Una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirán osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la disminución de la densidad y la calidad ósea, de manera que los huesos se vuelven quebradizos. En consecuencia, el riesgo de fractura aumenta, de forma especial en la cadera, columna y muñeca. Son muchas las personas que no saben que pueden engrosar la lista de víctimas de esta enfermedad hasta que no sufren la primera fractura. Por eso se la denomina la enfermedad silenciosa, porque invade poco a poco el esqueleto sin dar ninguna señal de aviso.

La osteoporosis es un problema que preocupa a las mujeres españolas según las últimas encuestas realizadas, pero en menor medida que a las de otros países europeos como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido. El 90 por ciento de las españolas mayores de 40 años manifiestan sentirse sensibilizadas con esta enfermedad, aunque la mitad de las mujeres de nuestro país consideran, de forma equivocada, que se trata de una mera consecuencia del envejecimiento sobre la que no pueden hacer nada. Por ello, no emprenden medidas activas, como hablar con su médico, buscar más información relativa a la enfermedad, someterse a una prueba de diagnóstico que determine si están comenzando a padecer esta patología o tomar alimentos y complementos alimenticios que contribuyan a evitar el debilitamiento de los huesos.

Sí se puede actuar

Existen ciertos factores de riesgo de padecer osteoporosis ante los que sólo nos queda resignarnos, como la edad (la osteoporosis está asociada al desgaste de los huesos propio de personas de más de 50 años), el sexo (afecta más a las mujeres), los antecedentes familiares y de fracturas óseas que se registran en nuestra historia clínica o la llegada de la menopausia, aún peor si lo hace de forma prematura. La mujer de raza blanca, con bajo peso, fumadora y con antecedentes familiares de osteoporosis es la de mayor riesgo.

Sin embargo, hay otros factores a los que sí podemos hacer frente. La mejor y más eficaz forma de combatir la osteoporosis es una buena prevención, atendiendo a diversos factores que nos ayudarán a mantener unos huesos sanos y fuertes, incluso en aquellas personas con mayor riesgo.

Ejercicio: los huesos de las personas que hacen ejercicio, como caminar, correr, saltar o bailar, son más fuertes que los de aquéllas que llevan estilos de vida sedentarios. Hay un ejercicio físico para cada edad, lo importante es mantenerse siempre en movimiento y saber qué ejercicios son los adecuados para el grupo de edad al que se pertenece.

Ingesta de calcio en la dieta: para que los huesos se mantengan fuertes y saludables, el organismo necesita suficiente cantidad de calcio. La ingesta de calcio, en especial durante el periodo de crecimiento, resulta esencial para asegurar la mayor cantidad y calidad posible de masa ósea. Pero el calcio (preferiblemente lácteos desnatados) no es suficiente para conseguir unos huesos fuertes y debe ir acompañado de otros nutrientes como las vitaminas A, D y K y minerales como el fósforo, el potasio o el magnesio que se encuentran en los alimentos que componen una dieta equilibrada. Ciertos alimentos, además de los lácteos, actúan como auténticos protectores óseos, entre ellos, el huevo, el pescado azul, los frutos secos, las legumbres, las frutas y las verduras de hoja verde.

Niveles de vitamina D y K: para el óptimo aprovechamiento del calcio son esenciales las vitaminas D y K, sin las cuales el calcio no puede depositarse en los huesos. Cuanto más eficaz sea el proceso de fijación del calcio en los huesos mayor será su densidad y, por lo tanto, mayor su dureza y resistencia y su estado a la hora de afrontar posibles problemas osteoporóticos en edades avanzadas.

La vitamina D se sintetiza a través del efecto del sol sobre el organismo y por ello se recomienda permanecer de 10 a 15 minutos diarios al aire libre.

Recientes estudios revelan la importancia de un tipo de vitamina K, la K2, por su acción especialmente beneficiosa en la mantenimiento de una estructura ósea sana y para la prevención de la osteoporosis.

Tabaco: fumar durante la juventud reduce el contenido mineral óseo y aumenta el riesgo de osteoporosis a lo largo de la vida.

Evitar la ingesta excesiva de alcohol: beber de forma excesiva, a cualquier edad, puede influir de forma negativa en la salud ósea.

FUENTES: Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas, Asociación Española para el Estudio de la Menopausia y Fundación Internacional de Osteoporosis.