Los responsables de las Sociedades Médicas no sienten preocupación alguna por la repercusión que, sobre las ayudas que perciben, va a tener la aplicación del 'Código Español de Buenas Prácticas para la Promoción de los Medicamentos', adoptado hace un año por Farmaindustria y al que se han acogido prácticamente todos los laboratorios. Es más, se considera positivo para la actuación de sus organizaciones, por cuanto a lo que pone coto es a las subvenciones que reciben personalmente los profesionales. Joaquín Fernández Cruz, presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME), después de haber señalado que no cree que la aplicación del Código vaya a afectar a la viabilidad de las Sociedades, asegura que Farmaindustria ha contado con el momento ideal para su aplicación, como es la entrada en vigor de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS).
La LOPS reconoce el papel de las Sociedades Científicas al contemplar su participación en las Comisiones Nacional de la Especialidad y de Formación Continuada
Papel de las Sociedades
Las Sociedades Científico-Médicas tienen su gran desarrollo en la década de los años 50 del pasado siglo, coincidiendo con el reconocimiento legal del título de especialidades.
Con fecha 20 de julio de 1955 se dicta la Ley por la que se establece la titulación de Médico Especialista que, en aquel momento, alcanza a 31 especialidades. Con anterioridad ya se habían constituido algunas Sociedades Científico-Médicas, en gran medida promovidas por quienes en cada especialidad aparecían como líderes indiscutibles. Así, y a titulo de ejemplo, en febrero de 1952 nació oficialmente la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en la que figuraban entre los socios fundadores Carlos Jiménez Díaz, Gregorio Marañón y Teófilo Hernando.
Con el paso del tiempo, de las primeras Sociedades fueron surgiendo otras, como consecuencia del aumento de las especialidades, sin que el número de aquéllas coincida con el de éstas, multiplicación que debe atribuirse a las diversas parcelas que suele abarcar cada una de ellas.
Uno de los grandes debates actuales gira en torno a si las actividades científico-formativas de los facultativos pueden mantenerse sin la ayuda de la industria
La LOPS, aprobada en noviembre último, consagra el derecho a la formación continuada de las profesiones sanitarias y reconoce el papel de las Sociedades Médicas, al contemplar su participación en las Comisiones Nacionales de la Especialidad y, sobre todo, en la Comisión de Formación Continuada. En la exposición de motivos, se indica que 'el Título II de la ley regula la formación de los profesionales sanitarios, contemplando tanto la formación pregraduada como la especializada y, lo que es una innovación normativa de especial relevancia, la formación continuada. La exigencia de esta última, con carácter general, con efectos en el reconocimiento del desarrollo profesional del personal de los servicios sanitarios, ha de tener especial influencia en el propio desarrollo, consolidación, calidad y cohesión de nuestro sistema sanitario'.
Además, la norma establece que, cada tres años como mínimo, los centros revisarán que los profesionales de su plantilla cumplen los requisitos necesarios para ejercer la profesión conforme a lo previsto en la LOPS y demás normas aplicables, entre ellas la titulación y demás diplomas, certificados o credenciales profesionales de los mismos, a fin de determinar la continuidad de la habilitación para seguir prestando servicios de atención al paciente.
Formación continuada
En relación con la formación continuada, principal preocupación de las Sociedades Médicas, Asensio López Santiago, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), lamenta que la Administración no reconozca la labor de las personas comprometidas con las Sociedades Científicas pues, para desarrollar muchas de sus funciones, han de emplear su tiempo de ocio o solicitar días libres en el trabajo, a pesar de que su dedicación va a repercutir en la mejora de la asistencia. Para el representante de la semFYC, no debería estar penalizada la dedicación a la asociación. Consideración a la que, como señalan otros interlocutores, debería añadirse la de que los cargos representativos en las Sociedades no comportan remuneración alguna y que la Administración parece haberse inhibido en el campo de la formación continuada.
Es evidente que si no fuera por el apoyo de los laboratorios, la vida de las Sociedades Médico-Científicas sería totalmente distinta. José Manuel Solla presidente de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), asegura que 'las cuotas de los socios no dan para cubrir actividades. La dependencia de la industria farmacéutica es clara y quien diga lo contrario, miente'.
