Una de cada diez personas

corre riesgo de sufrir astenia

primaveral, siendo las mujeres

entre 35 y 60 años las más

propensas a padecerla. Según

Pilar León, vocal de alimentación

del Colegio de Farmacéuticos

de Madrid, la principal

clave para combatir y prevenir

este trastorno es mantener

unos hábitos de vida saludables,

basados en una correcta

alimentación que fortifique el

sistema inmunológico.

‘Una alimentación inadecuada

puede potenciar esta patología

y potenciar la fatiga ya

existente’, recalca León. Por esta

razón recomienda el consumo

de probióticos y declara que ‘es

importante reforzar el sistema

inmunológico con productos

que nos ayuden a mejorarlo y

conseguir así que el organismo

esté mejor preparado para

afrontar el cansancio y la fatiga’.

Para evitar los síntomas de

la astenia primaveral es recomendable

seguir una dieta

equilibrada (aumentando el

consumo de cereales, legumbres,

frutas y verduras, es decir,

incrementando el consumo

de hidratos de carbono y reduciendo

el de grasas), mantener

una buena hidratación, realizar

5 comidas al día y siempre a la

misma hora, dormir las horas

necesarias (entre 7 y 8), practicar

ejercicio físico y, sobre todo,

mantener una actitud positiva ya

que la risa hace que se liberen

endorfinas (las hormonas que

son capaces de retrasar la sensación

de cansancio y aumentar el

umbral del dolor).