Según la Sociedad Española
de Nutrición Básica y Aplicada,
está demostrado que el
color que tenga el huevo no
altera ni varía su calidad nutricional
ni su sabor. Además,
tras la pigmentación no se encierra
ningún misterio. Que un
huevo sea rojo o blanco únicamente
depende de la raza a
la que pertenezca la gallina. Si
una gallina es roja sus huevos
serán rojos y si es blanca los
huevos serán blancos.