Nadie ha dicho lo contrario y todas las fuentes, como también lo hizo Solla, abundan sobre un aspecto como es que las ayudas de los laboratorios no condicionan sus planteamientos. En palabras del presidente del SEMG, 'no admiten que los laboratorios entren en sus contenidos'. De todos modos, tal como asegura, su Sociedad está derivando hacia acciones propias que no dependan de la industria farmacéutica, pues lo deseable es la total independencia. Pero las cuotas (36 euros al año por asociado, en su caso) sólo dan para mantener la infraestructura (sede, gabinete de prensa, revista y poco más).
Vivir de las cuotas
Andrés Gimeno, presidente de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN), admite que se puede vivir con las cuotas y con lo que se va sacando de las acciones de formación, pero se reciben ayudas puntuales de la industria, aunque no de un solo laboratorio, para formación continuada, docencia e investigación. Asimismo, Gimeno considera positivo para la Asociación el 'Código de Farmaindustria', aunque reconoce que perjudica la relación directa del laboratorio con el médico.
Por su parte, Asensio López, representante de la principal Sociedad médica de Atención Primaria, la semFYC, con 18.000 socios, señala de entrada que, por definición, estas entidades son viables, siempre que se adecuen recursos procedentes de cuotas a los fines a conseguir. o, mejor dicho, éstos a aquéllas.
López Santiago, que afirma que 'las ayudas nunca deben provenir de instituciones públicas', opina que 'las procedentes de la industria farmacéutica son el gran reto de las Sociedades Científicas'. Y, si se reciben, es 'porque tenemos productos, los de formación, que interesan a nuestro cliente, la industria farmacéutica'. Pero, insiste en que no se debe caer en la trampa de ésta y los recursos deben gestionarse con absoluta libertad. 'La relación con la industria, dice, debe ser fluida, pero respetuosa e independiente'.
El vicepresidente de semFYC explica que todo lo que hacen responde a intereses científicos y profesionales y, a veces, no tienen mercado (no interesan a los laboratorios). Abunda sobre la importancia de evitar la confusión, para lo que es imprescindible mantener la independencia. Y cuenta cómo la industria no lo tiene fácil para acceder a la Sociedad que representa.
Presencia de la Industria
Sin embargo, la presencia de los laboratorios se advierte claramente en el caso de otras Sociedades Médico Científicas. Un repaso a algunas páginas de internet revela la existencia de patrocinadores de casi todas ellas e, incluso, en algunos casos, la de socios protectores. Es más, no faltan quienes recuerdan cómo alguna Sociedad, segregada de otra anterior, se produjo por el apoyo recibido de una firma concreta que la sigue manteniendo. Y, como curiosidad cabe señalar que, en algunos casos, hay Sociedades Médicas que aparecen como valedoras de los contenidos de las informaciones de determinadas empresas.
En cuanto a las situaciones concretas, Luis Pulpón, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), no duda en reconocer que su Sociedad es viable y sostenible. Comenta el entramado perfecto de su organización integrado en una Fundación, la Casa del Corazón, a través de la cual desarrollan su actuación los distintos grupos que integran la SEC.
Por su parte, José Manuel Bajo, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), explica que sus tres mecanismos de financiación son las cuotas de los socios, para los gastos comunes. las ayudas oficiales, para becas y proyectos de investigación. y el patrocinio, para cada una de las acciones concretas a desarrollar (publicación de un libro, edición de unos protocolos...). En este último caso, el proyecto se ejecuta si se cuenta con un patrocinador.
El doctor Bajo explica que el apoyo de la industria farmacéutica permite la formación continuada. En cuanto a la repercusión que, sobre tal acción, pueda tener la aplicación del 'Código de Farmaindustria', el presidente de la SEGO no cree que vaya a perjudicar el desarrollo de la Sociedad y admite que, incluso, puede beneficiarla. A su juicio, la medida es una apuesta por la seriedad y, en consecuencia, la Asociación facilita el mejor mecanismo para la formación, objetivo final de las ayudas de la Industria.
