Contrariamente a lo que la
sociedad piensa, la muerte
súbita no es sólo una cuestión
de los casos de famosos jugadores
de fútbol y deportistas
de élite que conllevan tanta repercusión
en los medios de comunicación.
Todos los días se
producen casos similares y el
número de muertes súbitas
que se producen en nuestro
país en personas que no conocían
padecer ninguna enfermedad
cardiaca es de 3.000-
4.000 personas al año, una
cifra similar al número de fallecidos
en accidentes de tráfico.
En este sentido, investigadores
de la Red de Investigación
Cardiovascular (RECAVA),
perteneciente al Instituto de
Salud Carlos III del Ministerio
de Ciencia e Innovación, han
demostrado que la herencia
familiar influye mucho más de
lo que hasta ahora los científicos
habían sido capaces de
demostrar y que estudiar los
antecedentes familiares permite
identificar un número importante
de personas en riesgo
de muerte súbita. Con un
programa de screening de deportistas
sería posible identificar
a un afectado por cada
1000 deportistas evaluados,
mientras que con el estudio de
los hijos, hermanos y padres
de los afectados por cardiopatías
hereditarias se consigue
diagnosticar la enfermedad
entre un 10 y un 20 por ciento
de los familiares de primer
grado que se evalúan.
La investigación, coordinada
por el doctor Juan Ramón
Gimeno, fue realizada en el
Hospital Universitario Virgen de
la Arrixaca de Murcia, donde
durante 5 años analizaron un
total de 2.328 personas de 493
familias, identificándose entre
ellos 222 afectados, la mayoría
sin tener síntoma de enfermedad
cardíaca. El 19 por ciento
de las familias estudiadas tenían
antecedentes de muerte
súbita y en el 7 por ciento de
los casos había más de una
muerte súbita en la familia.
Los investigadores de la
RECAVA realizaron un importante
número de pruebas, de
las que pudieron obtener una
de las conclusiones más importantes
de su investigación,
evidenciar que la proporción
de afectación familiar en estas
enfermedades era superior a la
que figuraba en las investigaciones
hasta ahora realizadas
por otros científicos, especialmente
en algunas enfermedades
como la miocardiopatía
dilatada. Globalmente, en el
39 por ciento de los casos se
consiguió diagnosticar al menos
a un familiar afectado.
Desde la Red de Investigación
Cardiovascular se cree necesario
el desarrollo de unidades
de estudio de cardiopatías familiares,
que permitan identificar,
estratificar y tratar a pacientes
en riesgo de presentar una
muerte repentina e inesperada,
identificar hijos, hermanos y padres
que pueden estar afectados,
no haber presentado ningún
síntoma y estar en riesgo
de una muerte súbita. Las causas
más frecuentes de muerte
súbita son la enfermedad coronaria
y el infarto de miocardio
sobre todo en mayores de 40
años, así como las enfermedades
hereditarias del músculo
cardíaco y eléctricas del corazón
en deportistas y jóvenes.