¿Vale la pena someterse a
un chequeo médico" La
pregunta ya es añeja, pero como
en tantos casos, la respuesta,
parodiando al inolvidable Gila,
sería: "¡Depende"!", sobre todo
porque la controversia en torno
a este tema persiste, aunque haya
perdido intensidad. Las características
esenciales de este tipo
de reconocimientos, que por lo
general consisten en un examen
integral e individualizado del estado
de salud, incluyendo aspectos
físicos, psíquicos y sociales,
residen en que se aplican a personas
sanas, pues su motivación
es preventiva y, como tal, su misión
es detectar indicios de anomalías
previsibles o desconocidas
en el organismo, tras lo cual
se emite un diagnóstico preciso
de salud o de enfermedad.
Un vistazo a las hemerotecas
de publicaciones médicas
en busca de opiniones autorizadas,
nos confirma que a este
respecto los "chequeos" -algunos
prefieren llamarlos "valoración
del estado de salud"- han
ganado popularidad entre la
población, pero también revelan
que hay muchos expertos
no muy partidarios de aplicarlos,
si bien matizan que lo que
en realidad rechazan son las
pruebas ineficaces, rutinarias,
innecesarias, que a la postre no
aportan nada al diagnóstico.
Concretamente, la Sociedad
Española de Médicos de
Atención Primaria (Semergen)
ha lanzado un alerta sobre la
multiplicación de pruebas ineficaces:
"Muchos de los exámenes
que se incluyen habitualmente
en las revisiones
rutinarias organizadas por las
compañías son totalmente innecesarios.
Toda prueba tiene
unos condicionantes estadísticos
que avalan o desaconsejan
su uso. Por tanto, el tipo de revisiones,
la periodicidad con la
que se realicen y la edad a la
que están indicadas, las debe
decidir el médico ateniéndose a
la evidencia científica. Todo
chequeo debe ser dirigido, no
puede ser aleatorio, ya que lo
que buscamos dependerá de
cada persona en particular, del
ambiente en que viva, de su tipo
de trabajo y de sus antecedentes
familiares y personales".
Costes
Algunos especialistas no dudan
en afirmar que hasta ahora la
evidencia científica vendría a
confirmar cómo la aportación
de los chequeos a la mejoría de
la salud y a la prolongación de la
vida y calidad de la misma es,
cuando menos, dudosa. Un argumento
que avalaría este extremo
serían las conclusiones obtenidas
de un estudio realizado en
Londres, en el que se "chequeó"
a un importante grupo de población,
frente otro de características
similares que no fue
sometido a revisión alguna.
Comparados los resultados de
ambos grupos al cabo del tiempo,
se constató que la mortalidad
en ambos grupos fue prácticamente
igual, con el agravante
de que los chequeos realizados
habían supuesto un alto coste
añadido en concepto de tiempo
y de uso de servicios médicos.
Cierto es que en ocasiones
es posible detectar algunas enfermedades
antes de que presenten
sintomatología, pero no
es posible mejorar su pronóstico.
Ejemplos de esta circunstancia
son el cáncer de pulmón y diversas
patologías metabólicas congénitas.
por otro lado, someterse
a un chequeo inespecífico
conlleva la posibilidad de que
ciertos trastornos pasen desapercibidos
o se manifiesten -ya es
mala suerte- a los pocos días siguientes
de realizada la revisión.
En estos casos está claro
que la detección precoz no ha
podido garantizar un mejor
pronóstico, con el agravante de
que el paciente, al creerse sano,
haya podido mantener o
retomar los malos hábitos que
hasta ese momento pudiera tener.
Llegados, pues, a este punto,
no habría más remedio que
plantearse ¿para qué sirve, entonces,
un diagnóstico precoz"
Diagnóstico precoz
Al parecer, el principal problema
estriba en que, por lo general,
en muchas personas apenas
habría un intervalo de tiempo
entre el momento en que la
medicina es capaz de atisbar
una enfermedad y aquel en que
ésta manifiesta síntomas o señales
de alarma. Ejemplos de ello
son la gripe o el cáncer de pulmón,
que cuando se detectan
es porque el paciente ya nota la
presencia del mal.
Pero también es cierto que
hay otros trastornos que, en
cambio, sí son perfectamente
factibles de ser diagnosticados
precozmente, y merced a ello se
salvan muchas vidas. Tal es el
caso del cáncer de mama, que
puede permanecer latente, sin
mostrar síntomas durante meses
o años y, sin embargo, si se llevan
a cabo las oportunas revisiones
periódicas aconsejadas por
los médicos, se puede detectar
mediante una mamografía y
tratarlo antes de que comience
a causar estragos. lo mismo cabe
decir de la hipertensión, "la
asesina silenciosa", que evoluciona
de forma silente durante
años, pero es factible detectarla
antes de que desencadene una
enfermedad cardiovascular.
Más vale prevenir
Sea como fuere, quienes abogan
claramente por los chequeos
médicos aducen que
siempre será mejor toda acción
médica preventiva que cualquier
acción médica curativa, y
mucho mejor si aquella se hace
a partir de los 40-45 años. Para
el doctor Juan Carlos Repáraz,
de la Unidad de Medicina Interna
de Clínicas Alder, "los
chequeos son muy útiles, pero
no son infalibles. El diagnóstico
de la salud es mucho más complicado
que el diagnóstico de
la enfermedad. Cuando alguien
tiene un síntoma, la valoración
médica se hace orientada al
origen de ese síntoma. Sin embargo,
detectar posibles factores
de riesgo en un paciente
asintomático resulta más difícil.
En un chequeo se valora una
opción más o menos amplia,
pero no se puede hablar de la
totalidad de lo que pueda tener
esa persona".
"Globalmente, son útiles",
confirma por su parte el doctor
Oscar Beloqui, responsable
de la Unidad de Chequeos de
la Clínica Universitaria de Navarra,
quien añade: "Si te los
hace en el pediatra cuando estás
creciendo, ¿por qué no
van a llevarse a cabo cuando
vas cumpliendo años y la maquinaria
se va desgastando""
No obstante, matiza este especialista
que los tan en boga
"paquetes VIP" para ejecutivos
son algo absurdo, incluso perjudiciales
para la imagen de
las instituciones sanitarias. "Las
pruebas deben recomendarse
en función de un criterio médico
y no confeccionar un fardo
a granel como si fuera un
viaje o una oferta de supermercado",
remarca.
FUENTES: Instituto Nacional de Seguridad
en el Trabajo y Clínica Universitaria
de Navarra.
Más información:
www.insht.es