El Daño Auditivo Inducido
por el Ruido (DAIR) pasa
desapercibido y es irreversible,
de ahí que sea uno de los
grandes problemas a los que
se enfrentan nuestros oídos en
la sociedad actual. Además de
los perjuicios derivados del ruido
"industrial" que se genera
en determinadas ocupaciones
laborales, está cobrando importancia
el ruido "recreativo",
relacionado con el tiempo de
ocio, como por ejemplo escuchar
música a alto volumen
durante un periodo de tiempo
prolongado.
Éste fue uno de los temas
debatidos en las Jornadas sobre
Óptica y Acústica, organizadas
por el Consejo General
de Colegios Farmacéuticos,
celebradas recientemente en
Baiona (Pontevedra).
Niveles de ruido
Los ruidos por debajo de 75
decibelios (db) no causan daño
al oído y, en el extremo contrario,
todo sonido que sobrepase
los 140 db produce un daño
inmediato por destrucción mecánica
de los diferentes componentes
del sistema auditivo.
Pero actualmente la
mayor problemática
se plantea en los ruidos
de nivel intermedio
(80-140 db) que
serán o no nocivos en
función del tiempo de
exposición. Es el caso
de los reproductores
portátiles de música,
como los MP3.
Estos aparatos registran
una salida de
audio variable entre
los 90 y los 120 db,
dependiendo del tipo
de auriculares empleados. Los
expertos recomiendan no prolongar
su uso durante más de
una hora seguida y, como máximo,
al 70% de su capacidad
de volumen. Las lesiones provocadas
por el uso diario y
abusivo de este tipo de dispositivos
son lentas e irreversibles
y, aunque aun se desconoce
de manera precisa cómo pueden
afectar realmente a nuestra
salud auditiva, los expertos
creen que la "generación del
MP3″ puede empezar a manifestar
síntomas de pérdida de
audición hasta treinta años antes
que sus padres.
Las discotecas, con picos
de hasta 124 db, o un concierto
de rock (120 db) son otros
hábitos de ocio frecuentes entre
los jóvenes y que pueden
repercutir a corto plazo en su
capacidad auditiva.
En cualquier caso, los especialistas
recomiendan a toda la
población realizarse exámenes
periódicos, sobre todo teniendo
en cuenta que, según los últimos
datos del Instituto Nacional
de Estadística, casi el 20%
de los españoles padece algún
tipo de deficiencia auditiva.