Se estima que en el año
2025 habrá 380 millones
de diabéticos en todo el mundo.
Según prevén los expertos,
el sedentarismo, el sobrepeso
y la obesidad son
algunos de los factores que están
provocando que esta cifra
vaya en aumento. "Teniendo
en cuenta las cifras es preciso
informar a la población sobre
los factores de riesgo de la diabetes
tipo 2 y recomendar
cambios en los hábitos de vida
que ayuden a evitar o retrasar
la aparición de esta enfermedad",
afirmó Luis Pablo Rodríguez,
jefe del Departamento
Asistencial de Rehabilitación
en el Hospital Clínico Universitario
San Carlos de Madrid, en
el marco de una conferencia
impartida en la Real Academia
Nacional de Medicina.
Durante su intervención,
este experto recordó que la
diabetes tipo 2, que supone el
95% de todos los casos de
diabetes, se puede evitar actuando
de manera precoz sobre
aquellos factores de riesgo
modificables. "Un estilo de vida
saludable", comentó el
profesor Rodríguez, "que contemple
una dieta equilibrada
y la práctica regular de ejercicio,
siempre teniendo en
cuenta la edad y características
personales, son clave en la
prevención de esta enfermedad,
ya que permite regular el
nivel de glucosa en sangre. Es
importante que el afectado
adquiera una serie de conocimientos
sobre su problema y
aprenda a llevar un plan adecuado
de alimentación, ejercicio
y tratamiento farmacológico.
Debe aceptar que a partir
de ahora tiene que convivir
con la diabetes y entender
que su control pasa básicamente
por adoptar un estilo
de vida saludable".
Beneficios de
la actividad física
Tal y como explicó el profesor
Rodríguez, en la diabetes tipo
2, la actividad física actúa de
forma directa sobre el principal
factor causal, la insulinorresistencia.
"Una medida tan
sencilla como caminar a paso
ligero durante 30 minutos al
día resulta muy eficaz tanto en
personas que no toleran la
glucosa, como en aquellos con
una diabetes diagnosticada en
los que se ha demostrado una
mejoría metabólica. No obstante,
siempre es necesaria
una evaluación previa de la situación
del paciente, con el fin
de evitar posibles riesgos. La
actividad física cardiovascular
siempre debe estar controlada,
programada y adaptada a
la situación de cada paciente,
ya que muchos diabéticos sufren
otras alteraciones asociadas
como hipertensión, artrosis,
obesidad, etc.".
La práctica de ejercicio físico
tiene además efectos beneficiosos
adicionales, ya que actúa sobre
los demás factores de riesgo
cardiovascular como son el sobrepeso,
la hipertensión arterial
y los niveles de colesterol. Es importante
que las personas con
diabetes incorporen la actividad
física en su rutina diaria, como
parte del tratamiento, lo que se
va a traducir en una mejoría notable
en su calidad de vida.