"Hogar dulce hogar", sólo aveces. Cuando llegan lasvacaciones casi todos pensamosen huir lo más lejos posible delas preocupaciones y de la rutinadiaria. No es nada nuevo, sóloque antes se montaba a toda lafamilia en el "seiscientos" para ira Benidorm y ahora son muchaslas personas que…
'Hogar dulce hogar', sólo a
veces. Cuando llegan las
vacaciones casi todos pensamos
en huir lo más lejos posible de
las preocupaciones y de la rutina
diaria. No es nada nuevo, sólo
que antes se montaba a toda la
familia en el 'seiscientos' para ir
a Benidorm y ahora son muchas
las personas que cogen un avión
rumbo a lo desconocido, a lo
exótico, a lo diferente. muchas
veces el destino poco importa.
Si usted es uno de esos
aventureros lea atento este reportaje.
en él se recogen las claves
para disfrutar del ansiado
paréntesis sin tener que lamentar
ningún contratiempo que
acabe mermando, de algún
modo, su salud. Y es que en algunos
países las condiciones
ambientales favorecen el desarrollo
de ciertas enfermedades
no presentes en nuestras latitudes,
a lo que hay que sumar
que en ocasiones las condiciones
de higiene no siempre son
las más óptimas y se puede encontrar
con enfermedades infecciosas
desconocidas para
nosotros y de nefastas consecuencias.
La asistencia médica
dista en ocasiones de ser 'sanitaria'
y no es fácil acceder a ella
y los medicamentos 'básicos'
pueden convertirse en productos
de lujo a los que es difícil acceder.
Si a esto se le une un
idioma desconocido la situación
se complica bastante. Puede
que piense que éste no es su
problema porque no viajará a
zonas tropicales del continente
americano, África Subsahariana
o el sudeste asiático, zonas de
alto riesgo en este sentido. Se
equivoca. países como Cuba,
Méjico, Brasil, Uruguay, todo
Centroamérica, e incluso países
de Europa y del Mediterráneo,
que son algunos de los destinos
preferidos por los españoles,
también esconden peligros para
la salud que pueden amargarle
las vacaciones.
Vacunas
Para que todo vaya bien, no se
puede despistar y ha de ponerse
en manos de un Centro
de Vacunación Internacional al
menos un mes antes de que
coja el avión rumbo a su particular
paraíso. Este plazo es necesario
porque se pueden requerir
varias dosis de diferentes
vacunas que han de ser administradas
con ciertos intervalos
de tiempo y para evitar posibles
incompatibilidades con
otro tipo de medidas preventivas,
como podría ser la profilaxis
contra la malaria. Algunas
vacunas alcanzan su efecto protector
al cabo de quince días o
un mes, y eso también debe tenerlo
en cuenta.
Aunque hay vacunas obligatorias
imprescindibles para
viajar a un determinado país,
hay otras que son como un traje
a medida que se diseña en
función de las deducciones que
se vayan sacando de la conversación
que en el Centro de Vacunación
Internacional han de
mantener médico y paciente.
Cuando el profesional sanitario
suma las características personales
de cada individuo (edad,
sexo, profesión, posibles enfermedades
previas y tratamientos,
vacunaciones anteriores, estilo
de vida, entre otras) con las características
del viaje (país de
destino, itinerario a seguir, época
del año, duración total del
viaje y tiempo de permanencia
en cada zona, tipo de viaje, si es
rural o urbano, si se alojará en
una habitación de hotel o recorrerá
el país con una mochila,
actividades que va a realizar o
contacto que va a mantener con
la población autóctona, etc.) obtiene
un resultado de suma importancia
para que usted pueda
disfrutar de su viaje sin tener que
lamentar ningún contratiempo:
las vacunas recomendables, es
decir, que nadie puede obligarle
a ponerse pero por las que debería
optar, si así se lo recomienda
el médico.
A continuación repasaremos
diez enfermedades a las
que nos exponemos en un viaje
de estas características y sus
pautas de vacunación.