Buena gestión
Desde la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), su tesorero, José Mª Abengoechea, expone que, si hay una buena gestión, sólo con las cuotas de los socios puede mantenerse la Sociedad. Y pone el ejemplo de la SEDAR que, en los últimos años, ha conseguido hacerse con un buen patrimonio, como es su sede social.
Otra cosa, dice Abengoechea, es si las actividades científicas de los médicos pueden mantenerse sin la ayuda de la industria. 'En esto 'añade' conviene tener las ideas muy claras y nosotros nos negamos a cualquier colaboración de tipo comercial'.
Isidoro Rupérez, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, admite, por su parte, que, sin la ayuda de la industria, sería difícilmente sostenible la Sociedad y eso 'recalca' 'a pesar del voluntarismo de los dirigentes, que se dedican a ella sin ningún tipo de compensación económica'.
Por su parte, el anterior presidente de esta Sociedad Médica, el profesor José M. Ribera Casado, se refiere al superávit que suelen generar los Congresos como fuente de financiación.
Otro profesor, Angel Sánchez Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), afirma que 'no reciben ninguna ayuda de la Administración y que viven a expensas de las cuotas de los socios y del apoyo de la industria farmacéutica'. Después de indicar que las cuotas de los socios 'sirven para algo', se refiere a la Fundación con que cuentan y que es fundamental para el desarrollo de los grupos de trabajo de la Sociedad, cada uno de los cuales aparece vinculado a un determinado laboratorio, que facilita el trabajo.
Desde las Sociedades Científicas, no se duda en remarcar la escasa ayuda económica procedente de la Administración
El profesor Sánchez Rodríguez considera que, en algún aspecto, el 'Código de Farmaindustria' puede afectar al desarrollo de las Sociedades Médicas, aunque le parece útil desde el punto de vista de la ética y la práctica médica. Eso sí, subraya, 'la formación continuada la tenemos gracias a la industria farmacéutica'.
El presidente de la SEMI explica que la figura de las Fundaciones, que comienzan a ser comunes en las Sociedades Médicas, facilita el trabajo de cara a Hacienda.
Máxima transparencia
En este repaso aleatorio, llama la atención la inscripción que aparece en la página web de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), en donde se lee: 'Este sitio web se financia exclusivamente a través de los asociados miembros de la SEMICYUC. Se identifican claramente tanto los patrocinadores y organizaciones, comerciales o no comerciales, cuando los hubiera'.
Luis Cabré, su presidente, afirma que esta Sociedad goza de buena salud económica y que sus ingresos, como ya se ha dejado constancia en los demás casos, provienen de las cuotas, los Congresos, la venta de publicaciones y las ayudas de las casas comerciales.
A modo de recapitulación, el presidente de FACME, Joaquín Fernández Cruz, señala que no hay más vías de financiación y que la procedente de los laboratorios está en función del poder de influencia en el mercado de la Sociedad Médica de que se trate. De ahí que, a su juicio, existan algunas que pueden considerarse privilegiadas, mientras que otras, de carácter minoritario, sobrevivan con una economía de subsistencia.
Para Fernández Cruz, las Sociedades se están viendo afectadas no por el 'Código de Farmaindustria', que lo considera positivo, sino por el proceso de concentración que vive la industria farmacéutica pues, al englobarse varios laboratorios en uno, la ayuda que se percibía de varios se reduce a una sola, que no es la suma del conjunto. Y esta ayuda es necesaria para mantener la formación continuada de los profesionales, pues las cuotas no dan para hacerlo', en su opinión.
A la hora de enjuiciar el 'Código de Farmaindustria', el presidente de FACME recuerda que fueron consultados en su día y dieron el visto bueno. Señala que no cree que su aplicación vaya a afectar a la viabilidad de las Sociedades Médicas. 'Tan solo, dice, ha venido a regularizar situaciones poco sostenibles'. Y añade: 'los médicos tenemos que acostumbrarnos a reivindicar salarios adecuados y no a estar supeditados a lo que se consigue a través de determinados ensayos clínicos. El 'Código' viene a homogeneizar las reglas de juego y acabar con las prebendas'.
