'La adaptación social, el matrimonio
y la confianza en sí
mismo protegen al anciano
del riesgo de suicidio', según
manifiesta el Dr. Jorge
Pla, codirector del Departamento
de Psiquiatría y Psicología
Médica de la Clínica
Universitaria de la Universidad
de Navarra. La tasa de
suicidio aumenta con la
edad, si bien la cifra absoluta
de muertes por esta causa
es mayor entre los jóvenes
que entre las personas de
edad avanzada. 'En ancianos
la conducta suicida suele
asociarse a enfermedad depresiva.
En concreto, entre
un 71-95% de los ancianos
suicidas tenían enfermedad
psiquiátrica y un 83% depresión
mayor'.
El riesgo de suicidio en
ancianos es más difícil de
detectar. A pesar de ello, tiene
algunas peculiaridades
como es la presencia de actos
más violentos y letales.
Asimismo, más del 75% había
consultado con su médico
de cabecera el mes anterior
y más de la mitad lo
había hecho durante la última
semana.
Factores implicados
Por un lado están implicados
aspectos somáticos, como ser
varón y de raza blanca, déficit
sensorial, enfermedad grave
y dolorosa, y trastornos
crónicos del sueño. Además,
influyen problemas psíquicos,
como son la enfermedad psiquiátrica
(depresión), antecedentes
de conducta suicida y
el neuroticismo (rigidez, pasividad,
baja autoestima).
Finalmente, esta conducta
está relacionada con problemas
en el entorno social (soledad,
disfunción familiar,
acontecimientos de pérdida o
falta de apoyo social). La actitud
suicida en ancianos se caracteriza
por su letalidad: son
más frágiles, están más aislados
y muestran una conducta
más pensada y decidida.