Mujeres, en la mayoría de los
casos amas de casa, con un
nivel socioeconómico medio y
estudios primarios es el perfil
de la persona con dolor crónico
en España, según el estudio
"Valoración de la Actitud
Terapéutica ante el paciente
con Dolor Crónico en las Unidades
de Dolor en España",
presentado recientemente por
la Sociedad Española del Dolor
(SED).
El estudio señala que el dolor
crónico se manifiesta en
mujeres en el 70% de los casos
y en varones en el 30%. El
54% de ellas son amas de casa
y el 25% jubiladas con un nivel
socioeconómico medio y bajo.
El dolor más frecuente sigue
siendo el osteoarticular (61%),
y el neuropático (49%). Del total
de los pacientes, el 50%
presenta alteraciones del sueño
y el 47% depresión y ansiedad.
Astenia, pérdida de peso e irritabilidad
son otros de los síntomas
frecuentes en estos enfermos.
"El estereotipo de paciente
con dolor crónico en España
es una mujer de unos 55
años con un problema de
desgaste de rodilla", abunda
el doctor Carlos Barutell, presidente
de la SED. "Existe una
relación proporcional entre la
intensidad del dolor y la calidad
de vida del paciente,
viéndose especialmente afectada
la salud psíquica, algo a
lo que los médicos en ocasiones
no prestamos la atención
debida", agrega.
Por otro lado, el estudio
indica que el tiempo medio
de evolución del dolor crónico
es de seis años y medio
durante los cuales el 30% de
los encuestados ha estado
de baja laboral. Además, el
11% ha requerido hospitalización,
con una media de
estancia de 12 días y, en los
últimos seis meses, el 26%
de los enfermos ha acudido
al menos tres veces a urgencias,
por lo que los gastos
directos e indirectos son
muy elevados.
La persona con dolor crónico
llega al médico ya con
dolor y muchas veces éste no
sabe tratarlo o desconoce las
unidades del dolor, asevera
por su parte el doctor Manuel
Rodríguez, jefe de la Unidad
del Dolor del Hospital Carlos
Haya de Málaga. Prueba de
ello es que el 40 por ciento
de estos pacientes siguen sufriendo
a pesar del tratamiento,
apunta.
En opinión de Rodríguez,
en las primeras visitas que un
paciente con dolor crónico realiza
a la consulta se le prescriben
fármacos de diferente
potencia analgésica intentando
buscar aquellos que presenten
un mejor balance riesgo-
beneficio, y para ello se
precisa ajustar los tratamientos
e inclusive cambiarlos en
el tiempo".
En España, de acuerdo
con datos del análisis, existe
un bajo consumo de opioides
mayores -medicamentos indicados
para el dolor intenso- algo
que el experto atribuye a
una falta de formación del
médico, a la existencia de tópicos
por parte de los farmacéuticos
y a la falta de información
de la población
general, aclara. Así, el 84% de
los pacientes, según la encuesta,
está siendo tratado
con analgésicos no opioides,
el 47% con opioides menores,
y sólo el 22% con opioides
mayores.
En España hay "tan sólo"
90 unidades del dolor y 12
unidades de este tipo multidisciplinario.
"Si hubiera más
unidades del dolor, se reducirían
los tratamientos farmacológicos.
Por ejemplo, la radiofrecuencia
evitaría en gran
parte la cirugía del raquis",
afirma Barutell. "El hecho de
que el 90% de los componentes
de las unidades del dolor
seamos anestesiólogos hace
que éstas no puedan desarrollarse
debido a la escasez de
personal dentro de la especialidad",
concluye.
La evolución del dolor
Según la SED, el dolor se
considera crónico cuando
dura más tiempo que la enfermedad
a la que está asociado,
o bien cuando el
tiempo previsto para su curación
se alarga de forma indefinida;
esto representa un
máximo de seis meses desde
su aparición. El dolor crónico
sigue siendo uno de los problemas
médicos más complicados
y uno de los que menos
atención recibe por
parte de los profesionales. Es
por ello que es necesario dar
a conocer y reconocer el dolor
crónico como enfermedad,
apreciar su intensidad y
sus consecuencias, además
de desarrollar el conocimiento
de las técnicas para su
atención.
En el caso concreto de los
pacientes con dolor de espalda,
según el estudio "Valoración
socio-epidemiológica del
paciente con dolor de espalda",
el tiempo medio de evolución
del dolor es de 4,6
años y el 51,6% de ellos tienen
un tiempo de evolución
de entre 1 y 5 años. El tiempo
máximo registrado fue de
40 años.
Trastornos asociados
El dolor es un factor que incide
directamente en el bienestar
y la calidad de vida de las
personas. Esta percepción sensorial
está relacionada con la
presencia de trastornos psicológicos
tales como la ansiedad
y la depresión. En un estudio
de la SED sobre lumbalgia se
ha podido conocer que un
35% de los pacientes con esta
dolencia sufría ansiedad y un
32% depresión. Al cruzar las
variables se ha observado que
casi la mitad de ellos padecían
ambos trastornos simultáneamente.
Casi el 23% dijo
estar en tratamiento psicológico/
psiquiátrico por tal motivo.
El dolor también afecta al
sueño. Los pacientes encuestados
duermen una media de
6,2 horas por noche. Un 40%
necesita hipnóticos para dormir
a causa del dolor que sufren
y a un 43,3% de los pacientes
les despierta la
persistencia de su dolor.
Otro de los malestares
asociados al dolor son los trastornos digestivos. Un
33,8% ha tenido problemas
gástricos e incluso un 6,5%
de ellos tienen o han tenido
úlceras. El 74% de los pacientes
están tomando de forma
regular analgésicos, la mayoría
de ellos pautados.
En España
En nuestro país existen cuatro
millones y medio de personas
que sufren dolor crónico, con
una media de nueve años padeciendo
esta situación, según
datos de la Sociedad Española
del Dolor. Pero lo peor
es que casi la mitad de dichos
pacientes no recibe un tratamiento
adecuado de su dolor.
Además, y aunque España es
el país europeo con una menor
prevalencia de dolor crónico,
es el país con mayor
prevalencia de depresión por
dolor.
Más información:
www.sedolor.es