1. Comer alimentos variados a lo largo del día.
2. Comenzar cada mañana con un desayuno completo
con frutas, cereales y lácteos.
3. Hacer 4 ó 5 comidas diarias.
4. Beber al día de 1,5 a 2 litros de agua. Tenga cuidado
con el alcohol, que no alimenta y además engorda.
5. Comer pescados, legumbres, huevos y carnes magras.
Disminuir los fritos, rebozados y alimentos grasos.
6. Aumentar el consumo de frutas y verduras, que proporcionan
vitaminas, minerales y muy pocas calorías.
7. Disminuir el consumo de grasas animales, dulces, bollería,
bebidas azucaradas y sal.
8. No 'picar' entre horas. Tener a mano frutas u hortalizas
para cuando tenga hambre.
9. Hacer ejercicio moderado y a diario, en vez de intenso
y esporádico.
10. Recuperar la dieta mediterránea. Cambiar los hábitos y
compartir el cambio con familia y amigos.
FUENTE: Consejería de Sanidad y Consumo de la Comunidad de Madrid.