"Tómese tres pastillas aldía, junto con las comidas",suele ser una recomendaciónfrecuente en las consultasde los médicos, sin aportar mayoresespecificaciones. Se da porsentado que la acción farmacológicade dicho medicamentono se va a ver alterada por ningúnalimento, pues en casocontrario, salvo despiste, es desuponer que el médico…
'Tómese tres pastillas al
día, junto con las comidas',
suele ser una recomendación
frecuente en las consultas
de los médicos, sin aportar mayores
especificaciones. Se da por
sentado que la acción farmacológica
de dicho medicamento
no se va a ver alterada por ningún
alimento, pues en caso
contrario, salvo despiste, es de
suponer que el médico o farmacéutico
nos lo indicarían. Pero
como por desgracia no siempre
es así, en este último supuesto
estaríamos hablando de una
'interacción' entre el medicamento
y algunos alimentos. En
términos generales, y de acuerdo
con el Colegio de Farmacéuticos
de Barcelona, el concepto
'interacción' implica que un medicamento
no ejerce el efecto esperado
debido a la presencia de
un determinado alimento o de
otro medicamento que modifica
su eficacia. Los medicamentos y
los alimentos pueden influir entre
sí tanto de manera positiva,
por ejemplo favoreciendo su absorción,
como de forma negativa,
impidiéndola.
Estas interacciones son
muy variadas y pueden desde
aumentar la toxicidad de un
medicamento por ingerirlo con
determinados alimentos, hasta
anular su efectividad por tomarlo
con otros. Por estas razones
es de gran importancia que el
paciente sepa la medicación
que toma, para qué es y cómo
debe tomarla en relación con
las comidas. Cuando toma varios
medicamentos, debe conocer
cuáles puede tomar juntos y
cuáles debe tomar solos.
Acción positiva
o negativa
Sobre este particular, Javier Piñeiro
de Castro, del Colegio de
Farmacéuticos de La Coruña,
abunda en que 'muchas veces
no somos conscientes de la influencia
que tiene la alimentación
en nuestro tratamiento y
por ello no tenemos en cuenta
determinadas indicaciones que
nos dan el médico o el farmacéutico
cuando nos explican la
mejor forma de tomar los medicamentos.
¿Cuántas veces les
hemos oído decir que debíamos
tomar tal o cual medicamento
durante la comida o tomarlo sólo
con un vaso de agua o un zumo
de naranja o no tomar leche''
Todos estos consejos
tiene una gran importancia y el
éxito o el fracaso del tratamiento
depende en gran medida de
que el paciente los cumpla'.
Según este experto, los alimentos
pueden modificar el
comportamiento de algunos
medicamentos si se toman conjuntamente,
y los efectos que se
pueden originar son variados:
pueden ser beneficiosos, y muchas
veces es el médico quien
busca esta interacción para incrementar
el efecto terapéutico
del medicamento, mejorar su
absorción o disminuir sus efectos
adversos o, por el contrario,
en determinados casos estas
interacciones pueden potenciar
los efectos adversos de los fármacos
así como impedir su acción
y por lo tanto su beneficio.
Efectos adversos
Las interacciones entre alimentos
y medicamentos son causa frecuente
de efectos adversos no
siempre previsibles, ni mucho
menos fáciles de detectar e identificar.
Dado que las consecuencias
clínicas de tales interacciones
dependen de las características
del fármaco, sólo el médico o el
farmacéutico pueden aportarnos
la información adecuada.
Por otro lado, estas interacciones
son más problemáticas
cuando hay de por medio fármacos
administrados frente a
enfermedades crónicas y en poblaciones
especialmente sensibles,
como personas ancianas, o
ante situaciones especiales como
un embarazo, lactancia o en
casos de malnutrición.
Interacciones mutuas
La Organización Farmacéutica
Colegial (OFC) explica que las
interacciones entre alimentos y
medicamentos son mutuas, es
decir, también hay fármacos
que pueden impedir la absorción
de alguno de los nutrientes
alimenticios. Ejemplo de ello
son los laxantes, cuyo uso continuado
puede impedir la absorción
de algunas vitaminas.
Lo mismo cabría decir del
consumo de té o café en grandes
cantidades, que son capaces
de obstaculizar la absorción
de hierro, tanto si se toma
en forma de comprimidos, como
el que se obtiene a través
de alimentos como la carne.
Otro ejemplo es el ajo, cuyo
consumo excesivo puede potenciar
el efecto de la medicación
anticoagulante.
Piñeiro de Castro resalta,
por su parte, la importancia de
tener claro el concepto de 'administración
de un medicamento
fuera de las comidas'. A su
juicio, 'muchas personas creen
erróneamente que basta con
que la administración se realice
justo antes o después de comer,
pero esto es falso, ya que de esta
manera no evitamos las posibles
interacciones que se puedan dar
entre el fármaco y los alimentos.
El paciente debe comprender
que cuando el médico le da esta
indicación implica que tiene que
estar con el estómago vacío, en
ayunas, y esto sólo se consigue si
tomamos el medicamento mucho
antes de comer, entre 30
minutos y una hora antes, o si
queremos tomarlo después de la
comida tendrán que pasar como
mínimo dos horas'.