El cáncer renal aumenta entre

las mujeres y la causa

hay que buscarla en nuevos

hábitos de vida que dañan seriamente

la salud. La mala alimentación

y el sedentarismo

han hecho crecer la lista de

personas obesas en nuestro

país y fumar hace tiempo que

dejó ser cosa exclusivamente

de hombres. La influencia del

tabaco es tal que incrementa

en un 35 por ciento el riesgo

de desarrollar este tumor, el

tercero más frecuente tras el

de próstata y vejiga. Aún así,

el cáncer renal sigue afectando

más a los hombres (dos varones

por cada mujer).

Al margen de las diferencias

entre sexos, la realidad es

que sólo en las tres últimas décadas

se ha duplicado el número

de casos que se detectan

anualmente, pasando de los 7

por cada 100.000 habitantes

en 1975, a los 12 por 100.000

en la actualidad. Un

aumento que no sólo

responde a un mejor

diagnóstico sino también

al incremento

de la incidencia de

este tumor en personas

más jóvenes. Los

nuevos hábitos de vida

de los países desarrollados,

como un

mayor consumo de

grasas saturadas, y la

falta de ejercicio físico

han tenido mucho

que ver en este cambio

de tendencia. No

obstante, el mayor número de

casos aparece en personas que

tienen entre 50 y 75 años.

Diagnóstico precoz

A pesar de la incidencia al alza,

el doctor Bernardino Miñana,

coordinador del Grupo de

Urología Oncológica de la

Asociación Española de Urología,

recuerda que gracias a las

nuevas técnicas de imagen cada

día se detectan más tumores

renales en fases en las que

aún es posible su curación. En

concreto, en la actualidad se

habla de un 40-50 por ciento.

Y todo aún cuando la detección

precoz no es fácil, ya que

los síntomas (presencia de

sangre en la orina, dolor, pérdida

de peso, sensación de

haber desarrollado una masa,

etc.) suelen dar la cara cuando

el tumor ya tiene un volumen

considerable. De hecho,

su detección suele ser casual,

cuando la persona se somete

a una exploración por otra

dolencia.