La fiebre amarilla
El responsable de la fiebre
amarilla es un virus que llega a
los humanos cuando nos pica
un mosquito que previamente
ha sido infectado por él. La
forma de prevenirla es aparentemente
sencilla: evitar las picaduras
de mosquitos y vacunarse
cuando viaje a aquellas
zonas donde exista riesgo de
contraer la enfermedad, es decir,
algunas áreas tropicales de
África y zonas del centro y sur
de América. Hay que puntualizar
que el riesgo se incrementa
si el viaje incluye desplazamientos
por zonas boscosas o
de jungla.
En algunos países la vacunación
contra la fiebre amarilla
es obligatoria para poder atravesar
sus fronteras y si no pudiera
ponérsela por razones
médicas ha de llevar consigo
una certificación médica de
exención que le expedirán en
el Centro de Vacunación Internacional
al que acuda para
asesorarse sobre su viaje. Si no
existiera ninguna contraindicación
médica, sólo se le abrirán
las puertas del país en cuestión
si cuenta con el requisito
de entrada: el Certificado Internacional
de Vacunación, un
documento que desde el momento
de expedición es válido
durante diez años.
La vacuna consiste en una
única dosis que se administra
por vía subcutánea o intramuscular
al menos diez días antes
del inicio del viaje. Una vez
que se ha puesto la primera
dosis, las de recuerdo son cada
diez años. En el caso de niños
menores de nueve meses y
mujeres embarazadas el médico
ha de valorar la situación
personal de forma individual.
El cólera
El cólera es una enfermedad
bacteriana intestinal que se adquiere
por tomar agua y/o alimentos
contaminados directa o
indirectamente por personas infectadas.
La mejor precaución
es ser precavidos y no descuidar
ninguna de las medidas de prevención
en lo que a alimentos,
agua y demás bebidas se refiere.
Por ejemplo, se recomienda
beber siempre agua embotellada
o si esto pudiera resultar
complicado llevar un desinfectante
de agua. además también
conviene llevar siempre consigo
sales de rehidratación oral con
las que combatir la deshidratación
que una diarrea severa pudiera
provocar.
La vacuna existe pero su
administración se suele limitar
a los sanitarios y personal de
ayuda humanitaria que se desplazan
a zonas de desastre y a
campos de refugiados en lugares
en los que los casos de cólera
son frecuentes y siempre
que se mantenga un estrecho
contacto con la población.
La vacuna consta de dos
dosis que se administran por
vía oral con un intervalo de
por lo menos una semana cada
una, tanto en adultos como
en niños mayores de seis años.
La primera dosis debe tomarse
al menos tres semanas antes
del inicio del viaje. Actualmente,
la vacuna del cólera no se
exige como condición de entrada
en ningún país.
La enfermedad
meningocócica
Es una enfermedad bacteriana
aguda que cursa con la aparición
repentina de intenso dolor
de cabeza, fiebre, náuseas,
vómitos, fotofobia, rigidez de
nuca y frecuentemente erupción
petequial, junto con diversas
manifestaciones neurológicas
y que puede ser
mortal, incluso aunque el tratamiento
se instaure rápidamente.
Se adquiere por la
transmisión por aerosol de las
gotitas respiratorias de la nariz
y la faringe de personas infectadas,
pacientes o portadores
asintomáticos. Se da principalmente
durante la época seca
(de enero a junio) en países del
África Subsahariana y también
se han observado brotes en el
sudeste asiático (India y Nepal)
y en Oriente Medio. Se puede
contraer en lugares en los que
se reúne una gran cantidad de
personas, como las peregrinaciones.
Arabia Saudí exige la
vacunación contra la enfermedad
meningocócica a todos los
peregrinos que visiten la Meca.
Para esta enfermedad en
concreto existen varias vacunas
y es el médico del Centro de
Vacunación Internacional el que
ha de decidir cuál es la más indicada
en cada caso. Cualquiera
de ellas debe ponerse al menos
dos semanas antes de
iniciar el viaje, constan de una
única dosis que se administra
por vía subcutánea, no protegen
a niños menores de dos
años de edad y si la persona en
cuestión sigue viajando a zonas
de riesgo ha de ponerse dosis
de recuerdo cada tres años.
