La Agencia Europea de Seguridad
y Salud Laboral ha
advertido que más de 13 millones
de trabajadores han sufrido
pérdidas auditivas en el
trabajo, por lo que ha insistido
en la necesidad de la prevención
para evitar los riesgos
que conlleva el ruido en dicho
ámbito. Estos datos fueron dados
a conocer en el transcurso
de la Cumbre Europea sobre
el Ruido en el Trabajo celebrada
recientemente en Bilbao.
Según el director de la
Agencia europea para la Seguridad
y la Salud en el Trabajo,
Hans-Horst Konkolewsky, y el
comisario europeo de Empleo,
Asuntos Sociales e Igualdad de
Oportunidades, Vladimir Spidla,
la pérdida auditiva inducida por
ruido figura entre las enfermedades
profesionales más comunes
en la Unión Europea (UE),
además de una de las más
costosas, pagándose cada año
miles de millones de euros en
indemnizaciones y costes indirectos
debido a bajas por enfermedad,
disminución de la
productividad y accidentes ocasionados
por una deficiente comunicación
a causa del ruido.
En este sentido, la pérdida
de audición provocada por el
ruido sigue siendo una de las
enfermedades profesionales más
diagnosticadas en los estados
miembros de la UE. El estudio
de Eurogip reveló que la pérdida
de audición por ruido representó
cerca de 10% del coste
total de las enfermedades profesionales
durante el período
1999/2001. De ahí la importancia
de conocer las tendencias
del ruido como factor de riesgo
dentro del entorno laboral.
Los perfiles de trabajadores
especialmente expuestos
son: hombre en la industria
pesada, minería o agricultura;
mujer dentro del sector de
servicios (centros de llamadas,
restauración, hostelería, etc.);
trabajador joven (con un 50%
más de riesgo) y perteneciente
a los países recientemente
incorporados a la Unión.
En el caso de los trabajadores
masculinos, los sectores
más afectados por el ruido
incluyen construcción,
agricultura, madera, metalurgia
o minería. Los datos sobre
exposición al ruido y sus
efectos son especialmente escasos
en sectores dominados
por la ocupación femenina,
como hoteles y restaurantes,
cuidados sanitarios o transportes.
Las investigaciones
específicas para estas ocupaciones
podrían ayudar a
identificar las claves para dirigir
la prevención.
La pérdida de audición
puede también ser causada o
verse reforzada por el uso de
productos químicos. Entre estos
productos, conocidos como
ototóxicos, se encuentran
disolventes, metales y gases.
Muchos sectores están altamente
expuestos tanto al ruido
como a las sustancias peligrosas
y a las vibraciones,
especialmente en los nuevos
estados miembros de la UE.
En la actualidad están en proceso
varios estudios para evaluar
los efectos de la combinación
de estos factores.
Ruido excesivo
Según Konkolewsky, 60 millones
de trabajadores europeos
están sometidos a un ruido
"excesivo" durante más de una
cuarta parte de su jornada,
siendo los sectores más afectados
el manufacturero y la construcción.
De acuerdo con el director
de la Agencia, la
exposición al ruido cada vez
afecta más a trabajadores jóvenes,
amén de que el ruido en
el trabajo causa numerosos
problemas como la pérdida auditiva,
provocando también estrés
y afectando al sistema cardiovascular,
así como a los
fetos en el caso de las mujeres
embarazadas. Spidla, a su vez,
recordó que uno de cada cinco
trabajadores se ve obligado a
levantar la voz durante más de
la mitad de su jornada laboral
y que la pérdida de audición es
una de las enfermedades profesionales
"más importantes",
que puede llegar a provocar
"daños irreversibles".
Cabe añadir que con el
objetivo de advertir de los riesgos
del ruido en el trabajo, la
Agencia Europea ha realizado a
lo largo de todo el pasado año
una campaña para sensibilizar
sobre los riesgos existentes e
incidir en la necesidad de la
prevención. La Comisión está
preparando una guía de buenas
prácticas para ayudar a las
empresas y trabajadores del
sector de música y ocio, que
estará disponible en 2007.
¡Atención a los decibelios!
El nivel de presión sonora se
mide en decibelios A (dBA).
