Redacción, Madrid.-La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la Sociedad Andaluza de Endocrinología y Nutrición (SAEN), la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Sociedad Española de Neonatología (SEN), la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y UNICEF España han hecho público un manifiesto en el que solicitan medidas urgentes para prevenir los trastornos por déficit de yodo (TDY) y de manera específica en las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la carencia de yodo es la principal causa prevenible en el mundo de lesión cerebral del feto y del lactante y del retraso del desarrollo psicomotor en los niños pequeños, asociándose también a este problema el cretinismo, enanismo, sordomudez, abortos y malformaciones congénitas, retraso del crecimiento o deterioro intelectual. El 29% de la población mundial, es decir, más de 1.500 millones de personas, vive en zonas expuestas a la carencia de yodo.

"Aunque la mayoría habitan en países subdesarrollados", explica el doctor Francisco Cadórniga, del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Central de Asturias, de Oviedo, "todavía existen bolsas endémicas en los países occidentales, como Alemania, España, Portugal, Italia y Grecia. De hecho, en nuestro país existen trastornos por déficit de yodo (TDY) documentados comunidades como Galicia, Extremadura, Andalucía, Asturias, País Vasco, Castilla-León o Castilla-La Mancha, etc., si bien es previsible su existencia en otras áreas geográficas no estudiadas".

Aunque la mayoría de las comunidades han realizado estudios iniciales sobre el déficit de yodo, ya sean parciales o totales, lo cierto es que sólo Asturias, en 1983, y Cataluña y Galicia, en 1986, han establecido programas de yodoprofilaxisis.

De los datos actualmente disponibles, se desprende la gran importancia que tiene en España incidir en el desarrollo de campañas de yodoprofilaxis mediante una adecuada información a la población general, pero también y muy especialmente a los profesionales sanitarios: médicos de familia, pediatras, ginecólogos, internistas, técnicos sanitarios, etc. De esta necesidad ha surgido la iniciativa de la SEEN y el Ministerio de Sanidad y Consumo de editar distintos materiales de educación sanitaria con el fin de promover medidas preventivas frente a los TDY, que corresponden tanto a los propios ciudadanos como a los médicos.

"Con este Manifiesto", explica el doctor Federico Casimiro-Soriguer, miembro del grupo de trabajo sobre TDY de la SEEN, "las siete sociedades que lo firman desean hacer una importante llamada de atención sobre el problema de los trastornos por déficit de yodo en España y hacer llegar a la población una advertencia real sobre la existencia de bolsas de TDY en distintas áreas de nuestra geografía". También se recuerda al conjunto de la población española la necesidad de utilizar exclusivamente sal yodada en la elaboración de alimentos. Asimismo, es necesario advertir a las mujeres en edad fértil, embarazadas o en periodo de lactancia que deben tomar suplementos de yodo para prevenir la eventual aparición de TDY tanto en el feto como en recién nacidos.

La sal, el pescado de mar y, en menor medida, el aire y el agua son las principales fuentes de aportación de yodo a la dieta. Sin embargo, el contenido en yodo de estos alimentos no es suficiente para cubrir las necesidades del organismo de este nutriente.

Los doctores advierten sobre la necesidad de que la vigilancia sobre el estado del déficit de yodo se realice a través de las muestras de orina, el indicador clave recomendado por la OMS.