El Programa Mundial de
Alimentos (PMA) ha exhortado
recientemente a los
miembros de la Organización
Mundial de Comercio (OMC)
a que, en el ámbito de las negociaciones
mantenidas para
llegar a un acuerdo, tengan
presente las necesidades de
quienes padecen hambre y
contribuyan, asimismo, a evitar
la perturbación de los
mercados locales, fomentar la
producción local y prevenir la
creación de dependencia entre
los beneficiarios.
'Para el PMA la cuestión
es muy simple: necesitamos
más recursos -tanto en efectivo
como en alimentos- para
alimentar al creciente número
de personas víctimas del hambre
y gravemente expuestas a
riesgo, entre las cuales se encuentran
las madres y niños
desnutridos de todo el mundo',
afirma James Morris, director
ejecutivo del Programa
Mundial de Alimentos. 'El año
pasado', añade, 'proporcionamos
ayuda a 113 millones de
personas en 80 países. Jamás
habríamos podido hacerlo sin
el apoyo de donantes tales
como la Unión Europea, Japón,
Estados Unidos, India,
Kenia, Argelia y otros países
miembros de la OMC'.
La ayuda alimentaria mundial
ha disminuido en más del
25% entre 2003 y 2004. El
PMA, que entrega casi la mitad
de toda la asistencia alimentaria
proporcionada a escala
mundial, recientemente
ha tenido muchas dificultades
para movilizar los fondos y
alimentos necesarios para las
operaciones de socorro realizadas
a raíz del terremoto
en Pakistán, así como para
proseguir sus actividades en
Darfur (Sudán). Le ha resultado
aún más difícil obtener
donaciones en pro del 90%
de las víctimas del hambre,
que de hecho no dejan de
necesitar ayuda humanitaria
de urgencia aunque no están
involucradas en crisis de
gran relieve público.
'Esperamos sinceramente
que la situación mejore, porque
estas negociaciones son
decisivas para fortalecer la
agricultura y la seguridad alimentaria
en el mundo en desarrollo.
Todos tenemos que
centrarnos en este objetivo.
No olvidemos jamás que el
hambre y las enfermedades
relacionadas se cobran más
vidas que el sida, la tuberculosis
y la malaria juntas', concluyó
Morris.
El PMA es el mayor organismo
de ayuda humanitaria
del mundo: cada año proporciona
alimentos a una media
de 90 millones de personas
pobres, entre ellas 61 millones
de niños que padecen hambre,
a fin de satisfacer sus necesidades
nutricionales en al
menos 80 de los países más
pobres del mundo.