En torno al 15% de personassufren bruxismo o bruxomanía,nombre como se denominaal hábito de rechinar oapretar los dientes en momentosque no corresponden a lamasticación, en especial en lanoche durante el sueño. Deahí que entre las actividadesno funcionales nocturnas seconsidere que la más importantees el bruxismo,…
En torno al 15% de personas
sufren bruxismo o bruxomanía,
nombre como se denomina
al hábito de rechinar o
apretar los dientes en momentos
que no corresponden a la
masticación, en especial en la
noche durante el sueño. De
ahí que entre las actividades
no funcionales nocturnas se
considere que la más importante
es el bruxismo, un movimiento
nocturno, inconsciente,
intenso y rítmico de los músculos
de la masticación.
Más de la mitad de los
afectados son mujeres, según
han advertido los expertos
con motivo de la presentación
de Expodental, que se celebrará
en Madrid del 9 al 11
de marzo. Además, se estima
que en torno al 80% de los
afectados no se dan cuenta
de su hábito o se sienten
avergonzados de ello, razón
por la cual no consultan al
médico.
Según el doctor Carlos
Concejo Cútoli, director del
Departamento de Cirugía Oral
y Maxilofacial de la Clínica
Universitaria de Navarra, el
bruxismo es muy frecuente en
los niños (bruxismo juvenil) sin
que a esas edades se considere
patológico, sino una forma natural
de desarrollo de la dentición
y un estímulo del desarrollo
muscular y óseo de los
huesos de la cara, tendiendo a
la desaparición al alcanzar la
segunda década de la vida. Sin
embargo, en la edad adulta el
hábito bruxista puede ocasionar
múltiples problemas dependiendo
de la frecuencia y
la intensidad. El bruxismo está
relacionado con el estrés, la
tensión o la ansiedad. Además,
es un problema que puede
llegar a cronificarse.
Para este especialista, un
factor añadido causante del
bruxismo son las interferencias
oclusales, es decir, alteraciones
en los dientes que provocan
un mal engranaje de los mismos,
lo que obliga al organismo
a intentar desgastar todas
esas interferencias para conseguir
una mejoría en la oclusión
(la forma de encajar los dientes).
Generalmente el desgaste
no sólo no soluciona el problema
sino que lo agrava, ya que
al irse desgastando los dientes
cada vez van encajando peor.
Férula, psicología...
La edad, el grado de desarrollo
de este síndrome y el estado
de salud general del paciente
son factores a tener en cuenta
por el especialista antes del
tratamiento, que puede ser
tanto dental como psicológico.
En este sentido, se enseña al
paciente a relajarse mediante
diversas técnicas como el yoga,
la acupuntura, etc., y a
descansar la mandíbula.
El tratamiento odontológico
consiste en la colocación
de una férula de descarga semirrígida,
que no provoca
ninguna molestia, ya que el
paciente se la pone al acostarse
y no le impide descansar.
Estos aparatos, fabricados con
una resina especial, se crean a
medida del afectado, siendo
su principal objetivo que los
dientes no friccionen.
En opinión del doctor Concejo,
aunque el bruxismo se da
en casi todos los individuos de
forma ocasional sin que ello
tenga mayor importancia, en
las personas con bruxismo
constante, sin embargo, es
muy perjudicial para el sistema
masticatorio: dientes, encías,
músculos y articulación temporomandibular,
ya que las fuerzas
que se realizan durante el
acto bruxista son enormes
comparadas con la masticación
normal (hasta 4 veces más).
Además, se produce un
desgaste característico de los
dientes y un debilitamiento de
las encías, de forma que a la larga
aparecerá inflamación y movilidad
en los dientes. Pero el
efecto más perjudicial se da a
nivel de los músculos y la articulación
temporomandibular en
forma de dolores de cabeza, de
oído, en el cuello, al abrir la boca
y, con el tiempo, dificultad
para masticar o incluso hablar.