Casi un tercio de las mujeres
sometidas a una reconstrucción
de pecho después de
haber sufrido una mastectomía
padecen al menos una
complicación a corto plazo
en la mama o en el área de
alrededor, y una de cada cinco
requiere cirugía adicional,
según los resultados de un
estudio publicado recientemente
en una prestigiosa revista
americana de cirugía.
Las mujeres con cáncer de
mama y sus médicos se enfrentan
a muchas elecciones
durante el tratamiento, incluido
si extirpan el pecho (mastectomía)
o si se someten a
terapias de conservación,
cuándo y si realizan una reconstrucción
tras la mastectomía
y qué tipo de materiales
utilizar.
Las operaciones de reconstrucción
de pecho pueden
realizarse a partir de piel
u otro tejido del cuerpo de la
paciente o bien insertando un
implante, o utilizando una
combinación de ambas técnicas.
Muchas mujeres eligen el
implante porque el proceso
es más simple y requiere menos
tiempo en el quirófano y,
además, permite preservar el
color de la piel del pecho y
posiblemente algo de su sensibilidad.
Tras su primer implante,
un 31% de las pacientes padeció
como mínimo un episodio
adverso y un 21% requirió
cirugía adicional, mientras que
un 3% precisó otro tipo de
tratamiento no quirúrgico. En
la mayoría de los casos, la cirugía
fue necesaria para corregir
asimetrías en los pechos,
desplazamientos del
implante o contracturas capsulares.
"Intervenciones quirúrgicas
o médicas suelen ser
comunes en el transcurso de
la reconstrucción, pero los fallos
como pérdida del implante
son raros", señalan los autores
del estudio.