En la práctica deportiva nos
podemos encontrar con
una serie de lesiones como
contracturas, distensiones, desgarros,
calambres, contusiones,
sobrecargas o tendinitis,
entre otras, cuya incidencia es
muy alta, aunque en muchas
ocasiones podrían evitarse
adoptando una serie de precauciones.
Se calcula que seis
de cada diez personas que comienzan
un programa de ejercicio
sufren una lesión en un
periodo de unas seis semanas.
El problema surge, según
los expertos, cuando en una
actividad deportiva se supera
la capacidad de esfuerzo, originado
generalmente por una
escasa preparación o por falta
de entrenamiento previo. Para
alcanzar un buen nivel de exigencia
muscular es necesaria
una correcta planificación de
los entrenamientos y de este
modo conseguir devolver las
funciones de elasticidad y flexibilidad
al músculo.
El primer paso es realizar
un calentamiento adecuado.
Este proceso engloba aquellas
actividades físicas que se realizan
con anterioridad a la actividad
principal, de
forma general y
suave para preparar
nuestro cuerpo
para realizar
un esfuerzo físico
posterior. El calentamiento
ideal
consta de varias
fases:
" Primero
debemos dedicar
unos minutos a la
activación articular,
con movimientos
de las principales
articulaciones,
para mejorar su
temperatura y lubricación.
" Después,
unos minutos de
trabajo de tonificación muscular
aeróbico débil, para
aumentar las pulsaciones y la
presión arterial y calentar ligamentos,
tejido conectivo y
músculos.
" En tercer lugar, un trabajo
más especifico e intenso
para la sesión o entrenamiento
que se va a realizar.
" Finalmente, unos trabajos
de estiramientos activos y
de recuperación del estado de
fatiga y falta de oxígeno.
Debemos evitar durante el
período de calentamiento todos
los ejercicios que impliquen
fuerza, resistencia, velocidad
y agilidad, ya que el
organismo aún no esta preparado
para ello. Lo que debemos
de realizar son ejercicios
que supongan una actividad
general, es decir, el mayor número
posible de segmentos o
músculos, de forma que activen
en un principio el sistema
circulatorio y respiratorio, para
luego activar el sistema muscular.
Entre los ejercicios que
más se recomiendan están: carrera
suave, ejercicios de saltos
ligeros y giros, ejercicios de
movilidad de las articulaciones
y ejercicios de estiramiento.
En definitiva, es necesario
realizar calentamiento previo a
la realización de cualquier actividad
física con una duración
aproximada de 10 a 15 minutos,
así preparamos a nuestro
cuerpo para la actividad posterior
que vamos a realizar.
Con el calentamiento:
" Los sistemas circulatorio
y respiratorio comienzan a
trabajar progresivamente, produciéndose
un adecuado riego
sanguíneo.
" Los músculos van a ir
aumentando su temperatura y
poco a poco favoreciendo la
contracción de los mismos.
" Permite al sistema nervioso
el adaptarse al ejercicio
favoreciendo la concentración
y el control de la ansiedad.
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