mayores”, apunta. Según él, esta “falta de oportunidades para evolucionar y crecer” conduce a la “desmotivación” y a la “pérdida de energía” necesaria para el desarrollo personal y profesional. También hace especial mención a la presión que ejercen las administraciones sobre la profesión médica, al reducir los tiempos de consulta y al aumentar las cargas burocráticas. “Esto lleva a una atención de menor calidad para los pacientes y genera más estrés y frustración entre el personal médico. Nada es más difícil que te obliguen a hacer mal un trabajo que sabes que podrías hacer mucho mejor, especialmente cuando se trata de ayudar a las personas y velar por su salud”, sentencia Cenalmor. Y es que el burnout acarrea consecuencias para el profesional y para el paciente. En los propios profesionales, es un factor de riesgo para la mala salud mental, el abuso de sustancias y el riesgo de suicidio, representando un riesgo para la vida familiar. En los pacientes, aumenta el error médico, reduce la calidad de los cuidados y disminuye la satisfacción y la empatía. Finalmente, impacta también en el sistema sanitario en general.Causas internas del burnout
Carlos Cenalmor habla de las causas internas que contribuyen al burnout entre los médicos, resaltando el perfil psicológico de quienes eligen esta profesión: “Los médicos tendemos al perfeccionismo, la autoexigencia y la complacencia, un cóctel que facilita acabar quemado”. “La situación se inicia de estudiante, ya que para entrar en la carrera de medicina se necesita una nota muy alta, y esto implica que, desde la adolescencia, has tenido que dedicar mucho tiempo a estudiar y a sacar unas notas excelentes mientras tus amigos hacen otras cosas. Después, en la carrera hay mucha competitividad. Respecto a la complacencia, nos ayuda a satisfacer a nuestros padres primero y, más tarde, en el ámbito laboral, a nuestros pacientes. Todo ese deseo de agradar y complacer puede generar estrés y, si no se gestiona bien, si no se enseñan herramientas psicológicas en la carrera de medicina ni se forma a los médicos en autocuidado puede llegarse al burnout”, expone.Enfermar es humano
Cuando el médico enferma surge un conflicto de rol: ser el paciente cuando se ha formado para diagnosticar, tratar y cuidar. Esto le sitúa al otro lado de la mesa. “El proceso de enfermar es distinto en los médicos”, asevera Mª Isabel Moya, vicepresidenta de la OMC, quien cita el estudio que refleja este tema, “Enfermar es humano: cuando el paciente es el médico”, liderado por el Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA-IIS Aragón), con la colaboración de FPSOMC y la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza y el Colegio de Médicos de Zaragoza13. “El rol que el médico tiene asumido es ser cuidador no paciente; esta autopercepción impide buscar ayuda y se intenta negar el problema o recurrir a la automedicación y al autocontrol”, puntualiza Moya. El estudio también visualiza la llamativa tendencia de los médicos a acudir al trabajo estando enfermos como forma de expresar su responsabilidad hacia los pacientes y compañeros. En palabras de Moya: “La falta de tiempo para preocuparse de la salud de uno mismo, el compromiso profesional y la orientación hacia la mejor atención al paciente nos sitúa en un dilema personal entre la propia salud y continuar prestando asistencia a las personas que precisan de nuestra ayuda y atención”. Otros factores que hacen que a los médicos les “cueste” pedir ayudar serían las consecuencias laborales que pudiera conllevar conocer que se sufre un problema mental. “El estigma y el miedo a ser juzgados por colegas y pacientes es un factor importante. Por eso, la característica de la confidencialidad en el proceso de atención es fundamental”, recuerda Moya. “El desconocimiento de los recursos disponibles específicamente para los profesionales de la salud como el PAIME y la cultura profesional de las instituciones médicas que, en general, no fomentan ni se preocupan del cuidado de la salud de sus profesionales son otros motivos”, concluye.¿Qué quieren los médicos?