Encefalitis
Centro-Europea
El culpable es un virus que ataca
al sistema nervioso central y
que de primeras puede confundirse
con una simple gripe. Este
virus se trasmite a través de picaduras
de garrapatas infectadas
y puede terminar en parálisis,
e incluso llevar a la muerte.
La mejor manera de protegerse
es utilizar pantalones largos y
calzado cerrado para no sufrir
ninguna picadura de garrapata
y, si la situación lo requiere, vacunarse.
Estas precauciones deben
adoptarse al viajar durante
los meses de verano a zonas rurales
y boscosas especialmente
del centro de Europa.
La vacunación ha de iniciarse
dos meses antes de viajar
y consiste en tres dosis que se
administran por vía intramuscular
con un intervalo de tiempo
de cuatro y doce semanas
entre la primera y la segunda y
de nueve a doce meses de la
segunda a la tercera, aunque
estos intervalos entre dosis
pueden acortarse con la aprobación
del médico. Para viajes
sucesivos es suficiente una dosis
de recuerdo cada tres años.
Y recuerde: si le pica una garrapata
es necesario que le sea
extraída inmediatamente por
personal entrenado para ello.
Encefalitis Japonesa
Con esta enfermedad pegamos
un salto en el mapa y viajamos
a algunos países asiáticos y,
ocasionalmente, al norte de
Australia, sobre todo a zonas de
arrozales y explotaciones porcinas.
Y es que el riesgo de contraer
la enfermedad es mayor
en caso de estancias largas en
zonas rurales y agrícolas y más
aún si está presente cuando el
monzón llega a estas tierras.
El causante en esta ocasión
también es un virus que llega a
nosotros por la picadura de
mosquitos que previamente han
sido infectados por él. En la mayoría
de ocasiones no se presentan
síntomas y, si aparecen, se
manifiestan con dolor de cabeza
y fiebre. La encefalitis japonesa
puede ocasionar secuelas neurológicas
graves e incluso la muerte,
de ahí la importancia de curarse
en salud y vacunarse,
siempre y cuando permanezca
en la zona durante un largo periodo
de tiempo, visite principalmente
zonas rurales y agrícolas
y lo haga, sobre todo, en la
época de epidemias. No obstante,
la vacuna no exime de tomar
ciertas precauciones para
evitar la picadura, como utilizar
ropa protectora y repelentes de
insectos.
La pauta de vacunación ha
de iniciarse al menos seis semanas
antes de viajar a estas
zonas. Por lo general se compone
de tres dosis por vía subcutánea.
La segunda se administra
a la semana y entre la
primera y la última han de
transcurrir treinta días. Las dosis
de recuerdo, si se continúa
en zonas de riesgo, debe ponerse
a los dos años.
Tétanos-Difteria
Si bien se trata de enfermedades
diferentes comparten una
misma vacuna cuya pauta
consiste en tres dosis: inicial, la
segunda al mes y la tercera al
año. Y cada diez años una dosis
de recuerdo.
El origen de la aparición del
tétanos son unas esporas que se
encuentran en el suelo o infectando
distintos objetos y por lo
tanto puede contraerse al hacerse
una herida, desde un pequeño
corte a una de gran envergadura.
Por su parte, la causa de la
difteria es una bacteria que se
propaga a través de las gotitas
respiratorias, como las que se
producen con la tos o los estornudos,
de una persona infectada
o de alguien que porte
la bacteria pero que no tenga
los síntomas. Puede darse en
lugares en los que reina la pobreza
y el hacinamiento, de
ahí que no sea muy frecuente
en los países industrializados.