Valorar el medicamento
Desde Farmaindustria, José Zamarriego, director de la Unidad de Supervisión Deontológica, reconoce el compromiso de la industria farmacéutica con el médico, 'pues es el profesional sanitario que mejor va a valorar el medicamento adecuado para el paciente'. De ahí que apoye, explícita y continuamente, su formación a través de los congresos, las reuniones científicas, la edición de libros...
En este sentido, Zamarriego indica que el 'Código de Farmaindustria' ha optado por enfrentar el hecho de que todas las acciones en que participe la industria farmacéutica se adecuen a unas normas que apoyan la prevalencia del carácter científico de las actuaciones que se apoyan. Aunque, eso sí, el Código no entra en los aspectos científicos que se desarrollan, sino en los relacionados con el entorno en que se realizan (estancias, viajes, hospitalidad...). 'El Código, explica el representante de Farmaindustria, establece parámetros, conocidos y transparentes, para que quienes organizan eventos en los que participa la industria sepan cómo moverse y evitar aquellos aspectos que distorsionan el carácter científico de la convocatoria'.
Según explica Zamarriego, en la Unidad que dirige existe un especial interés y sensibilidad hacia las Sociedades Científicas, al ser consideradas el medio estructurado para la formación de la profesión. 'Estamos para desarrollar las Sociedades Científicas, pero dentro del Código', apostilla. 'De ahí que se haya definido muy bien de qué manera poder participar con las Sociedades, en el sentido de cuáles son los contenidos mínimos que deben tener los actos que se subvencionan, pero sin analizar nunca el monto de la ayuda'.
José Zamarriego explica cómo, en el proceso de elaboración del 'Código', Farmaindustria recabó la colaboración de la OMC y de la FACME, lo que supone un aval de la rigurosidad del mismo. En relación con las Sociedades Médicas, se busca que la participación de la industria favorezca la imagen del sector y no contribuya, por no adecuarse en los detalles, a deteriorarla. En este sentido, Zamarriego recuerda que, al año, se suelen celebrar más de 2.000 eventos y otros tantos actos de carácter menor. Explica, además, cómo, de cara a un congreso mundial a celebrar este año en España, han recibido una consulta a fin de ajustarse en su organización a lo establecido en el 'Código de Farmaindustria'. Y es que, según Zamarriego, se quiere proyectar una imagen nueva de la industria farmacéutica, moderna y científica, que potencie cuál es su función y su compromiso con la sociedad.
RECUADRO
El 'Código de Farmaindustria'
Farmaindustria, a fin de conseguir una cierta homogeneidad en el patrocinio y apoyo de reuniones científicas, ha establecido en su 'Código' lo siguiente: los laboratorios deberán comunicar, previamente a su celebración, las reuniones y eventos de carácter científico o promocional siempre que concurran las tres circunstancias siguientes: que estén organizados 'directa o indirectamente' o patrocinados 'exclusiva o mayoritariamente' por el laboratorio comunicante. que incluyan al menos una pernoctación. y que cuenten con la participación de, al menos, 20 profesionales sanitarios.
No será necesario notificar los congresos organizados por un tercero (Sociedades Científicas, organizaciones profesionales, etc.) y patrocinados por varios laboratorios, ni los simposios satélites o actividades paralelas a los mismos, siempre que consten en el programa oficial del congreso.
Muchos de los dirigentes de estas entidades no creen que el 'Código de Buenas Prácticas' de Farmaindustria vaya a perjudicar la actividad de las Sociedades
Más adelante, el Código indica que, aunque la organización de los eventos corresponda a las Sociedades Científicas, los laboratorios siempre deben tener en cuenta la imagen que se transmite en esos eventos y los preceptos del Código. Así, la industria no financiará reuniones en las que no prevalezca el carácter científico-profesional o que no respeten los criterios que se exigen a los encuentros organizados por la propia industria. Sí se considera admisible patrocinar o financiar elementos logísticos necesarios para la realización del evento (salas, comidas, material, etc.) y, en general, todo lo que pueda considerarse como una hospitalidad razonable y moderada en el sentido del Código. En el caso de que los organizadores permitan la presencia de acompañantes de los profesionales sanitarios, los laboratorios pondrán los medios oportunos para que, con su aportación, no se sufraguen gastos de acompañantes.