Las vitaminas son micronutrientes
esenciales en la dieta,
ya que nuestro organismo es incapaz
de fabricarlas por sí mismo.
Entre sus funciones destacan
la participación en el buen funcionamiento
del sistema inmunitario,
la absorción del calcio para
la formación del hueso, la ayuda
para obtener energía a partir del
metabolismo de los alimentos, la
protección de las mucosas, el
buen estado de la piel, etc.
Para asegurar su aporte
adecuado es importante una
dieta variada y equilibrada. Sin
embargo, el ritmo de vida actual
ha provocado un aumento
de la demanda de complementos
alimenticios en la farmacia.
Dentro de estos productos
están los complejos
vitamínicos como tales o asociados
a sustancias como el
gingseng, los ácidos grasos poliinsaturados
omega 3 y 6 o la
coenzima Q 10, útil en la obtención
de energía y con un
destacado papel antioxidante.
En algunas situaciones las necesidades
de vitaminas pueden
estar aumentadas, como en la
etapa de crecimiento, el embarazo
o la lactancia. Mención
especial merece la situación de
la población anciana, debido a
que en muchas ocasiones su
dieta es monótona e incluso
insuficiente por sus dificultades
para la masticación, menor
apetito, polimedicación, etc.
Uno de los síntomas más frecuentes
del déficit de vitaminas
suele ser la sensación de
cansancio o agotamiento.
Para cubrir las necesidades
vitamínicas de una forma correcta,
la Sociedad Española
de Farmacia Comunitaria (SEFAC)
recomienda:
" Seguir una dieta rica en
verduras y frutas para evitar el
déficit de determinadas vitaminas.
Es recomendable no
quitar la piel a la fruta, ya que
es en ella donde se acumulan
la mayoría de vitaminas y minerales.
" Evitar cocinar los alimentos
en exceso; la temperatura
o el tiempo excesivo de
cocción puede destruir las vitaminas.
" Lavar las verduras recién
compradas con agua hirviendo
para mejorar su conservación
y evitar el deterioro
enzimático.
" Moderar el consumo de
tabaco y alcohol, ya que ambas
sustancias aumentan las
necesidades vitamínicas, sobre
todo del grupo B, ácido fólico
y vitamina C.
" Disminuir el consumo
excesivo de azúcares, pues para
poder metabolizarlos aumentan
los requerimientos de vitaminas
del grupo B.
" Tener en cuenta que los
complementos alimenticios no
deben sustituir una dieta equilibrada
de nutrientes.
" Conservar y cerrar bien
los envases de las vitaminas y
mantenerlos fuera del contacto
de la luz y el oxígeno para
evitar su deterioro.
" Intentar controlar las situaciones
de estrés realizando
alguna actividad relajante como
ejercicio moderado, yoga,
técnicas de relajación, etc.
" Existen complejos vitamínicos
para situaciones de cansancio
o agotamiento. Su médico o
farmacéutico le recomendarán el
producto que mejor se ajuste a
sus necesidades.
FUENTE: Sociedad Española de Farmacia
Comunitaria (SEFAC).