Vivek Murthy, médico estadounidense y copresidente de la Junta Asesora Covid-19 del presidente Joe Biden desde noviembre de 2020 hasta enero de 2021, aborda el burnout de los trabajadores de la salud en el artículo publicado en The New England Journal of Medicine en julio de 2022, titulado “Confronting Health Worker Burnout and Well-Being”14. Murthy destaca que, para mejorar el bienestar de los trabajadores de la salud es fundamental valorarlos y protegerlos, mejorando sus condiciones laborales y defendiéndolos de la violencia. En segundo lugar, enfatiza la necesidad de reducir las cargas administrativas, una queja común entre médicos y pacientes. En tercer lugar, subraya la importancia de aumentar el acceso a la atención de salud mental para los trabajadores sanitarios. En cuarto lugar, sugiere la capacitación de más clínicos y trabajadores de salud pública. Finalmente, insta a construir una cultura que apoye el bienestar de estos profesionales. En la misma línea van dirigidas las estrategias propuestas en la revisión del ISCIII, citada anteriormente, para prevenir el burnout en médicos. Mejorar los patrones laborales, promoviendo más descansos, evitando el trabajo fuera del horario laboral y conciliando la vida personal y profesional. En segundo lugar, desarrollar herramientas de gestión emocional, como técnicas de gestión del tiempo, resolución de conflictos, relajación, autoconocimiento y apoyo psicoterapéutico, así como obtener soporte social de compañeros y familia. Finalmente, diversificar el trabajo con la posibilidad de realizar diferentes tareas e implicarse en actividades fuera del trabajo, como aficiones e intereses personales.Autocuidado, la asignatura pendiente
“Una buena parte de la prevención en este colectivo sería dotarlo de herramientas para la gestión emocional de situaciones altamente estresantes desde las primeras etapas de la profesión. Es crucial proporcionarles apoyo psicológico durante su formación académica, en su día a día y también para gestionar situaciones de crisis” apunta la psicóloga Vanesa Cereza. La OMC, que impulsa el Servicio Telemático de Apoyo Psicológico a Estudiantes de Medicina (SAPEM), desde su puesta en marcha en 2022, ha atendido a 300 estudiantes con problemas de salud mental derivados de las dificultades académicas y también personales. La mitad tiene entre 21 y 23 años, y el 70 por ciento se encuentra en los últimos años de grado. Entre las principales dificultades académicas destacan la desmotivación, una elevada exigencia, ansiedad ante los exámenes, miedo a la reacción personal ante un paciente grave y su familia. Entre las dificultades en el ámbito personal, los conflictos de relación con la pareja, la familia o los amigos y dificultades para conciliar la vida personal y familiar con la académica. Recientemente, con el objetivo es impulsar la investigación sobre prevención y asistencial y, sobre todo, apostar por la formación específica de profesionales de la salud que estén preparados para ofrecer una atención y respuesta adecuadas a las necesidades de salud concretas de otros profesionales del ámbito, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha creado la Cátedra para la salud de los profesionales de la salud, junto con Fundación Galatea, el Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la UAB, el CoMB y Mutual Médica. Montse Esquerda, pediatra y presidenta de la Comisión de Deontología del Consejo de Médicos de Cataluña (CCMC), durante la presentación de la Cátedra para la salud de los profesionales de la salud de la UAB, hizo una interesante reflexión sobre la máxima de Ronald Epstein que citábamos al inicio, “el secreto del cuidado del paciente radica en cuidar al profesional para que le cuide”. Esquerda expresó que, en la actualidad, debemos afirmar ya que “el secreto de cuidar al paciente radica en formar a los estudiantes de las profesiones sanitarias para cuidar y cuidarse”. Esto es fundamental para que, en los escenarios de salud venideros, caracterizados por la actual emergencia climática, los efectos de las olas de calor y la posibilidad de nuevas pandemias, y en los que la capacidad de respuesta de los profesionales sanitarios será nuevamente esencial, los profesionales sanitarios puedan brindar la mejor atención al paciente con todas sus facultadesSalud mental de la mujer médica
Las mujeres representan el 70 por ciento del personal sanitario en mundial6 y son uno de los grupos más vulnerables en materia de salud mental, junto con los médicos jóvenes y los estudiantes. Dos de cada tres ingresos en el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) por problemas de salud mental y/o adicciones son mujeres. Si hablamos de estudiantes, el 86 por ciento de los alumnos atendidos por el Servicio Telemático de Apoyo Psicológica a Estudiantes de Medicina (SAPEM) de la Organización Médica Colegial (OMC) son mujeres. Además, las médicas presentan tasas más altas de suicidio que la población general, un 7,5 por ciento más. Son también las más agredidas en el contexto de atención sanitaria. Del total de agresiones, ellas reciben el 66 por ciento, según el Observatorio contra las Agresiones elaborado por la OMC7. Si nos adentramos en los tipos de problemas de salud mental, podemos afirmar que las mujeres en ocupaciones médico-asistenciales experimentan niveles más altos de estrés y agotamiento en comparación con sus homólogos masculinos, según un análisis llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad George Washington8. Este examinó datos de 71 estudios realizados en 26 países y en cuatro idiomas distintos entre 1979 y 2022, abarcando enfermeras, médicos, trabajadores sociales clínicos y proveedores de salud mental. Las desigualdades de género a las que se enfrentan las mujeres contribuyen a estos niveles más altos de estrés y agotamiento. Las condiciones laborales dificultan la conciliación entre vida laboral y personal, aunque también influyen la falta de autonomía y las demandas familiares. Según un informe de la OMS sobre equidad de género en la fuerza laboral de la salud que abarca 104 países9, las trabajadoras sanitarias tienen menos probabilidades de empleo a tiempo completo y suelen recibir salarios más bajos. Además, muchas mujeres deben equilibrar su trabajo en el sector sanitario con responsabilidades domésticas y de cuidado de otras personas, lo cual aumenta su carga de trabajo y el riesgo de sufrir estrés y desgaste profesional o burnout. El colectivo médico coincide en que es crucial abordar estas disparidades, incluyendo la perspectiva de género en las nuevas estrategias para promover un entorno de trabajo seguro y equitativo para la mujer médica, así como para apoyar su bienestar integral en el sector sanitario.La polémica pregunta del examen MIR 2024
“Médico de 50 años que con frecuencia acumula retraso de 2 horas en la consulta, creando algún conflicto, aunque es el que tiene menor cupo de pacientes. Empieza su jornada laboral antes de la hora para planificar y adelantar su trabajo, pero siempre es el último en salir. Explica: “No soporto dejar algo a medias, soy muy perfeccionista, tengo muchas cosas que hacer además de las visitas (burocracia, papeleos) y no tengo tiempo para nada más. No sé cómo lo hacen mis compañeros que tienen familia, aficiones... Yo no tengo tiempo ni para ir al gimnasio. Los fines de semana me quedo en casa, descansando. No tengo vida social”. A la exploración se aprecia una preocupación por los detalles, el orden y las normas, una incapacidad para discernir lo que es urgente y prioritario de lo que no lo es, una conducta inflexible y una incapacidad para delegar. ¿Cuál de las siguientes sería la orientación diagnóstica?- Trastorno esquizoide de la personalidad.
- Trastorno narcisista de la personalidad.
- Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.
- Trastorno de la personalidad no especificado”.
Referencias
- Estudio sobre Mortalidad en la Profesión Médica. Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). 2019. https://www.cgcom.es/media/545/download
- Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte. Datos provisionales. Instituto Nacional de Estadística. Año 2023. https://www.ine.es/dyngs/Prensa/pEDCM2023.html
- Guía PAIME. Programa de Atención Integral al Médico Enfermo. Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC). 2019. https://www.fpsomc.es/sites/fpsomc/files/minisite/static/0fccd601-3fdf-47e5-8fbe-81d6b4d67113/guia_paime_2019/index.html
- Informe PAIME 2023. Programa de Atención Integral al Médico Enfermo. Organización Médica Colegia (OMC) y Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC). 2023. https://www.fpsomc.es/notas-de-prensa/se-duplica-el-numero-de-medicos-atendidos-en-el-programa-de-atencion-integral-al
- Programa d’Atenció Integral al Metge Malalt (PAIMM). Col·legi de Metges de Barcelona (CoMB). https://www.comb.cat/es/serveis/salut-metge/paimm
- Presentación oficial de WGH Spain 2022 en Barcelona, capítulo español de Women in Global Health (WGH), organización internacional sin ánimo de lucro que reúne a mujeres y otras personas aliadas para promover la equidad en el género en la salud global.
- Estudios. Observatorio de Agresiones. Organización Médica Colegia (OMC). 2023. https://www.cgcom.es/observatorios/agresiones/estudios
- Karakcheyeva V, Willis-Johnson H, Corr PG, Frame LA. The Well-Being of Women in Healthcare Professions: A Comprehensive Review. Global Advances in Integrative Medicine and Health. 2024;13. doi:10.1177/27536130241232929
- Boniol, Mathieu, et al. Gender Equity in the Health Workforce: Analysis of 104 Countries. World Health Organization, 2019. JSTOR, https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/311314/WHO-HIS-HWF-Gender-WP1-2019.1-eng.pdf?sequence=1&isAllowed=y.
- La salud mental de los trabajadores de la salud. Centers for Disease Control and Prevention (CEDC). Junio 2022. https://www.cdc.gov/niosh/newsroom/feature/lasaludmental.html
- Estudio sobre el impacto de la COVID-19 en la salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos en España. Rueda de prensa. 21 de abril de 2021. https://www.fpsomc.es/publicaciones/estudio-sobre-el-impacto-de-la-covid-19
- Pujol-de Castro A, Valerio-Rao G, Vaquero-Cepeda P, Catalá-López F. Prevalencia del síndrome de burnout en médicos que trabajan en España: revisión sistemática y metaánalisis. Gac Sanit. 2024. ISSN 0213-9111. https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2024.102384
- Enfermar es humano: cuando el paciente es el médico. Cuadernos Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). 2022. https://www.cgcom.es/publicaciones/enfermar-es-humano
- Vivek H. Murthy, M.D., M.B.A. Confronting Health Worker Burnout and Well-Being. The New England Jorunal of Medicine. July, 2022. Med 2022; 387:577-579. DOI 10.1056/NEJMp2207252 VOL. 387 NO.7 https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMp2207252