Los espárragos son tallos jóvenes

y tiernos de la esparraguera,

planta herbácea de la

familia de las Liliáceas a la que

pertenecen también otros vegetales

como las cebollas y los

puerros. Son bien conocidas

sus dos variedades principales:

el espárrago blanco y el verde.

El espárrago blanco crece

bajo tierra, por lo que, al no recibir

la luz solar, no desarrolla la

clorofila, pigmento responsable

del color verde de los vegetales.

Por el contrario, la variedad verde,

también llamada espárrago

negro, amargo o triguero, crece

en contacto con la luz del sol,

por lo que la clorofila se desarrolla

y aporta a esta variedad

su color característico. Estos espárragos

son muy apreciados

por su sabor y suelen encontrarse

en el mercado entre los

meses de noviembre y marzo.

Un aliado para la salud

Una de las principales características

de los espárragos es su

gran aporte nutricional, lo que

hace de ellos un aliado importante

para nuestra salud. Los

espárragos frescos están constituidos

sobre todo por agua. Su

contenido en azúcares y grasas

es muy bajo, mientras que son

una de las hortalizas más ricas

en proteínas. Además, presentan

un alto contenido en fibra,

vitaminas y minerales como el

potasio, hierro, fósforo, yodo,

calcio y magnesio.

Pero al margen de sus probados

beneficios nutricionales,

el espárrago aporta otras ventajas

relacionadas con la salud.

Principalmente, es el diurético

por excelencia. Ser rico en potasio

y pobre en sodio le confiere

una acción diurética que favorece

la eliminación del exceso

de líquidos del organismo. Pero

es importante conocer que esto

no es así en el caso de los espárragos

en conserva, ya que en

su proceso de conservación se

les añade sal, lo que hace que

pierdan su acción diurética.

Por otro lado, su bajo contenido

en calorías convierte al

espárrago en un alimento idóneo

para incluir en dietas de

adelgazamiento. Su elevado

contenido en fibra aporta sensación

de saciedad, lo que ayuda

a reducir el apetito y, además,

favorece el tránsito intestinal,

contribuyendo a prevenir o mejorar

el estreñimiento.

Antioxidante

Las vitaminas C, E, provitamina

A y otros compuestos que contiene

el espárrago hacen de él

un gran antioxidante, importantísimo

en la lucha contra los

radicales libres, unas moléculas

que ocasionan efectos negativos

para la salud a través de su

capacidad de alterar los genes,

las proteínas y las grasas. Actualmente

nos enfrentamos en

nuestra vida diaria a diferentes

situaciones que potencian la

formación de radicales libres,

tales como la contaminación

ambiental, el tabaquismo, las

infecciones, el estrés, dietas ricas

en grasas y la sobre exposición

al sol. Los antioxidantes

bloquean el efecto dañino de

los radicales libres.

Finalmente, si está pensando

en quedarse embarazada,

el espárrago es un alimento

excelente dado su alto contenido

en folatos, una vitamina

imprescindible para asegurar

el correcto desarrollo del tubo

neural del feto, sobre todo en

las primeras semanas de gestación

y evitar así enfermedades

como la espina bífida.