Por desgracia, no siempre
las Navidades son tan felices
como cabría esperar. La realidad
es que las urgencias siguen
llenas de gente aunque
el calendario marque el 25 de
diciembre. El culpable de muchas
estas visitas a urgencias
es el corazón. Y es que el número
de personas que fallece
por ‘problemas de corazón’ se
eleva considerablemente en
estas fiestas. De hecho, los días
de Navidad y Año Nuevo son
los de mayor mortalidad cardiaca.
Los principales factores
asociados a este hecho son los
cambios de hábitos frecuentes
en estas fechas y el retraso en
la asistencia médica. Otras
causas podrían ser el aumento
del estrés emocional que suponen
las Navidades y el frío y
el incremento de enfermedades
respiratorias en esta época
del año.
Cambio de hábitos
Como no podría ser de otra
manera los excesos navideños
pasan factura al corazón. De
repente, cambiamos por completo
nuestros hábitos alimenticios
habituales. Dejamos las ensaladas,
la fruta y las legumbres
a un lado y apostamos por los
dulces típicos navideños y por
alimentos que muchas veces
son ricos en sal y grasas. Además,
el alcohol ocupa un papel
estelar y entre conversación y
risas va cayendo alguna que
otra copita. Envueltos en la vorágine
de las fiestas pensamos
que por cometer un ‘pecadito’
no pasa nada.
Se corren riesgos que ni siquiera
se asumen y menos aún
se es consciente de ellos. De
hecho, la grasa y el alcohol
son los dos enemigos del corazón
más peligrosos que acechan
en Navidad pues favorecen
la formación de coágulos,
elevan el colesterol y alteran la
función de las paredes de las
arterias, circunstancias que
pueden conducir a un infarto
de miocardio.
Además, si está tomando
fármacos con los que mejorar
su circulación no los olvide entre
fiesta y fiesta. Todo lo contrario,
en esta época del año
ha de prestarles una atención
especial.
Retraso médico
A nadie le gusta ir al médico y
menos si es Navidad. Por no
preocupar a sus seres queridos
y estropear las fiestas puede demorar
la consulta médica y poner
su vida en peligro. No espere
a que los Reyes Magos pasen
para acudir al médico. Ante
cualquier síntoma que le haga
encontrase mal, especialmente
si tiene dolor en el pecho, cefaleas
o respiración dificultosa,
acuda al servicio de urgencias
más cercano de donde se encuentre,
y no le preocupe que
sean días o momentos especiales;
si bien cuentan con menos
personal sanitario disponible,
siempre encontrará profesionales
capacitados y preparados
para poder atenderle.
Frío y enfermedades
respiratorias
El corazón le echa un pulso al
frío, con las miras puestas en retener
todo el calor que pueda,
contrayendo los vasos sanguíneos
y bombeando con más
presión de lo normal, aunque
esto le suponga asumir ciertos
riesgos. Por si esto fuera poco,
con el frío las posibilidades de
padecer problemas de coagulación
en la sangre también
aumentan y con ellos la formación
de trombos o, lo que es lo
mismo, coágulos de sangre que
pueden bloquear los vasos sanguíneos.
La presión arterial no
se queda a salvo y puede verse
obligada por las bajas temperaturas
a elevar sus niveles.
No cabe ninguna duda de
que el frío es otra de las causas
que alimenta el pico de defunciones
por ataques al corazón
en estas fechas. Además, las
enfermedades respiratorias
que acampan a sus anchas en
el frío, como la gripe y el catarro,
no hacen ningún bien a
las personas que padecen enfermedades
del corazón.
El estrés emocional
Y además nos enfrentamos con
el estrés de estas fiestas. Ni que
decir tiene que para que todo
esté a punto en Navidad hay
que mover muchos hilos, ir corriendo
a muchos sitios, pensar
en lo que más gusta a unos y a
otros para que las comidas sean
perfectas y para que todos los
regalos sean del agrado de
quien los recibe. Para conseguirlo
hay que hacer muchas
colas en las tiendas, aguantar
muchos empujones y sufrir
atascos kilométricos que pueden
acabar estresando a cualquiera.
Y con el estrés, el corazón
se ve obligado a trabajar
más de lo que debiera. Un estrés
que puede también dar la
cara porque tenga que ver a
parientes con los que no le apetece
estar o se ponga nervioso
al pensar en el gasto económico
que suponen estas fiestas.
Tranquilícese, relativice todo
aquello que pueda generarle
ansiedad y evite el estrés, se lo
agradecerá su corazón.
FUENTE: The “Merry Christmas Coronary”
and “Happy New Year Heart
Attack” Phenomenon. Circulation
2004. www.circ.ahajournals.org