El preservativo masculino no
es el único que existe en el
mercado. La mujer tiene su propia
forma de protegerse de las
enfermedades de la transmisión
sexual y de embarazos no deseados
con el preservativo femenino,
una funda transparente
de poliuretano que se ajusta
a las paredes de la vagina y que
no necesita espermicida. Está
formado por dos anillos: uno
interior, cerrado y flexible que
sirve de guía para colocarlo fácilmente
en el fondo de la vagina
y otro exterior con un diámetro
más grande que queda
fuera de la vagina cubriendo los
genitales externos de la mujer.
Se comercializa ya lubricado
pero si se necesita una lubricación
adicional hay que poner
el lubricante en el interior. Al
igual que el preservativo masculino
se vende en farmacias
sin necesidad de receta. Su textura
es similar y ofrece la misma
seguridad y protección.
Como es más resistente que
los condones masculinos es más
difícil que se rompa y al estar
hecho de poliuretano las personas
que son alérgicas al látex no
tienen ningún problema en utilizarlo.
Además, como se puede
poner hasta ocho horas antes
de mantener la relación sexual y
no hace falta retirarlo inmediatamente
después de la eyaculación
no interfiere para nada en
la práctica del sexo. Pero, aunque
las ventajas son muchas, su
porcentaje de uso aún es muy
bajo. Su precio, más caro que el
preservativo masculino, y su
gran tamaño, son sus grandes
inconvenientes.
Y RECUERDE'
Los preservativos son la forma
más segura de evitar enfermedades
de transmisión
sexual, además de embarazos
no deseados. Protéjase.
Consulte con su farmacéutico
si quiere más información
al respecto.
FUENTES: Ministerio de Sanidad y
Consumo. Manual de Anticoncepción
y Planificación Familiar para
Farmacéuticos: Fisiología y Farmacología.
Ed. Aula Médica. 2006.
Cap. 2. Anticonceptivos de Barrera.
B. González Grágera.