En los últimos 20-30 años la
prevalencia de enfermedades
alérgicas en la infancia (dermatitis
atópica, asma y rinoconjuntivitis)
ha aumentado de
forma considerable en los países
industrializados. "De hecho, en
España, la cuarta parte de los niños
menores de 14 años ya padece
una enfermedad alérgica,
principalmente rinoconjuntivitis,
asma, dermatitis atópica y alergia
a alimentos", según ha manifestado
la doctora Belén de la
Hoz, alergóloga del Hospital Ramón
y Cajal de Madrid.
Las enfermedades alérgicas
en la infancia por su frecuencia
y su impacto en la calidad de
vida del paciente y la familia
suponen una carga económica
y emocional que no sólo repercute
en el propio niño, sino
también en su entorno y en la
sociedad en general.
Según De la Hoz, "a partir
de la década de los 60 el incremento
de estas enfermedades
en los niños ha sido explosivo.
En especial, la prevalencia de
asma en niños y adultos jóvenes
se ha triplicado o cuadriplicado
en la mayoría de los países
industrializados".
Los estudios han demostrado
que el hecho de que un niño
presente dermatitis atópica y
además cuente con antecedentes
familiares de atopia (predisposición
a padecer rinitis, asma y
dermatitis atópica) aumenta las
posibilidades de que éste llegue
a desarrollar asma. "Cuando uno
de los progenitores es alérgico,
aumenta el riesgo de que su hijo
padezca rinitis o asma alérgico y
este riesgo se incrementa, aún
más, cuando son los dos progenitores
alérgicos. Según estudios
a largo plazo, hasta el 80% de
niños alérgicos a leche o huevo
en los dos primeros años de la
vida desarrollarán una enfermedad
alérgica respiratoria a partir
de los tres años de vida", explica
esta especialista.
El individuo alérgico presenta,
desde el nacimiento, una
característica atópica. Se considera
que el primer marcador
clínico de alergia es la aparición
de la dermatitis atópica en los
primeros meses de la vida. Así,
se estima que el 57% de los casos
de dermatitis atópica aparecen
en el primer año, el 87% a
los cinco años y sólo el 2% se
manifiestan después de los 20
años. La alergia a la leche de
vaca se inicia, en muchos de los
casos, con la introducción de la
lactancia con fórmula adaptada
y es, junto al huevo, la causa
más frecuente de alergia antes
de los dos años de vida. Las
reacciones alérgicas a los alimentos
en el lactante pueden
ocurrir en cualquier momento
desde la introducción de alimentos.
Por esta razón, en opinión
de la doctora De la Hoz,
no tiene base científica iniciar
un estudio alergológico a partir
de una determinada edad del
niño: éste debe realizarse cuando
aparezcan las primeras manifestaciones
de alergia, independientemente
de su edad.
Asimismo, ciertos estudios
indican que el desarrollo de sintomatología
respiratoria de etiología
alérgica es más frecuente
en aquellos niños con dermatitis
atópica de inicio temprano. "Se
estima que entre el 20% y el
80% de niños con dermatitis
desarrollarán asma", apunta la
doctora De la Hoz, "por tanto,
la conclusión unánime de estos
estudios se centra en la recomendación
de estudiar la reactividad
bronquial en pacientes
atópicos con el fin de prevenir
un asma manifiesto. Recientes
trabajos refieren que entre un
25-43% de la población infantil
que padece rinitis alérgica desarrollarán
asma en el curso de
8-10 años de la enfermedad".
Tratamiento
en la infancia
El abordaje del niño alérgico requiere
un tratamiento integral
del pediatra y del alergólogo.
Éste último es el especialista
adecuado para realizar un diagnóstico
del niño alérgico que
va a permitir un tratamiento
más adecuado. Por lo tanto, es
indispensable su consulta en
cualquier niño que manifieste
una dermatitis atópica, alergia
a alimentos, asma y rinitis desde
sus inicios.
En la población infantil se
considera eficaz la inmunoterapia
específica (vacunación
con alérgenos) para el tratamiento
de la rinitis, conjuntivitis
y asma alérgico por pólenes
ácaros, hongos y epitelios.
Según las guías internacionales,
la edad de inicio de la inmunoterapia
se recomienda a
partir de los cinco años de
edad, aunque cada vez hay más
resultados positivos en niños
que inician la inmunoterapia a
partir de los tres años. La inmunoterapia
como tratamiento
preventivo evita nuevas sensibilizaciones
o incluso la progresión
de la enfermedad.
En este sentido, las últimas
investigaciones apuntan a que
la inmunoterapia, que hasta
ahora se administra mediante
inyecciones subcutáneas, pronto
estará disponible en forma de
tabletas, lo que facilitará el cumplimiento
terapéutico.