Hepatitis A
Se trata de una enfermedad viral
que se adquiere por el contacto
con personas infectadas o
por consumir agua y alimentos
contaminados (comida poco
cocinada, marisco crudo, hielo
o agua). La vacunación se recomienda
al trasladarse a alguna
zona en las que las posibilidades
de contagio sean elevadas:
países en desarrollo con condiciones
de higiene, saneamiento
y control de agua deficientes.
La vacuna consta de dos
dosis que se administran por vía
intramuscular con una separación
entre ambas de entre seis y
doce meses y se comienza a poner
al menos dos semanas antes
de la partida. La dosis de recuerdo
no siempre es necesaria pero
de serlo es cada diez años.
Hepatitis B
La hepatitis B es una enfermedad
viral que puede contraerse
en cualquier lugar del mundo,
aunque lo cierto es que las posibilidades
decrecen en Norteamérica,
Europa del Norte y
Occidental, Australia y Nueva
Zelanda.
Se trasmite por contacto
con fluidos corporales infectados,
por recibir una transfusión
de sangre o hemoderivados
contaminados o por usar agujas
o jeringuillas infectadas, un
apartado en el que se incluyen
prácticas como la acupuntura,
los piercings o los tatuajes. También
puede transmitirse de madre
a hijo durante el embarazo
y justo después del parto. Sus
consecuencias pueden durar
muchos años, de tal forma que
las personas infectadas pasan a
ser portadores del virus y pueden
infectar a otras personas.
Las medidas de protección
frente a esta infección incluyen
el uso de preservativo si
existen prácticas sexuales de
riesgo y la vacunación en caso
de viajar a un país con alto
riesgo de contagio.
La vacuna debe ponerse al
menos un mes y medio antes
de viajar para quien no haya
padecido la enfermedad y no
se haya vacunado previamente.
Consta de tres dosis: la segunda
se pone al mes y la tercera
entre seis meses y un año
después de la primera. En este
caso también existe la posibilidad
de acceder a pautas rápidas
de vacunación.
Fiebre tifoidea
La razón de ser de esta enfermedad
es una bacteria presente
en alimentos o agua contaminadas.
Aunque se puede
adquirir en cualquier lugar del
mundo, el riesgo se asocia a
aquellos lugares en los que las
condiciones higiénicas a la hora
de preparar y manipular alimentos
no son las adecuadas,
en los que no se controla la
calidad del agua o la eliminación
de las aguas residuales.
Por eso el riesgo de los viajeros
internacionales es bajo, excepto
en zonas del norte y oeste
de África, en el subcontinente
Indio, Sur de Asia, en algunos
países de América del Sur y en
aquellos destinos donde existen
microorganismos resistentes
a antibióticos.
Para prevenirla se han de
adoptar todas las precauciones
necesarias para evitar el
consumo de agua y alimentos
contaminados y vacunarse antes
de desplazarse a zonas de
alto riesgo. Contra esta enfermedad
existen dos vacunas:
una es oral, se debe de tomar al
menos dos semanas antes del
inicio del viaje y consta de tres
dosis que se toman en tres días
alternos. Si el riesgo continúa, es
necesario una dosis de recuerdo
cada tres años. Con este tipo de
vacuna no pueden tomarse antibióticos,
sulfamidas o medicamentos
antipalúdicos hasta pasado
como mínimo una semana
desde la toma de la última dosis
de la vacuna.
La otra es inyectable, se ha
de administrar al menos tres semanas
antes de partir, consta de
una única dosis, y se ha de poner
la de recuerdo cada tres
años, y siempre y cuando el riesgo
de exposición continúe.
Para conocer donde se encuentra
el Centro de Vacunación
Internacional más
cercano a su domicilio puede
entrar en www.msc.es/cvi
o ponerse en contacto con la
Oficina de Información y
Atención al Ciudadano en el
teléfono 901 40 01 00. Una
vez localizado, pida cita previa.
se ahorrará esperas y
masificaciones.
FUENTES: Ministerio de Sanidad y
Consumo, www.viajarsano.com, y
Asociación Española de Vacunología.
Más información:
www.msc.es/lasaludtambiénviaja