Una de las maravillas mecánicasque conforman el cuerpohumano son las articulaciones,gracias a las cuales podemosmovernos y desplazarnos. Dichasarticulaciones están formadas porlas extremidades de los huesos yse encuentran recubiertas de cartílago,a la vez que están movidaspor músculos y reforzadas por ligamentosque son fibras fuertes yflexibles con…
Una de las maravillas mecánicas
que conforman el cuerpo
humano son las articulaciones,
gracias a las cuales podemos
movernos y desplazarnos. Dichas
articulaciones están formadas por
las extremidades de los huesos y
se encuentran recubiertas de cartílago,
a la vez que están movidas
por músculos y reforzadas por ligamentos
que son fibras fuertes y
flexibles con capacidad para
mantener unidos los huesos.
Pero ni estos ligamentos ni
la propia articulación pueden
escapar al proceso natural del
desgaste que supone el movimiento
cotidiano y el propio
envejecimiento. De modo que,
si por cualquier circunstancia,
dichos ligamentos se estiran
demasiado o se rompen, se
produce el conocido esguince,
mientras que si la lesión es lo
suficientemente importante como
para que ese ligamento no
pueda sujetar los huesos para
mantener su posición y éstos se
separan, lo que ocurre es una
luxación. En otras palabras, la
diferencia entre un esguince y
una luxación es que en el primero
la posición del hueso no
varía, mientras que en la luxación
los huesos se separan, lo
que es posible comprobar perfectamente
en una radiografía.
Dolor e inflamación
Dado que los ligamentos están
inervados por fibras nerviosas,
cualquier distensión o desgarro
que éstos sufran produce
dolor a la palpación allí donde
se haya producido el esguince
o al mover la articulación; se
observa, además, incapacidad
para realizar ciertos movimientos,
calor y enrojecimiento en
el área lesionada.
Según la gravedad de la lesión,
puede haber una rotura
parcial del ligamento o una rotura
completa. La rotura pequeña
o parcial es la más frecuente.
En el caso de lesiones completas
del ligamento, es necesaria la
asistencia de un especialista, ya
que en algunos casos se va a requerir
una reparación quirúrgica.
Es frecuente que el esguince
sobrevenga por haber forzado
al máximo el movimiento de la
articulación, o porque dicho
movimiento haya conllevado
una posición antinatural de la
misma, de ahí que entre las causas
que lo producen estén los
movimientos bruscos y excesivos,
como caídas, torceduras o
golpes que pueden desplazar la
articulación de su posición normal,
distendiendo o rompiendo
los ligamentos que mantienen
esa articulación.
Suele ser habitual que el esguince
se produzca durante la
práctica de determinados deportes,
lo que explicaría el porqué la
mayor incidencia de este tipo de
lesiones se observa en personas
jóvenes, mientras que en los ancianos,
si la causa es similar, lo
más común sea una fractura de
huesos, que en ellos se rompen
antes que los ligamentos.
Tipos
Entre los factores que favorecen
la aparición de esguinces se citan,
paradójicamente, tanto la
excesiva como la escasa o nula
actividad física, sobre todo si esta
última no se realiza en las
condiciones adecuadas de prevención
y preparación; además
de ello están el bajo tono muscular,
las alteraciones anatómicas
y el tipo de calzado. En este sentido,
los tacones altos son campo
abonado para los esguinces,
especialmente de tobillo.
En razón de su gravedad,
los esguinces se clasifican en
tres grados. En el grado I se incluyen
las distensiones leves,
causantes de microtraumatismos
en el ligamento, pero
donde la estabilidad articular
no se ve especialmente alterada,
lo cual permite que el paciente
pueda reanudar sus actividades
con normalidad al
cabo de dos o tres semanas.
En el grado II el estiramiento
de las fibras es mayor
y por tanto supone una rotura
parcial del ligamento; se observa
hinchazón y equimosis
(la piel adquiere el característico
color morado) pero persiste
cierto estabilidad articular, ya
que algunas fibras no se han
lesionado. Generalmente en
este caso se precisa de un periodo
de reposo de entre tres y
seis semanas antes de volver a
la actividad normal.