Por encima de los 85 decibelios
se tiene que usar protectores
auditivos (audífonos)
o disminuir la jornada
de trabajo, según normas laborales
internacionales. Estos
niveles límites se toman en
cuenta según el tiempo de
exposición al ruido. Un ruido
ambiental de 70 decibelios
no causa, generalmente,
deficiencias auditivas pero sí
tiene efectos extrauditivos.
Así, dependiendo del tipo
de actividad y del lugar, un
ruido aparentemente bajo
puede afectar, por ejemplo,
durante el sueño o en una
biblioteca.
Pérdida auditiva
Por su parte la Fundación Widex
señala en un informe que
en Europa hay actualmente
70 millones de hipoacúsicos,
lo que convierte a la pérdida
auditiva en el principal problema
de la sanidad europea,
especialmente teniendo en
cuenta que sólo una de cada
cinco personas que necesitan
audífonos lo utiliza aún estando
comprobada su eficacia en
la mayoría de los casos.
En España, el 35% de la
población cree que podría padecer
pérdida auditiva, ya que
su nivel de audición ha empeorado
en los últimos años o
no le permite seguir bien las
conversaciones. En los españoles
que tienen entre 46 y
55 años, este porcentaje aumenta
y un 50% afirma no
oír como antes. Estos datos
son el resultado de un estudio
realizado por Widex Audífonos
a más de 1.000 españoles
de entre 18 y 65 años.
Las pérdidas auditivas son
comunes en las personas mayores
de 55 años, puesto que
el oído, al igual que la vista,
son los sentidos que de una
forma natural perdemos con
los años. Pero esto no supone
un obstáculo en la vida si la
persona acude a un médico
especialista tras sentir los primeros
síntomas de la pérdida
de audición.
Problemas físicos
El citado informe de la Fundación
Widex refiere que una
pérdida auditiva sin tratar
puede provocar a menudo
problemas físicos como cansancio,
dolores de cabeza,
tensión muscular y estrés en
general. A nivel psicológico,
las personas que sufren pérdida
auditiva suelen sentirse excluidas,
ignoradas o aisladas
pues no logran participar activamente
en sus actividades
cotidianas. Situaciones normales
de la vida como seguir
una simple conversación en
un ambiente ruidoso o participar
activamente en una cena,
se convierten en experiencias
difíciles y desagradables que
requieren un gran esfuerzo y
suele dar como resultado aislamiento
y lógicamente sensación
de soledad, depresión y
un bajo nivel de autoestima.
Actualmente la tecnología
digital permite que muchas
de estas dificultades tengan
solución gracias a las prestaciones
que brindan los audífonos
y las ayudas técnicas. Lo
importante es asesorarse con
profesionales que puedan
aconsejar la mejor solución y
que se involucren realmente
en su proceso de adaptación
audioprotésica.
Con la música a otra parte
En el sector del ocio los músicos
no son el único grupo
expuesto al ruido. Los técnicos,
pinchadiscos y camareros
también sufren altos niveles
de ruido. En ocasiones
esto se agrava por el uso de
dispositivos como auriculares,
ya que la pérdida auditiva
les lleva a subir los volúmenes
entre 10 y 20 dB,
creando un círculo vicioso
de riesgo (la Directiva
2003/10/EC incluye a los
músicos y al sector del entretenimiento,
pero permite
un período adicional de dos
años para su transposición al
sector a partir del 15 de febrero
de 2006).
En el caso de las orquestas
de música clásica, la exposición
diaria va de 86 a
96 dB, valores que superan
los 100 dB en el caso de
música rock o similar. En
cuanto a los riesgos, además
de la pérdida auditiva, se
produce también el tinnitus
(o pitido en el oído) con
gran incidencia por ejemplo
entre los músicos de clásica,
ya que más del 60% de ellos
lo padecen. El uso de protectores
auditivos es más bajo
ya que no están habituados,
aunque éste aumenta
cuando empiezan a detectarse
las pérdidas auditivas.
Entre los músicos de rock los
protectores son más habituales,
por lo que la exposición
de este colectivo al ruido
es incluso menor que el
de los músicos de clásica,
aunque el volumen de sonido
sea mayor.
Más información:
http://ew2005.osha.eu.int