Redacción, Madrid.-Las oficinas y los lugares cerrados donde se reúnen trabajadores son, junto a los hogares, los principales ámbitos de tabaquismo pasivo, por lo que desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) dice verse como un acierto el reciente anuncio hecho por la ministra de Sanidad de que se está elaborando un proyecto de ley para regular el consumo de tabaco en el medio laboral.
Desde esta entidad científica, se entiende, asimismo, que esta medida es necesaria por cuanto existen sobradas evidencias científicas de que el humo del tabaco es un potente tóxico y cancerígeno ambiental al que no se le ha venido prestando hasta ahora la debida atención.
De hecho, y tal como se asegura desde la SEPAR, "frente a quienes ponen en duda la peligrosidad del humo de "segunda mano", hay que decir que éste reúne créditos suficientes para ser considerado más dañino que sustancias tan poco inocuas como el asbesto, el arsénico, el benceno, el cloruro de vinilo o el gas radón".
Escaso convencimiento
Así pues, damos la bienvenida a la iniciativa ministerial, aunque con la misma franqueza añadimos nuestro temor a que, a tenor de la marcha que ha llevado hasta ahora el resto de los compromisos reflejados en el Plan Nacional sobre Prevención del Tabaquismo (PNPT) –aprobado por el Consejo Interterritorial en enero de 2003—, este nuevo paso tampoco termine por convencernos del todo.
"Nuestro país es -tal como se reconoce desde esta entidad científica- en efecto, uno de los que tiene una normativa antitabaco más ambiciosa, aunque el problema es…que no se cumple". La SEPAR pone el ejemplo de la prohibición, en vigor desde hace años, de fumar en hospitales y colegios, la cual, en su opinión, "no se está siguiendo a rajatabla. hay lagunas por las que se sigue colando la publicidad de tabaco, en especial la dirigida a los más jóvenes, y también se viene haciendo caso a la recomendación del PNTP de ayudar a los fumadores que así lo precisen a abandonar el hábito con tratamientos y unidades específicas de apoyo sufragadas por la sanidad pública".
La SEPAR anhela, finalmente, poder confiar "en que esta situación de cierto relajamiento se va a invertir, y que el nuevo proyecto de ley se convertirá en un paso efectivo más en la lucha contra el tabaco".