Finalmente, en el grado III,
la rotura del ligamento es total,
con lo cual la inestabilidad
articular también es total. En
los casos más graves, puede
afectar a otras estructuras aledañas,
como los tendones,
huesos, nervios o vasos. Requiere
al menos ocho semanas
de reposo hasta que los ligamentos
cicatricen y a veces es
necesaria una intervención
quirúrgica.
Por lo general, son los tobillos
los más proclives a los
esguinces, sobre todo en actividades
laborales diarias o deportivas.
Al ser articulaciones tipo
bisagra, la carga que reciben
es enorme. Les siguen las articulaciones
de los dedos de las
manos (los esguinces del pulgar
son comunes en actividades deportivas
como el esquí y en las
artes marciales, donde además
también son frecuentes los esguinces
de los pulgares de los
pies, mientras que en muñecas,
rodillas y tobillos los esguinces
son consecuencia de las torsiones),
la columna cervical y la articulación
de la rodilla.
Prevención
Si los músculos que fijan las articulaciones
son potentes, los ligamentos
estarán mejor protegidos
y consecuentemente más
preparados para resistir los movimientos
propios de determinadas
actividades cotidianas.
Según la Sociedad Española de
Cirugía Ortopédica y Traumatología
(SECOT), el ejercicio habitual
mantiene en buen estado
las articulaciones, lo que permite
un buen tono de los músculos
que las mueven y una adecuada
nutrición del cartílago
que las forma. Por el contrario,
el sedentarismo y la sobrecarga
producida por el exceso de peso
corporal conducen a un proceso
gradual de deterioro,
acentuando y adelantando el
curso normal de envejecimiento
de la propia articulación.
Tratamiento
De acuerdo con esta sociedad
científica, lo primero que debemos
hacer ante un esguince es
aplicar frío, elevación del miembro
afectado, reposo y un vendaje
de la articulación, tratamiento
que podemos recordar
con las siglas FERI: frío, elevación,
reposo e inmovilización. Si
la sintomatología persiste y no
cede con estas pautas, hay que
acudir al especialista.
El reposo es una parte esencial
del proceso de recuperación,
pero no impide la realización simultánea
de determinados ejercicios
como la natación o la bicicleta
estática. En caso de
lesiones de tobillo es posible que
el médico recomiende utilizar
bastones o muletas para descargar
al tobillo o rodillas lesionados.
En algunas ocasiones también
es necesario escayolar.
El frío ha de aplicarse -mediante
una bolsa de hielo envuelta
en una toalla o con una
capa de vendaje elástico empapada
en agua fría - sobre la zona
inflamada durante periodos
de treinta minutos, aproximadamente,
manteniendo elevada
la zona lesionada por encima
del nivel del corazón,
incluso durante la noche, mientras
se duerme.
Además, se coloca un vendaje
que debe comprimir de
manera firme, uniforme y sin
apretar demasiado, la zona lesionada
para proteger el ligamento
lesionado y reducir la
hinchazón. Para aliviar el dolor
normalmente se indica ibuprofeno
o ácido acetil salicílico y,
después de tratar el dolor y la
hinchazón, los médicos generalmente
recomiendan fisioterapia
o ejercitar el área lesionada
para prevenir la rigidez y
aumentar la fuerza muscular.
Es importante consultar
siempre al médico en caso de
esguince, incluso aunque la articulación
dañada no duela y
se pueda mover ligeramente,
ya que un esguince no tratado
adecuadamente puede hacer
perder movilidad en la articulación.
Además, los ligamentos
quedan debilitados, por lo que
es habitual observar que cuando
alguien sufre un esguince
de un tobillo, por ejemplo, a
los pocos días le ocurre lo mismo
con el otro. La impaciencia
lleva a veces a reanudar las
actividades antes de tiempo,
de ahí la conveniencia de seguir
a rajatabla las recomendaciones
del médico.
Más información:
www.secot.es