En el marco del Congreso
de la Sociedad Europea de
Cardiología, celebrado en Barcelona,
el doctor Roberto Elosua,
Coordinador del Grupo
de Investigación en Epidemiología
y Genética Cardiovascular
del Instituto Municipal de
Investigación Médica de Barcelona,
expuso un estudio que
muestra que, en nuestro país,
16.000 muertes anuales están
ligadas a la contaminación.
Se ha estudiado mucho el
efecto de la contaminación
ambiental sobre la salud respiratoria,
puesto que existe una
relación evidente pero, en los
últimos años, diversos estudios
muestran, además, los efectos
devastadores de la contaminación
sobre la salud cardiovascular,
ya que las partículas ultrafinas
de polución, que se
originan fundamentalmente a
partir de los vehículos de motor,
pueden pasar desde los
pulmones directamente al torrente
circulatorio y causar daño
en la pared de las arterias.
Los efectos perjudiciales
de la contaminación pueden
presentarse de manera inmediata
o bien a largo plazo como
enfermedad crónica. Algunos
síntomas producidos a
corto plazo por la polución
pueden ser: la disminución de
la variabilidad de la frecuencia
cardiaca, el aumento de la
presión arterial, de la vasoconstricción
arterial o de la
coagulabilidad. Con el tiempo,
esta situación puede producir
un aumento del grosor y
de la cantidad de calcio de la
pared arterial y degenerar en
una arteriosclerosis.
En un estudio realizado
en cinco ciudades europeas,
entre las que participó Barcelona,
se observó que los días
de más contaminación ambiental
aumentaba el número
de ingresos hospitalarios por
causa cardiovascular.
Se estima que si la ciudad
redujera el nivel de contaminación
al recomendado a nivel
internacional, se disminuirían
en 1.800 el número de
ingresos hospitalarios anuales
por enfermedad cardiovascular
y respiratoria y en 3.500
el número de muertes. El
mismo caso podría extrapolarse
a tantas otras ciudades
españolas como Madrid, Bilbao
o Valencia.