Redacción, Madrid.- Durante la temporada de invierno, los síntomas de la artrosis suelen empeorar y eso hace que aumenten el número de consultas de la enfermedad articular más frecuente en nuestro país y que afecta a cerca de siete millones de españoles. Por eso, la Sociedad Española de Reumatología ha elaborado un decálogo de recomendaciones para los pacientes de artrosis, con el objeto de que puedan conocer mejor su enfermedad y mejorar su calidad de vida.

Entre el decálogo elaborado por la SER destaca la recomendación de mantener un peso corporal correcto. La obesidad es una de las causas de la enfermedad, y además hace que ésta progrese más rápidamente. Si el paciente es obeso o tiene sobrepeso, los médicos aconsejan iniciar algún programa dietético que le haga adelgazar. Aunque no son necesarias dietas especiales, ni existen alimentos completamente prohibidos en esta enfermedad y una dieta baja en calorías es suficiente.

La enfermedad puede afectar a cualquier articulación, pero las más frecuentes son las de las manos, la rodillas, las caderas y la columna vertebral. Contrariamente a lo que muchas personas piensan, la artrosis no es una enfermedad exclusiva de la vejez; cualquiera puede padecerla. La artrosis aumenta su frecuencia con la edad, y es más común en la mujer y en personas genéticamente predispuestas pero -aunque muchos de estos factores no se pueden modificar- evitar su aparición y progresión es posible.

El calor es beneficioso

En general, el calor es más beneficioso en la artrosis. Según los expertos se puede aplicar de forma casera, con la esterilla eléctrica o la bolsa de agua caliente colocadas sobre la articulación dolorosa. En ocasiones, advierten, la articulación artrósica puede tener un intenso brote inflamatorio y, en esas ocasiones, es útil aplicar frío local mediante bolsas de hielo o baños fríos.

Sobre la medicación, el decálogo de Sociedad Española de Reumatología informa de la existencia de muchos tipos de medicamentos que pueden ser beneficiosos en esta enfermedad. Existen analgésicos, antinflamatorios, geles y cremas, infiltraciones locales y fármacos que pueden evitar la progresión de la artrosis. Sin embargo, apunta a que ha de ser el médico o reumatólogo el que decida, en cada momento de la evolución, cuál es el adecuado para el paciente. Sobre las terapias llamadas alternativas, como la acupuntura, osteopatía, hierbas, advierten que no han demostrado su eficacia científicamente.

Los expertos recomiendan cuidar los hábitos posturales, como dormir en cama plana, evitar sentarse en sillones o sofás hundidos y usar sillas con respaldo recto, donde las caderas y rodillas mantengan una posición natural y los pies estén en contacto con el suelo. Además, en el decálogo se aconseja caminar, ir en bicicleta y practicar la natación. Aunque durante las fases con mayor dolor el reposo relativo es beneficioso.